‘Espero que Unay sea una película que la gente pueda disfrutar’
Christian Castillo: El reconocido actor regresa al cine con un nuevo papel protagónico.
Imagen: CineCéfiro films
A 14 años del estreno de la exitosa película El cementerio de los elefantes (Tonchy Antezana), el actor Christian Castillo regresa al cine con un rol protagónico. La película Unay, dirigida por Okie Cárdenas, marcará su retorno.
Unay se estrenará el próximo 27 de octubre en salas de cine del país. Y según el director del filme, Castillo tendrá “otro papel controversial”.
De acuerdo con la sinopsis de la producción, la película descubre los sueños y esperanzas de jóvenes de las áreas rurales, para llegar a pertenecer a las bandas que participan en el Carnaval de Oruro.
En conversación con La Razón, Castillo habló sobre su papel en la nueva cinta, sus expectativas, su vida actual y su regreso al cine nacional.
—Luego de El cementerio de los elefantes, ¿cómo se siente al tener un nuevo rol protagónico en una película nacional? ¿Qué ha estado haciendo durante estos últimos años?
—Efectivamente, esta película es el retorno a un rol protagónico y he estado trabajando con teatro en los últimos años.
En 2019 participé en El novio de la muerte, una película de Marcos Malavia, pero con un papel pequeño, aunque muy interesante y significativo.
Esa película es una ficción sobre una investigación de la desaparición de (Luis) Espinal hecha por un supuesto sobrino nieto que llega a haber. Entonces, hay un flashback y ahí participo. También hicimos otra película en Tarija, que aún no se ha estrenado. Entonces, 2019 fue un año muy intenso y bueno para mí.
—¿Cómo se dio su participación en Unay? Por favor, cuente algo de la historia y su personaje.
—Es una invitación que me hace Okie (Cárdenas), con quien tenemos un par de proyectos conversados hace tiempo, pero hacer cine en Bolivia es bastante complicado, por el financiamiento. Y de pronto surgió este otro proyecto que, por las características que tiene, me llama mucho la atención.
Es una historia —como él dice— entrañable de un chico que quiere ser músico, que tiene la capacidad de convertir los sonidos ambientes, el viento y sonidos en música. Melodías que se conjuncionan con otra historia de los maestros de música que recorren los pueblos de Oruro para formar músicos de verdad.
Haciendo la investigación, con lo que me he topado es que son maestros que van tres meses y les enseñan música a adolescentes varones, generalmente, y mujeres. Esto les posibilita tener un oficio, porque no solo les enseñan a tocar un instrumento, sino también a leer y escribir música.
Esto es muy importante y relevante para entender todo este universo de las bandas en el Carnaval de Oruro y todas las festividades folklóricas. Es gente que tiene información y comienza desde la visión que tienen los papás en estos pueblitos de impulsar en los chicos un oficio.
—El director dice que es otro personaje controversial, ¿qué es lo que le llamó la atención para aceptar el papel?
—Esta historia sobre la música me ha gustado mucho. A mí me gustan las bandas, me encantan. No participo muy activamente del carnaval hace muchos años, pero las bandas me parece que tienen una fuerza vital y telúrica tremenda, como que hace latir nuestro pulso.
Está también el lado oscuro de este personaje y una temática que es muy recurrente, de la que no se dice nada y se hace poco. El abuso infantil es algo que está presente, que lo vemos cotidianamente y que hasta hace un tiempo estaba normalizado. Más bien en los últimos años, con todos los movimientos que se crearon, también las leyes, pero sobre todo los colectivos, grupos determinados han impulsado a releer ciertas actitudes que tenemos y este personaje tiene esa carga. Es algo me parece necesario mostrarlo y decirlo.
—Este año, particularmente, hay mucha producción nacional y varias premiadas en el exterior, ¿por qué el público debería ver Unay?
—En general, el público debería ver todo el cine boliviano; las salas deberían exhibir más cine boliviano y deberíamos, por fin, tener una legislación que permita ver más cine boliviano.
El cine nacional es nuestra identidad y Unay es una película que narra una historia muy nuestra, muy local que, al mismo tiempo se universaliza en este sentido de los jóvenes que quieren hacer algo, que quieren proyectar su futuro.
Esta anécdota del campo, la fotografía que es muy hermosa, el lugar donde se ha rodado es precioso, en el altiplano orureño… Creo que la gente va a disfrutar y reflexionar a partir de esta historia.
—Entiendo que volverá a interpretar a Juvenal en el remake de El cementerio de los elefantes…
—Ése es un proyecto que se sigue trabajando. Hay todavía mucho por hacer. Es más complicado hacer un remake, que hacer una película, o una segunda parte, secuela o una precuela. Entonces, hay mucho trabajo por ahí.
