Con el fallecimiento de Ernestina Herrera de Noble, la industria de los medios de comunicación de América Latina despide a una de sus personalidades más destacadas de los últimos 50 años.
Madre de Marcela y Felipe Noble Herrera; abuela de Mora, Olivia y León; fue hasta su muerte directora de Clarín, el diario de mayor circulación en español y origen del principal grupo de comunicaciones de la Argentina.
Su compromiso con la libertad de expresión, su reivindicación de la independencia editorial y económica de los medios, y su defensa del periodismo profesional, le valieron logros y reconocimientos en el país y el mundo. Pero al mismo tiempo, le significaron ataques y persecuciones en distintos momentos de su vida.
Ernestina Laura Herrera de Noble nació en Buenos Aires el 7 de junio de 1925. Fue la menor de los seis hijos del matrimonio de Juan Herrera, profesor de Filosofía y Letras, y María del Carmen Morales, pianista.
Durante 48 años estuvo al frente de Clarín. Asumió la dirección el 21 de enero de 1969 tras la muerte de su esposo y fundador del diario, Roberto Noble. Fue la primera mujer en hacerse cargo de un diario de venta masiva en Sudamérica. Bajo su conducción, Clarín se transformó en el diario más vendido de habla hispana y el octavo en el mundo. Y comenzó su proceso de diversificación a otras tecnologías de la comunicación, como la radio, la televisión, el cable e Internet, que posteriormente conformaron el Grupo Clarín.
Ernestina Herrera de Noble fue una custodia de la continuidad del legado fundacional de Clarín y una artífice de su multiplicación en nuevos soportes. A su vez fue impulsora de un desarrollo organizacional y profesional que garantizara esa continuidad a futuro.
Conoció a Roberto Noble en 1946 y se casaron el 27 de julio de 1967. Un año y medio después, por disposición del fundador, Ernestina Herrera de Noble se hizo cargo de la dirección del diario, asumiendo el compromiso de llevar adelante los ideales de su esposo.
“Llegué con una tremenda determinación: debía continuar la obra de Noble. No imitándolo, porque las personas son insustituibles y cada uno tiene su estilo. Pero sí teniendo presentes sus principios”, recordó en una entrevista la directora de Clarín.
Esa determinación la llevó a buscar un horizonte para Clarín en el que pudiera conjugarse su fuerte identidad argentina, su oferta inclusiva y transversal, su perfil a la vez masivo y de calidad, su independencia periodística y su sustentabilidad empresaria. El diario se fue consolidando en cada uno de estos aspectos, vivió un proceso de modernización tecnológica y editorial y se afianzó como un medio de referencia en la región y el mundo.
- Junto a sus hijos Marcela y Felipe Noble Herrera, en 2011.
Ernestina Herrera de Noble nunca se sintió identificada con el protagonismo personal. “Como directora le he transmitido a Clarín algo de mi estilo: el protagonista no somos nosotros, debe ser la noticia”.
Muchas veces ese rol periodístico le valió momentos difíciles, tanto a ella como al diario. Pero los consideraba una parte ineludible del trabajo. “La función de Clarín implica ejercer un poder, que es el de servir a la gente informando con objetividad e independencia. En los momentos difíciles, cuando existen presiones desde cualquier sector, siempre recuerdo que primero están los lectores.”
Respecto de la relación de la prensa con el poder político, sabía que no podía estar exenta de tensiones. En 1990 decía “Siempre hay momentos buenos y momentos malos. Y seguro que en el futuro será igual. En general la nuestra, siempre ha sido la relación que corresponde a un medio de prensa importante, y que en esa relación nuestro interés principal siempre ha sido conservar un espacio de independencia”.
La señora de Noble fue una entusiasta defensora de la independencia económica de los medios como garantía de libertad editorial. Y también promovió el desarrollo multimedia mucho antes de que fuera moneda corriente en la industria. “La existencia de medios sólidos es muchas veces una garantía de independencia frente a distintos factores de poder en la sociedad contemporánea”.
“Algunos desconocen que la tendencia mundial va hacia una integración de medios, una tendencia establecida en todas las democracias occidentales y que responde a una realidad de la época. Las nuevas tecnologías, que ya están entre nosotros, nos obligan a no quedarnos atrás y pensarnos, antes que nada, como productores de información, de contenidos, más allá del medio que efectivamente las transporte”.
A lo largo de su carrera, Ernestina Herrera de Noble recibió numerosas condecoraciones. Entre ellas la Legión de Honor en grado de oficial por el gobierno francés, la Orden al mérito de la República de Italia, la Real Orden de Isabel la Católica de parte del gobierno español y el Premio al Logro Editorial por la Asociación Mundial de Periódicos.
- 1996 | Orden al mérito de la República de Italia de manos del presidente Oscar Luigi Scalfaro.
A su vez, durante su dirección, Clarín fue el diario argentino más premiado en el mundo, con más de 300 distinciones internacionales, entre ellas 6 premios Rey de España, 2 Premios Don Quijote y 4 premios Moors Cabot.
Ernestina Herrera de Noble también fue miembro del Instituto de Prensa Internacional y del Consejo del Museo Internacional de Televisión y Radio. Y fue la primera editora latinoamericana en integrar el Comité Consultivo de la UNESCO para la Libertad de Prensa.
