El festejo de toros y bolas de alquitrán en España que levantó indignación
Los hombres ataron a un toro en un poste de madera en el centro de la arena, y le amarraron a los cuernos bolas de un alquitrán muy inflamable.

Unos participantes en la fiesta del Toro de Júbilo le colocan unas bolas de alquitrán inflamables en los cuernos a un toro el 12 de noviembre de 2017 en Medinaceli, cerca de la ciudad española de Soria. Foto: AFP.
Retorciéndose y gruñendo, un toro con bolas de alquitrán ardiendo atadas a sus cuernos embiste en la oscuridad en un pueblo del norte de España.
La escena corresponde a una tradición centenaria celebrada el pasado fin de semana en la ciudad medieval de Medinaceli. Ante esto, los defensores de los derechos de los animales exigen que se prohíba.
Justo antes de la medianoche del sábado, el toro fue arrastrado a una plaza de toros improvisada en la plaza principal de la ciudad por hombres vestidos con uniformes grises a juego.
Los hombres ataron al toro a un poste de madera en el centro de la arena, y le ataron a los cuernos bolas de un alquitrán muy inflamable. Mientras tanto, cientos de personas observaban tras las barreras. Varias de ellas tiraban al animal de la cola para mantenerlo quieto.
También puede leer: Cinco hospitalizados en el primer encierro de toros de Pamplona
Toro encendido
Antes de prender fuego a las bolas de alquitrán, se cubrió de barro el lomo y la cara del animal para protegerlo de las llamas.
A continuación, el toro fue liberado en la plaza, que estaba cubierta de arena, entre vítores y aplausos de la multitud.
El toro sacudía repetidamente la cabeza para intentar librarse de las bolas de alquitrán ardiendo mientras corría por la plaza.
Varios hombres saltaron al ruedo e intentaron esquivar al toro en una prueba de valor. Algunos trataban de torearlo con una capa.
La fiesta duró unos 20 minutos, hasta que las bolas ardientes en sus cuernos se apagaron y el toro colapsó. Luego lo sacaron a rastras de la plaza.
Tradicionalmente, el toro salva la vida, pero los organizadores admitieron que este año murió al ser embestido en la cabeza por el cabestro que salió para guiarlo fuera de la plaza.
La fiesta del Toro Júbilo se celebra tradicionalmente en la segunda semana de noviembre.
«No es la Edad de Piedra»
El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) explicó que está estudiando la posibilidad de emprender acciones legales contra los organizadores del evento. Además, reiteró su petición de que la actividad sea prohibida.
«Esta esperpéntica tradición sigue celebrándose a pesar de que ya no estamos en la Edad de Piedra», tuiteó el partido.
Jaime Posada, de la ONG protectora de animales Anima Naturalis, explicó que el toro es metido en un corral muy estrecho hasta ser arrastrado a la plaza.
«No puede moverse, no puede sentarse apenas, con lo que ya está sometido a estrés simplemente por eso», explicó a AFP.
Los participantes rechazaron ser entrevistados, y el PACMA y otros detractores de la fiesta explicaron que los vecinos les impidieron filmar el ritual.
«¿Por qué les da miedo? Básicamente porque saben que eso no es cultura, es simplemente maltrato animal y ellos disfrutan haciéndolo», sostuvo Posada.
Sin embargo, esta fiesta es uno de los momentos más importantes del calendario de fiestas de Medinaceli, donde viven unas 650 personas.
Incluso, la Junta de Castilla y León otorgó a la celebración un estatus cultural especial. El ayuntamiento de Medinaceli no respondió a una demanda de comentarios.