He conversado con Tonchy (Antezana) y estamos viendo. Ojalá sea posible, creo que si se hace un remake hay que mejorar sustancialmente un trabajo, más aún si es de las manos del mismo director. Entonces, veremos qué sucede.
—¿Cómo se siente al ver que ‘El Juve’ es un personaje que fue apropiado por los jóvenes en las redes sociales, sobre todo, en agosto?
—A mí me alegra mucho que los jóvenes se hayan apropiado del personaje. Eso significa que la película se sigue viendo, que un producto, un trabajo, una obra de arte que hemos hecho aún sigue circulando y está vigente. Y eso es lo más difícil de lograr.
Pese a todas las dificultades y carencias con que se ha hecho esa película, hemos logrado retratar una realidad muy nuestra, muy paceña, muy boliviana, que también es una reali dad del hombre, una condición humana. He tenido la posibilidad de presentarla en varias universidades en Uruguay, de conversar con gente que la ha visto en Brasil, Argentina, Chile y lo que le llama la atención a la gente es la cuestión de la condición humana, hasta dónde puede llegar uno por haber fracasado en la vida, tener una situación complicada o no poder integrarse al mundo y terminar en el sub-mundo. Por ese lado, se universaliza la película.
También, al retratar estos rasgos muy nuestros hay una cercanía con la gente, la juventud y me alegra.
Son 14 años en que no he aparecido en alguna otra película más como protagonista, pero la gente todavía me reconoce, se acerca a preguntarme de la película, a conversar lo que le ha generado. Entonces, a mí me trae también muchas satisfacciones en ese sentido y espero que esa gente también pueda ver ahora esta nueva película. Que pueda ver que sigo vigente.
—Unay se estrena el 27 de octubre, ¿cuán ansioso está de volver a verse en la pantalla grande?
—Para mí es ambiguo. Tengo muchos deseos de ver la historia, tengo mucho miedo de verme también. Soy muy crítico con lo que veo en la pantalla sobre mi trabajo. Entonces, la ansiedad es doble.
Tengo la seguridad de que es un trabajo muy bien hecho, porque el equipo humano ha sido increíble. Una película depende mucho de eso, no solo del presupuesto y de la parte técnica, de la tecnología con la que se cuenta; el equipo humano es fundamental y en esta película hubo mucho de eso. Gente que ama lo que hace y, además, con mucho sacrificio y esfuerzo, porque las condiciones eran realmente complicadas para el rodaje en Oruro.
Éste es el resultado de todo el trabajo, del esfuerzo de todos y espero no defraudar eso. Espero que mi entrega haya estado a la par y que sea una película que la gente pueda disfrutar
‘Unay’ busca reflexionar sobre la violencia sexual
“Unay es un joven con talento innato para la música. Vive en una comunidad rural del Altiplano boliviano, a la que llega Gregorio, un maestro de música que no podrá controlar algunos sentimientos y deseos oscuros hacia Matilde”, dice la sinopsis del nuevo largometraje de Okie Cárdenas.
Unay es una palabra quechua que significa anterior o primigenio. El filme se estrenará el 27 de octubre en el país.
La película habla sobre cómo en algunas áreas rurales del departamento de Oruro, los padres incentivan a sus hijos a tocar algún instrumento de bronce, ya que les servirá mientras estudian otra profesión.
Y por otro lado, la admiración que esos jóvenes sienten hacia los músicos de banda, especialmente cuando llegan a tocar en la fiesta del pueblo. Ello despierta la motivación y el sueño de ser parte de las agrupaciones que tocan en el Carnaval de Oruro.
“Después de estrenar mi docuficción Entre santos, cholas y morenos, sentí que todavía habían muchas cosas más por contar y que habían quedado rezagadas. De esos temas, el que me apasionó más fue cómo aprendían a tocar, el talento innato, sus pasiones y sus sueños”, dijo Cárdenas a LA RAZÓN sobre la producción.
Así también, “me gusto mucho su interpretación en El cementerio de los elefantes. Tuvimos muchos desvelos hablando sobre el todavía proyecto Unay y sobre cómo debería ser el personaje. Y, al par de semanas estábamos en Parcomarca Copacabana, en Oruro, rodando”, contó sobre la elección de Castillo para el papel protagónico.
La película también narra una historia oculta en el silencio, como muchas otras que ocurren en las áreas rurales de Bolivia. Sucesos de violencia sexual a menores que no son denunciados debido a diversos factores.
PERFIL
Nombre: Christian Castillo Luna
Nacimiento: 22 de septiembre de 1971 Actor Nació en Oruro y creció en la ciudad de Cochabamba. Hace 18 años vive en Santa Cruz de la Sierra, porque en 2004 se abrió la Escuela Nacional de Teatro y quiso continuar capacitándose en actuación.