Icono del sitio La Razón

Este reptil sobrevivió a la mayor extinción de la Tierra

El reptil de 250 millones de años conocido como Palacrodon. Foto: Europa Press

Las mandíbulas, los dedos y los huesos del oído de forma extraña de un reptil extinto pueden decir bastante sobre la resistencia de la vida en la Tierra, según un nuevo estudio.

De hecho, un estudio dice que el reptil de 250 millones de años conocido como Palacrodon llena un vacío importante en la comprensión de la evolución de los reptiles.

También es una señal de que, a los reptiles, las plantas y los ecosistemas les pudo haber ido mejor o se recuperaron más rápido de lo que se pensaba. Esto, después de un evento de extinción masiva que acabó con la mayoría de las especies de plantas y animales del planeta.

Algunas respuestas están en el pequeño reptil

«Ahora sabemos que Palacrodon proviene de uno de los últimos linajes en ramificarse del árbol de la vida de los reptiles antes de la evolución de los reptiles modernos», dijo en un comunicado Kelsey Jenkins. La estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Yale es la primera autora del estudio, que aparece en el Journal of Anatomy.

«También sabemos que Palacrodon vivió a raíz de la extinción masiva más devastadora en la historia de la Tierra», agregó.

Ese sería el evento de extinción Pérmico-Triásico, que ocurrió hace 252 millones de años. Conocido como «la Gran Mortandad», acabó con el 70% de las especies terrestres y el 95% de las especies marinas.

Aunque una gran cantidad de especies de reptiles finalmente se recuperaron de este evento de extinción, los detalles de cómo sucedió son confusos.

Se harán más estudios

Los investigadores pasaron décadas tratando de llenar los vacíos de las adaptaciones clave que permitieron que los reptiles prosperaran después de la extinción del Pérmico-Triásico. Y lo que esas adaptaciones pueden revelar sobre los ecosistemas donde vivían.

También puede leer: Los buitres salvajes que limpian la naturaleza regresan a Chipre

Palacrodon puede ayudar a responder algunas de esas preguntas, dijo Jenkins. Pero primero, ella y sus colegas tenían que ver mejor al pequeño reptil.

Hasta hace poco, lo que se sabía sobre Palacrodon provenía de exámenes de fragmentos craneales de fósiles encontrados en Sudáfrica y Arizona. Sin embargo, la información obtenida de esos fósiles era tan limitada que Palacrodon quedó fuera de la mayoría de los análisis científicos de la evolución de los reptiles.

Para el nuevo estudio, Jenkins y sus colegas, incluido el coautor correspondiente Bhart-Anjan S. Bhullar, profesor asistente de ciencias planetarias y de la Tierra en Yale y curador asistente en el Museo de Historia Natural de Yale Peabody, aportaron un nuevo enfoque analítico.