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El cultivo de amapola de opio crece un 32% en Afganistán tras regreso talibán

Los talibanes prohibieron la plantación de esta flor en abril de 2022. Foto: AFP

Los cultivos de amapola de opio aumentaron un 32% en un año en Afganistán, según un informe publicado el martes por la ONU. El reporte es el primero sobre esta cuestión desde el retorno de los talibanes al poder en agosto de 2021.

«Actualmente llega a 223.000 hectáreas», alerta la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC). Señala que los precios del opio «se dispararon» desde que los talibanes prohibieron la plantación de esta flor en abril de 2022.

La cosecha de este año quedó en su mayor parte exenta de este decreto.

Los agricultores afganos deben decidir a principios de noviembre si vuelven a plantar amapola de opio para el próximo año sin saber si las autoridades aplicarán esta vez sí la prohibición, indica el organismo con sede en Viena (Austria).

Están «atrapados en la economía ilícita de los opiáceos», dice en el comunicado la directora ejecutiva de la ONUDC, Ghada Waly.

Afganistán es de lejos el primer productor mundial de amapola, de la que se obtiene el opio y la heroína.

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«El beneficio obtenido por los agricultores con la venta del opio se ha triplicado» en un año. Pasó de 430 millones de euros en 2021 a 1.400 millones en 2022 (de 425 a 1.384 millones de dólares), estima la ONUDC.

Es el «más rentable registrado en años» y representa un 29% del valor agrícola del país, contra solo un 9% un año antes.

El aumento de ingresos no se traduce necesariamente en un mejor poder adquisitivo. Esto, debido a que la inflación se disparó en el mismo periodo y los alimentos encarecieron un 35%, dice la ONUDC.

Las incautaciones de opiáceos en los países fronterizos de Afganistán indican que el tráfico de opio y heroína no paró.

Entre el 80-90% de la heroína y el opio mundiales proceden de Afganistán, principalmente del suroeste del país, según la ONU.

El cultivo de la amapola fue brevemente prohibido en el año 2000 por los talibanes. Pero durante sus 20 años de guerrilla contra las fuerzas extranjeras lo convirtieron en una importante fuertes de ingresos recaudando impuestos de los agricultores en las zonas bajo su control.

Durante su presencia en Afganistán, Estados Unidos y la OTAN intentaron convencer a los locales de producir trigo o azafrán. No obstante, las principales zonas de cultivo de amapola estaban bajo poder talibán.