Rodrigo Bellot: ‘Buey rojo sangre’ es una película muy diferente a lo que vengo haciendo
El pasado 8 de diciembre, el cineasta estrenó su más reciente filme, con el que se inicia en el género de terror.
El reconocido cineasta nacional Rodrigo Bellot.
Buey rojo sangre es el más reciente filme del cineasta nacional Rodrigo Bellot, quien se inicia en el género de terror y regresa con un nuevo largometraje después de Tu me manques (2019).
La cinta se estrenó a escala mundial en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en México, en 2021. Y desde el pasado jueves 8 de diciembre está en las carteleras de cine del país.
El guion de Buey rojo sangre está basado en hechos de la vida real; principalmente, en el incendio de Tariquía, Tarija, que ocurrió en 2017. Por ello, la producción invita a tomar conciencia sobre el medioambiente y reflexionar sobre la salud mental.
El reconocido cineasta, guionista, productor y director habló con LA RAZÓN para comentar sobre sus expectativas, el interés en el género de terror, su regreso a Bolivia y sus proyectos.
—¿Cómo nace la historia de Buey rojo sangre?
—Esta película nació mientras editaba Tu me manques. Íbamos por el mes 14 y estaba súper cansado y frustrado. Entonces, un amigo me recomendó tomar una vacación. En esa época, justo llegaron a Nueva York, donde estábamos editando la película, unos amigos de Tarija, entre ellos Vitorio Lema, a quien acababa de conocer, y que se estaba graduando de una academia renombrada de actuación.
En un almuerzo nos quedamos charlando sobre los bosques de Tarija y el incendio de Tariquía y la importancia de hacer una película sobre eso. Era 2018, el incendio acaba de suceder y hablábamos de por qué la gente no va a ver películas sobre el medioambiente y cómo hacer una película que sea informativa, pero también llamativa y, al mismo tiempo, que no cayera en la pesadez del reportaje documental medioambiental. Ahí salió la idea de hacer la película en el género del terror e internarnos al bosque de Tarija durante tres semanas. Pero fueron 16 días de rodaje, de hecho, que funcionaron como una forma de cambiar la paleta, sacarme la perspectiva de Tu me manques, donde estaba bloqueado, y hacer algo completamente diferente y reenamorarme del cine, porque estaba muy cansado y a punto de tirar la toalla, dejar el cine.
Pensaba que Tu me manques iba a ser mi última película, pero el ejercicio fue justamente volver a hacer cine como lo hacíamos cuando éramos jóvenes estudiantes de cine.
—¿Cómo eligió a los personajes del filme?
—La elección de los protagonistas fue mucho más fácil y divertida, porque eran pocos personajes y desde el principio Vitorio Lema era uno de ellos, desde que él me da la idea de hacer una película sobre el Rincón de la victoria en Tariquia. Así que escribí el personaje de Amaru para Vitorio.
En esa época yo acababa de ver Eugenia, de Martín Boulocq, y me encantó el trabajo de Andrea Camponovo, así que tenía muchas ganas de trabajar con ella; una actriz realmente extraordinaria. Me acuerdo haberla llamado por teléfono para decirle ‘me encanta tu trabajo, espero poder trabajar contigo algún día’. Y, cuando nació esta idea, fue la oportunidad ideal.
Así que la volví a llamar y le dije: ‘¿te acuerdas que te llamé una vez? Pues aquí está el guion, te lo paso por mail’ y fue amor a primera vista. Nunca había trabajado tan orgánicamente con alguien, además que se integró como productora. Fue muy lindo.
En el caso de Mazin Akar, él había audicionado para Tu me manques, para el personaje del periodista que interroga a Barbosa, y fue una de las mejores audiciones que vi en mi vida. Lamentablemente, no estaba disponible en las fechas que grabamos y fue una pena no trabajar con él. Por eso le dije: ‘no te preocupes, algún día escribiré algo para ti’ y ésta fue la excusa perfecta para hacerlo.
Mientras que con Kaolin Bass, él fue productor de Tu me manques. En el rodaje me enteré de que había sido actor de joven y que lo dejó para ser productor. Entonces le dije ‘yo te voy a hacer regresar al cine’. Se rió. ‘Nadie me va a contratar’, me contestó. Pero nunca es tarde, así que escribí ese papel para él.
Por eso no tuvimos que hacer audiciones, ya que se escribió la película para ellos cuatro.
—No es la primera vez que se introduce al terror, ya que anteriormente produjo Somos lo que somos. ¿Cuánto le interesa este género?, ¿cuánto más quiere explorar a futuro?
—Sí, efectivamente. Mi introducción al género fue con Jim Mickle, con Somos lo que somos, y aprendí muchísimo en esa época de 2013-2014; pero otra cosa es meterse a dirigir. Entonces, ésta fue la oportunidad de investigar, de aprender sobre el género y me encantó la libertad que te provee la fantasía, el terror psicológico. Son rodajes mucho más divertidos, mucho más lúdicos; sobre todo me fascinó cuán severo, profundo y extenso puede ser el cine de terror en su propósito político, en su agudeza y crítica social. Cuánta permisividad te da el género para, en nombre de la fantasía, poner el dedo en la llaga y ser mucho más inquisitivo en las preocupaciones sociales y políticas que estoy viendo que tiene el nuevo género de terror, al que llaman terror elevado.
Me encanta el nuevo cine de terror que está siendo muy confrontacional y quiero seguir investigando. Todo lo que estoy escribiendo y haciendo viene desde este género, que también te permite jugar con otros, ser convergente con la comedia, el drama, la acción, así que creo que me voy a quedar con este género por un tiempito.
