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Perros y gatos se dan las patas en ‘El perro samurái’ y dan una lección de diversidad

Afiche de la película El perro samurái: la leyenda de Kakamucho. Foto: elperrosamurai.com.

Afiche de la película El perro samurái: la leyenda de Kakamucho. Foto: elperrosamurai.com.

Con humor y carisma, perros y gatos unen sus patas en la película animada El perro samurái: La leyenda de Kakamucho para salvar una villa en peligro y dar una lección prodiversidad.

Dirigida por Rob Mircknof (El rey león, Stuart Little), El perro samurái: La leyenda de Kakamucho cuenta las aventuras de Hank, un subestimado beagle que sueña convertirse en samurái y termina en una pequeña villa de gatos.

Antes de empuñar un sable, el solitario Hank, quien compensa la falta de entrenamiento físico con persistencia, deberá enfrentar otro desafío: cómo ganarse el corazón de la mayoría de los gatos de Kakamucho que desconfían de él por ser diferente.

«Creo que es un mensaje siempre relevante y necesario», dijo Michael Cera, quien da voz al optimista Hank en su kimono amarillo.

«Creo que es bueno que traigamos estos mensajes a través del arte, no es sólo diciéndole a la gente lo que uno piensa. O siguiendo a este personaje y viendo lo que enfrenta y las emociones de lo que vive», agregó el actor.

«Pienso que es una buena forma [de hacerlo], especialmente para que los niños puedan digerir esto y tener empatía».

El perro samurái: La leyenda de Kakamucho se inspira en la sátira racial de Mel Brooks de 1974, «Locura en el oeste», y también acude al humor para abordar los prejuicios sociales.

Ika Chu, interpretado por Ricky Gervais, es el villano del día.

El ambicioso gato somalí busca arrasar con el tradicional pueblo de Kakamucho en beneficio propio y cuenta con el prejuicio como elemento clave de su malvado plan.

Ika Chu envía a un perro a lidiar con gatos, sólo para descubrir que estos bichos, a veces amigos y a veces enemigos, pueden darse las patas.

«¿En qué mundo vivimos donde no se puede contar con ciudadanos de bien para matar a alguien sólo por parecer diferente?», lamenta Ika Chu.

«Es un conflicto», reflexiona el veterano George Takei, que vocaliza a Ohga, un gato manx que es la mano derecha del villano.

«Pero somos capaces de reconocer las fortalezas de cada uno así como las diferencias. Y las diferencias pueden ser una ventaja», agrega Takei.

El actor de 85 años, conocido por su activismo político y social, consideró que la película llega con «un buen mensaje» en los tiempos actuales. «Vivimos en una sociedad fracturada. Cada titular en los periódicos o en la televisión habla de la sociedad dividida en la que vivimos».

Para Takei, el proyecto fue una oportunidad de hacer reír a la audiencia y de llevar a las familias de vuelta al cine luego de la pandemia de covid.

Algo que Michael Cera espera hacer en breve. «No veo la hora de ver una película en el cine de nuevo», dijo el actor de 34 años que comentó haberse contagiado del virus hace algunas semanas. «Creo que todos extrañábamos mucho esta experiencia y estoy feliz de que estemos de vuelta».