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El feminismo cubano rompe barreras en la santería

Sacerdotisas de la santería cubana. Foto: AFP

Veintidós años atrás, dos mujeres se convirtieron en sacerdotisas de la santería cubana. Lo hicieron en secreto, desafiando cinco siglos de dominio patriarcal. Hace poco, volvieron a romper barreras al emitir la Letra del Año, el mayor ritual de ese culto, reservado solo para los hombres.

Esta creencia, traída en barcos de esclavos desde África hace siglos, mantiene su vitalidad en Cuba. Según expertos, un 70% de la población tiene alguna relación con este sincretismo del catolicismo y de los cultos africanos.

Pero las iyanifás surgieron en la isla hacia el año 2000, cuando Nidia Águila de León, de 60 años, y María Cuesta, de 51, se hicieron sacerdotisas de manera sigilosa. Hoy en día suman cientos en la isla.

Iyanifás

«De pequeña siempre escuché que si hubiera sido hombre sería un babalao», dice a AFP Cuesta, hija de un respetado sacerdote santero en La Habana. Antes las mujeres estaban destinadas a apoyar a los hombres limpiando y pelando pollos para las ceremonias, narra.

Ahora «yo mato una gallina» en los sacrificios, «también sé tirar los caracoles» para vaticinar el futuro. «Yo sé hacer de todo, quizá más que un babalao», sostiene la mujer de rostro moreno dedicada a orientar a sus ahijados o seguidores que acuden a ella con algún problema.

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«Iyanifás somos las mujeres, dedicadas también a una deidad, que es Ifá», el dios de la sabiduría, dice Aimeé Ibáñez, una de sus ahijadas, también convertida en sacerdotisa.

Habla ante un altar en el cuarto sagrado, donde se hacen las consagraciones y al que antes solo ingresaban babalaos, los sacerdotes de la religión Regla de Ocha, o santería cubana.

«También defendemos nuestros derechos», agrega esta trabajadora farmacéutica de 43 años, arrodillada para rendir tributo a Obatalá, uno de los principales orishas (deidades), en una ceremonia.

Profanación    

En enero de 2021 encabezaron la Letra del Año, una profecía que causa gran expectativa en la sociedad cubana, ansiosa por saber lo que ocurrirá en los siguientes 12 meses.

Aunque se habían realizado ceremonias paralelas de la Letra por división entre grupos de babalaos, jamás la competencia había sido con mujeres.

Este ritual adivinatorio sobre el Oráculo de Ifá es un sistema que conjuga 256 posibilidades de signos. El babalao más joven presente en el ritual saca la letra y el más viejo la interpreta.

«Me senté en el tablero (de Ifá) y saqué la letra», dice simplemente Aimeé con un turbante blanco en la cabeza. «Hubo muchas personas en contra, pero muchísimas personas a favor», cuenta.

La Asociación Yoruba de Cuba, entidad religiosa considerada oficialista, expresó un contundente rechazo.

Un grupo de mujeres «se escondió flagrantemente para profanar en su máxima expresión nuestra cultura patrimonial, nuestra religión», dijo la asociación en una declaración difundida en redes.

La ceremonia de santería se hizo «de la manera más reprochable, sin ética y sin decoro», estimó el organismo dirigido únicamente por hombres.