—¿Qué busca motivar en el espectador con Buey rojo sangre?, ¿con qué se encontrará el público?
—Sin duda el público se va a encontrar con una película muy diferente a lo que vengo haciendo; muy diferente a La llamita blanca, a Tu me manques, a Dependencia sexual, y creo que muy diferente a lo que se ha visto en el cine nacional. No tiene esa necesidad de declararse diferente, pero, obviamente, queríamos hacer algo diferente.
Buey rojo sangre terminó siendo, más que una película, una experiencia. Y la idea tenía siempre muy claro el propósito de generar empatía, de poner al público en una posición que no se había puesto antes, y de cuestionar la visión de la realidad, del medioambiente y de la salud mental. No desde lejos, como espectador, sino desde adentro, y así poder generar una serie de sensaciones de incomodidad, de angustia, de sufrimiento y confusión que permitan entender verdaderamente con compasión y desde la empatía absoluta el punto de vista de nuestros protagonistas, incluyendo a la naturaleza, la Madre Tierra, como protagonista.
Es un filme que te obliga a ser un espectador activo y estar atento a todas las pistas para poder entender la narrativa.
—El próximo año se cumplen 20 desde la exitosa Dependencia sexual. Haciendo una retrospectiva, ¿cuán importante ha sido esa película en su vida y su carrera?, ¿cuánto ha ‘evolucionado’ desde entonces?
—Así es. Y ya son 20 años de carrera. Efectivamente, es una película que ha cambiado mi vida y mi carrera, que marcó mucho al cine nacional, como dice el Chapulín Colorado, ‘sin querer queriendo’. Pero, curiosamente, hablando con un periodista el otro día, me dijo que Buey rojo sangre tiene mucho de Dependencia sexual en el sentido de que tiene ese espíritu de curiosidad, de probar cosas diferentes.
Creo que estoy en una etapa diferente de mi vida. He hecho 15 películas en el proceso, he probado de todo. Son 20 años de carrera con películas en diferentes partes del mundo, en diferentes idiomas y géneros. Entonces estoy en un momento de reinvención en el que la pandemia ha jugado un rol muy importante para volver a probar desde cero y volver a enamorarme de lo que hago.
—Por favor, actualícenos sobre su vida.
—Hice un cambio bastante radical, que es venirme a vivir a Samaipata. Estoy volviendo a vivir en Bolivia desde que tenía 17 años, cuando me fui a estudiar a Estados Unidos, y vine en octubre de 2020 a vivir a Samaipata. Ya estoy dos años viviendo feliz allá, trabajando, creciendo, escribiendo y empezando varios otros proyectos desde allá.
Creo que es la vida soñada que siempre quise, desde la tranquilidad a la calidad de vida del campo. He logrado un equilibrio bastante sano y óptimo para hacer lo que siempre quise, sin tener que sacrificar mi bienestar, mi cultura, mi país y mi familia, que están acá.
—¿Qué planea para el futuro?, ¿actualmente trabaja en algún otro proyecto?
—Estoy haciendo mi primera película de encargo, mi primera película hollywoodense, en febrero del próximo año. Es un proyecto que no he escrito yo y que viene a través de mi agencia en Los Ángeles, pues un grupo de productores vieron Tu me manques en HBO Max y creen que soy el director óptimo para dirigir esta película, a pesar de ser muy diferente a todo lo que yo he hecho.
Creo que Tu me manques tiene una sensibilidad que ellos reconocieron. Aparte, me encantó el guion cuando lo leí, totalmente fuera de mi zona de confort. Así que llevo un año preparándome, informándome y aprendiendo sobre esta cultura que voy a retratar.
—Este año, el cine boliviano le ha dado grandes sorpresas al país. ¿Ha visto filmes bolivianos últimamente?, ¿cuál es su perspectiva del cine nacional actual?
—Según lo que leí, son 15 largometrajes que se han estrenado este año y Bolivia ha ganado los festivales más importantes que son Venecia, La Habana, Berlín, Sundance, Tribecca; aparte tenemos dos nominaciones al Goya, lo cual es histórico. Y lo más lindo es que no es una sola película que está rompiéndola, sino que son varias.
En cuanto se estrena una película boliviana, internacionalmente gana un premio. Recién ganó Alejandro Quiroga en Mar del Plata, así como otros, entre ellos Martín Boulocq, Alejandro Loayza, Geraldine Ovando, Natalia López, Kiro Russo, Daniela Cajías, Juan Pablo Richter.
Creo que la mejor noticia del año es cuántos premios hemos ganado como Bolivia y me llama la atención que no estamos festejando como bolivianos como estaríamos festejando si hubiéramos metido un gol. Sin embargo, este año es el año histórico del cine boliviano.
Se está haciendo mucha diversidad de cine en muchos lugares y con diferentes géneros a pesar de la ausencia de organismos que apoyen la continuidad y le den al cine el incentivo para que esto no sea simplemente un accidente o una ola de este año.
Es una importante llamada de atención para la gente que no está viendo lo importante que es tener una ventana de visibilidad a una industria que genera tanto para la economía de este país. Espero que este año se cierre con más interés de la gente de involucrarse y ser parte de su cine, que es el espejo de una nación.
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PERFIL
Nombre: Rodrigo Bellot
Nacimiento: 4 de octubre de 1978, Santa Cruz de la Sierra
CINEASTA
El realizador cruceño también es guionista, productor y director de teatro boliviano. Su ópera prima es Dependencia Sexual, que se estrenó en 2003.