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Innovador sistema evalúa la habitabilidad de planetas distantes

Impresión artística de Trappist, uno de los planeta distantes. Foto: NASA.

Impresión artística de Trappist, uno de los planeta distantes. Foto: NASA.

Científicos desarrollaron con éxito un marco para estudiar las atmósferas de planetas distantes y ubicar los que son aptos para la habitación humana, sin tener que visitarlos físicamente.

La clasificación de las condiciones climáticas y la medición de la sensibilidad climática son elementos centrales para la evaluación de la posibilidad.

 Esto permitirá estudiar la viabilidad de los exoplanetas como candidatos potenciales para la habitación humana.

En el nuevo estudio, el equipo de investigación examinó TRAPPIST-1e.

Es un planeta ubicado a unos 40 años luz de la Tierra. Además, es programado para ser documentado por el Telescopio Espacial James Webb el próximo año.

Los investigadores observaron la sensibilidad del clima del planeta al aumento de los gases de efecto invernadero y lo compararon con las condiciones de la Tierra.

Usando una simulación computarizada del clima en TRAPPIST-1e, pudieron evaluar el impacto de los cambios en la concentración de gases de efecto invernadero.

El estudio se centró en el efecto de un aumento en el dióxido de carbono en condiciones climáticas extremas y en la tasa de cambios en el clima en el planeta.

«Las dos variables son cruciales para la existencia de vida en otros planetas y se están estudiando en profundidad por primera vez en la historia», explica Assaf Hochman, autor principal del trabajo.

Hochman es parte del Instituto de la Tierra de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

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La variabilidad climática de los planetas

Estudiar la variabilidad climática de los exoplanetas similares a la Tierra proporciona una mejor comprensión de los cambios climáticos que se experimenta actualmente.

Además, este tipo de investigación ofrece una nueva comprensión de cómo podría cambiar la atmósfera del planeta Tierra en el futuro.

Hochman y sus socios de investigación descubrieron que el planeta TRAPPIST-1e tiene una atmósfera mucho más sensible que la Tierra.

Estiman que un aumento de los gases de efecto invernadero allí podría conducir a cambios climáticos más extremos que en el planeta.

Y es que un lado de TRAPPIST-1e mira constantemente a su propio sol, de la misma manera que nuestra luna siempre tiene un lado mirando hacia el Tierra.

Como concluyó Hochman, el marco de investigación que desarrollamos se refuerza con los datos de observación del Telescopio Espacial Webb.

«Esto permitirá a los científicos evaluar de manera eficiente las atmósferas de muchos otros planetas sin tener que enviar una misión para visitarlos físicamente”, dijo.

«Esto nos ayudará a hacer decisiones informadas en el futuro sobre qué planetas son buenos candidatos para el asentamiento humano y tal vez incluso para encontrar vida en esos planetas».