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Aumento récord de la concentración de metano en la atmósfera en 2021

Los viajeros se abren camino en medio de una atmósfera polvorienta a lo largo de una calle transitada durante un día ventoso y de gran concentración de metano. Foto: AFP.

Los viajeros se abren camino en medio de una atmósfera polvorienta a lo largo de una calle transitada durante un día ventoso y de gran concentración de metano. Foto: AFP.

La concentración de metano, un potente gas de efecto invernadero, aumentó hasta llegar a niveles récord en la atmósfera el año pasado. Este aumento va a la par del CO2 y el óxido de nitrógeno.

El dato fue proporcionado por la ONU, este miércoles.

La razón de este aumento excepcional respecto a 2020 de la concentración de metano, «no está clara, pero parece ser el resultado de procesos a la vez biológicos e inducidos por el hombre».

Así lo señaló la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un comunicado con motivo de la publicación de su boletín sobre los gases de efecto invernadero.

«Es el enorme desafío para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero e impedir que las temperaturas aumenten más en el futuro a nivel mundial», declaró Petteri Taalas, de la OMM.

La oficina de Cambio Climático de la ONU advirtió el mismo día que los últimos compromisos internacionales están «muy lejos» de responder al objetivo del Acuerdo de París.

También puede leer: ONU advierte que compromisos climáticos están ‘muy lejos’ de limitar el calentamiento global

«Vamos en la dirección equivocada», dijo Taalas.

En 2020 y 2021, la concentración de metano –el segundo contribuyente más importante al calentamiento global— aumentó de 15 y 18 partes por mil millones (ppb) respectivamente.

Es difícil determinar el origen de las emisiones porque las fuentes de emisiones y los «sumideros» que absorben el gas se pueden confundir, explica la OMM.

«Existen estrategias rentables para luchar contra las emisiones de metano, particularmente en el sector de los combustibles fósiles y debemos ponerlas en marcha», indicó Petteri Taalas.

¿Por qué?

Últimamente se habló mucho de metano con el sabotaje del gasoducto Nord Stream, o la propuesta del llamado impuesto de los eructos y flatulencias del ganado en Nueva Zelanda.

El martes, la NASA reveló que detectó desde el espacio decenas de «superemisores» de metano. Son lugares generalmente relacionados con el tratamiento de residuos o la agricultura.

En cuanto a la progresión continua de la concentración de metano en la atmósfera desde 2007, los científicos consideran que «proviene en gran parte de humedales o arrozales».

Es demasiado pronto decir si los aumentos registrados en 2020 y el año pasado se deben a la descomposición más rápida de la materia orgánica en el agua bajo el efecto de mayor calor.

O que sea producto de los episodios de La Niña, que creó condiciones favorables para la emisión de metano al aumentar las precipitaciones en las regiones tropicales.

CO2 siempre

Pero Taalas recuerda también que el enemigo a derrotar ante todo es el dióxido de carbono.

«La prioridad absoluta es reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono, principales responsables del cambio climático y de  fenómenos meteorológicos extremos», advirtió.

Además, añadió que estas emisiones repercutirán en el clima durante miles de años con el deshielo en los polos, el calentamiento de los océanos y la elevación del nivel del mar.

En 2021, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se elevaba a 415,7 partes por millón (ppm). La de metano a 1.908 partes por mil millones (ppb). Finalmente, la de óxido de nitrógeno se elevó a 334,5 ppb. Es decir, una progresión del 149%, 262% y 124% respectivamente, en comparación con la época preindustrial.

Las emisiones mundiales de CO2 volvieron a aumentar desde el final de los confinamientos por la pandemia de Covid-19 en 2020.

Entre 2011 y 2020, aproximadamente 48% de las emisiones totales de CO2 debidas a las actividades humanas se acumularon en la atmósfera. Fue 26% en los océanos y 29% en la biosfera terrestre.

«Preocupa que ecosistemas terrestres y océanos sean menos eficaces en su función de sumideros, lo que reduciría su capacidad para absorber dióxido de carbono», indicó la OMM.