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El año Picasso empieza en Francia con un homenaje a su primera pareja, Fernande Olivier

Una de las obras en exposición en Francia por el Año Picasso. Foto: AFP

En plena revisión feminista de la figura del pintor español Pablo Picasso (1881-1973), París abre este viernes la conmemoración del 50 aniversario de su muerte. Una exposición homenajea a Fernande Olivier, su primera pareja y musa, en los albores del siglo XX.

Es la primera vez que se consagra una exposición a Olivier (1881-1966), una mujer que asistió al nacimiento del cubismo, entre 1904 y 1912.

Hija ilegítima, víctima de un marido violento, Amélie Lang parecía destinada a los 19 años a un sombrío destino. Entonces decidió cambiar su nombre por el de Fernande Olivier, abandonar su hogar y convertirse en modelo profesional.

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Pero no fue simplemente una figura silenciosa, sino una sensible observadora del bullicioso mundo bohemio de Montmartre. Plasmó ello en un primer libro de recuerdos, «Picasso y sus amigos» publicado en 1933.

«Viví con ellos, más cerca de ellos que nadie, puesto que la casa de Picasso era también su casa», explicó Fernande Olivier en esa obra. La publicación abunda en reflexiones sobre esos pintores, y fue elogiada por los críticos.

Esos recuerdos, en forma de cuadernos escritos, junto a varias telas que atestiguan de su destreza pictórica, forman parte de la exposición. Se inauguró en el Museo Montmartre el viernes y permanecerá abierta hasta el 19 de febrero.

Los objetos de Fernande Olivier se alternan con pinturas y esculturas de Picasso y de los mayores artistas de la época.

El momento de rectificar    

«Cinco años después de #MeToo, llegó el momento de rectificar algunas cosas», explicó Nathalie Bondil, una de las comisarias de la exposición.

El contexto de la separación de Picasso y Olivier es complejo e ilustra los claroscuros del genial autor de «Guernica».

«Por una especie de celos mórbidos, me mantenía recluida”, recordará Olivier en su libro de recuerdos. “Pero con té, libros, un diván, y poco trabajo doméstico. Yo era feliz, muy feliz».

Picasso es un amante posesivo, y un artista desconocido y sin dinero. Olivier es una mujer frágil y sin recursos, pero inteligente.

Él la pinta de forma obsesiva, y Fernande Olivier será capital para su búsqueda artística, como atestigua «Busto de mujer». Se trata de una tela de 1907 que preludia «Las mujeres de Aviñón».

En sus inicios, «es una relación casi entre iguales», indica Bondil.

Picasso será «el único amante de este tipo que tendrá Fernande Olivier, lo que representa un contrapeso respecto a la figura del Minotauro». Aquella que el propio pintor divulgó de sí mismo, estima Cécile Debray, presidenta del Museo Picasso de Paris.

Pero Picasso, conocido por su avasalladora personalidad, encontrará el amor en brazos de otra mujer, Eva Gouel, esposa del pintor Louis Marcoussis, en 1912.

Fernande confesará años más tarde al escritor Paul Léautad que también fue infiel. «¡El aburrimiento!», exclama para justificarse.