A través de la Fundación Noble, institución que presidió y que canaliza las actividades comunitarias del Grupo, promovió el Curso de Perfeccionamiento Periodístico -que durante 20 años se desarrolló en Clarín- y el primer programa de habla castellana sobre «El Uso de los Medios en la Educación», proyecto que recibió múltiples galardones internacionales, y por cuyos talleres gratuitos pasaron más de 150 mil docentes.
Con el fin de seguir profesionalizando la práctica periodística, en el año 2001 lanzó junto a la Universidad de San Andrés (Argentina) y la Universidad de Columbia (EE.UU.), la Maestría en Periodismo de Clarín. Además fue autora de los libros «Compromiso con el país» (1980) y «La Argentina necesaria» (1989).
- Junto al ex presidente Raúl Alfonsín.
En 2002, cuando la Argentina aún trataba de salir de una de las peores crisis económicas y sociales de su historia, la directora de Clarín debió atravesar uno de los momentos más dolorosos de su vida.
El 17 de diciembre, el entonces juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, la detuvo sin siquiera haberla citado a declarar. El juez se basó en una denuncia carente de pruebas sobre la posibilidad de que los hijos de la directora de Clarín fueran hijos de personas desaparecidas durante la última dictadura militar. Pocos días más tarde la Cámara Federal de San Isidro ordenó su excarcelación. Y al tiempo, la Justicia destituyó a Marquevich por haber ordenado la detención sin causa, prejuzgando y con manifiesta enemistad.
Ernestina Herrera de Noble siempre supo que su detención buscaba condicionar al Grupo Clarín. Y que el poder político no había sido ajeno a esa operación. Las primeras sospechas respecto del origen de sus hijos se habían querido instalar durante el menemismo a través de personajes vinculados a los servicios de inteligencia. Años más tarde, ya durante el kirchnerismo, la denuncia volvió a reflotar, apalancada en una ofensiva mediática sin precedentes. La persecución incluyó la toma compulsiva de muestras genéticas de los hijos de la directora de Clarín, el allanamiento a sus domicilios, la modificación de leyes y hasta la amenaza por parte de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de recurrir a tribunales internacionales si un fallo judicial no favorecía su postura.
Finalmente en el año 2011, tras contrastar el ADN de los hermanos Noble Herrera con todas las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos, se determinó que no eran hijos de personas desaparecidas. Aunque este resultado fue reconocido por todos los organismos de derechos humanos, la familia Noble no recibió ningún tipo de disculpas. La Justicia determinó el sobreseimiento de la directora de Clarín en todas las instancias.
Ese mismo año, Ernestina Herrera de Noble tocó el tema en el aniversario de Clarín: “Todos y cada uno de nosotros atravesamos momentos difíciles. Por estar donde estamos, por hacer nuestro trabajo. Por eso quiero agradecerles profundamente el compromiso con el que lo llevan adelante. Y también la confianza y el conmovedor apoyo que recibimos, mis hijos y yo, en los momentos que tuvimos que pasar. Esta casa cumple 66 años y queremos ratificar su compromiso fundacional: ser un actor social preocupado –y ocupado– por la realidad que vive y la sociedad a la que pertenece. Porque somos parte de ella. Con las puertas abiertas para el debate genuino. Con la democracia y el desarrollo como ejes. Trabajamos para esos millones de lectores que –aquí y en el mundo, en papel y en Internet– siguen creyendo que somos una herramienta que puede ayudarlos en su vida personal y ciudadana. Que es bueno que haya medios masivos y sólidos, que no dependan del gobierno de turno. A pesar de los tiempos complejos, seguimos acá. Firmes”.
El caso Noble fue el más grave de los hostigamientos que sufrió la directora de Clarín y el Grupo en general. Pero se inscribió en una escalada mucho más amplia y sistemática, que incluyó más de 1200 acciones directas entre 2008 y 2015. A ellas se refirió Ernestina Herrera de Noble en uno de sus últimos discursos al personal del diario:
“Hoy Clarín vive tiempos que ponen a prueba nuestra fortaleza y nuestra templanza. Nunca pensamos que, en democracia, el ejercicio de nuestra tarea nos traería tan duras consecuencias. Nunca pensamos que la persecución y los ataques podían adquirir métodos tan brutales. Han puesto todo el Estado contra nosotros. Pero nos seguiremos defendiendo con la verdad y con la ley, como siempre. Este es el costo que pagamos por negarnos a canjear nuestra independencia. Este es el costo que pagamos por seguir reflejando la realidad. Mostrando lo que el poder quiere ocultar o disfrazar. No conseguirán que nos apartemos de nuestro compromiso con la sociedad. No conseguirán corrernos de nuestro camino. No conseguirán que dejemos de hacer periodismo. Nos mantendremos firmes, aún frente a los ataques más arteros y las mentiras más burdas. Somos argentinos. Y aunque quieran sacarnos de aquí, aquí seguiremos estando. Como desde hace 65 años. Trabajando, desde la comunicación, para defender la democracia, la libertad y el desarrollo de nuestra sociedad.”