Maestro de los desfiles apocalípticos, el estadounidense Rick Owens dio un giro el jueves. Presentó un mensaje de optimismo en París, donde dos jóvenes creadoras españolas, Paula Canovas del Vas y Rocío Carrasco, pusieron un pie en la Fashion Week.
Owens acostumbra a desfilar en el enorme y grandilocuente patio del palacio de Tokio, a orillas del Sena. Allí, sus espectáculos a menudo acaban con fuegos artificiales.
Para la colección primavera-verano 2023, los modelos desfilaron entre chorros de las fuentes de agua, con vestidos de blanco roto, amarillo o rosa.
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Adicto al negro y a las ropas ajustadas, Owens vistió esta vez a la mujer con vestidos voluminosos y aéreos, de color frambuesa.
Owen se declara desde hace tiempo adicto al antiguo Egipto, un país que visita a menudo. «No lo veo como una evasión sino como una manera de admirar con alivio lo que sobrevive tras innumerables guerras», explicó.
Algunos vestidos, sinuosos en cuero translucido, se inspiran de las medusas. Para su confección, Owens utiliza pieles vacunas tratadas con productos orgánicos y glicerina natural, que le da una apariencia suave y natural.
Las chaquetas, con volantes, mantienen ese diálogo con las criaturas submarinas. Algunas siluetas retoman las hombreras muy realzadas, una de las marcas de la casa Owens.