500 líderes despiden a Isabel II
Los reyes de España, el emperador de Japón y presidentes como Biden y Bolsonaro, le dieron el último adiós a la monarca del Reino Unido.
Unos 500 líderes políticos y monarcas despiden a Isabel II. Foto: AFP.
Unos 500 líderes políticos y monarcas despiden a Isabel II, como el presidente estadounidense Joe Biden, el brasileño Jair Bolsonaro, los reyes de España –Felipe y Letizia y los eméritos Juan Carlos y Sofía– y hasta el emperador Naruhito de Japón, se reunieron en Londres para homenajearla en un grandioso funeral de Estado.
En la imponente Abadía de Westminster, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, alabó la vida de la monarca, dedicada durante siete décadas a su pueblo.
«Las personas que aman servir son infrecuentes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que aman servir son aún más infrecuentes. Pero en todos los casos, aquellos que sirven serán amados y recordados, mientras que quienes se aferran al poder y los privilegios son olvidados», afirmó Welby.
El Coro de la Abadía de Westminster y el Coro de la Capilla Real hicieron vibrar con sus cánticos a los 2.000 asistentes.
Una estremecedora fanfarria de los trompeteros de la caballería de la casa real dio paso a dos minutos de silencio, observados en todos los rincones del país, de las calles a los parques y los bares donde muchos siguieron la ceremonia por televisión.
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Procesión en Londres
Tras el oficio religioso, Carlos III y sus hermanos Ana (72), Andrés (62) y Eduardo (58), y sus hijos Guillermo (40) y Enrique (38), despiden el féretro, después de seguir a pie una procesión de casi 2 km por el centro de Londres.
El ataúd fue cargado sobre un carro de la Royal Navy que, al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, fue tirado por decenas de marinos hasta al Arco de Wellington, en Hyde Park Corner.
Bisnietos de la monarca, el príncipe Jorge, de 9 años, segundo en la línea sucesoria, y su hermana Carlota, de 7 años, siguieron al cortejo en el primero de varios automóviles oficiales, junto a su madre Catalina y la nueva reina consorte, Camila.
El tercer hijo de los príncipes de Gales, Luis, de 4 años, estuvo ausente de los homenajes.
La Abadía de Westminster no pudo dar cabida a las multitudes de británicos deseosos de acompañar a su reina hasta el final.
Miles de personas esperaron desde primera hora de la mañana en el Mall, la célebre avenida que conduce al palacio de Buckingham, algunos con banderas británicas, se despiden y ven pasar el cortejo tras el funeral.
«Es una emoción que no se puede describir, el ver pasar el féretro de la reina», dijo a AFP Maryann Douglas, enfermera jubilada de 77 años. «Fue mejor de lo que esperaba, tenía lágrimas en los ojos y escalofríos», reconoció.