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Nuevas inundaciones en California, golpeada por intensas lluvias

Una casa inundada por las olas del río Salinas cerca de Chualar, California, el sábado 14 de enero de 2022. Foto: AFP.

Una casa inundada por las olas del río Salinas cerca de Chualar, California, el sábado 14 de enero de 2022. Foto: AFP.

Otro diluvio cayó el sábado sobre el estado de California, en el oeste de Estados Unidos, provocando grandes inundaciones, luego de tres semanas de precipitaciones. En este lapso de caos sin precedentes, murieron al menos 19 personas.

Una impresionante ola de lluvia y nieve en las zonas de montañas, arrasaron este sábado muchas zonas del estado más poblado del país. Por lo que, sus suelos ya encharcados están llegando al punto de saturación.

Se espera que otro sistema de baja presión llegue desde el océano Pacífico este mismo sábado, bañando la costa, los valles y luego las montañas de California. Así lo advirtió el Servicio Meteorológico estadounidense (NWS).

Las autoridades informaron de daños en las líneas eléctricas, así como de una serie de caminos y campos con inundaciones en zonas de California. Más de 50.000 hogares estaban sin electricidad hacia el mediodía.

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Más acostumbrado a la lluvia

En la región de Salinas, una ciudad de 160.000 habitantes al sur de San Francisco, donde el río homónimo se desbordó, la inundación afectó los rincones agrícolas del valle. Sin embargo, no golpeó a las zonas urbanas, constató la mañana de este sábado un periodista de la AFP.

Bajo un cielo plomizo y lluvias intermitentes, el curso de agua se salió de su cauce en algunos lugares, inundando cientos de metros de campos.

En una de las zonas, dos tractores con equipos de bombeo devolvían hacia el río el agua estancada por las lluvias de los últimos días, para evitar la anegación del suelo.

«La región ha sido fuertemente golpeada por la sequía en los últimos años», dijo a la AFP Manuel Paris, trabajador agrícola de 58 años. Él, asombrado por el río que fluye a toda velocidad, dijo que «ha pasado mucho tiempo, ya no estamos acostumbrados a ver tanta lluvia».

Una serie de tormentas ha azotado a California en las últimas semanas. Las breves interrupciones apenas dan tiempo a las autoridades para limpiar los escombros o restablecer la electricidad.

Según los meteorólogos, la oleada de clima extremo no ha terminado, por lo que habrán más inundaciones en California.

Se espera que lunes feriado en Estados Unidos regrese un nuevo «río atmosférico», es decir una franja de humedad que transporta grandes cantidades de agua de los trópicos. El Servicio Nacional Meteorológico (NWA) advierte que traerá «nuevas olas de precipitaciones extremas».

Un metro de nieve

En la montaña, este fenómeno se traduce en fuertes nevadas, con más de un metro previsto durante el fin de semana en Sierra Nevada. Por lo que las autoridades advierten sobre el riesgo de aludes y desaconsejan cualquier desplazamiento.

Imágenes difundidas de una autopista en la región del lago Tahoe muestran decenas de automóviles detenidos en medio de una tormenta de nieve el sábado por la mañana.

Al menos 19 personas han muerto desde el inicio de esta serie de eventos climáticos. Se han encontrado conductores atrapados en sus vehículos por las olas, personas lastimadas tras la caída de árboles. Además, una pareja murió por un deslizamiento de tierra y algunos cuerpos han sido arrastrados por las inundaciones.

California está acostumbrada al clima extremo, y las tormentas de invierno son habituales.

Pero los científicos dicen que el cambio climático, potenciado por la quema de combustibles fósiles por parte del ser humano, está haciendo que estos eventos sean más feroces.

Si bien está causando desastres a corto plazo, la lluvia es muy necesaria en el oeste de Estados Unidos, donde más de dos décadas de sequía han impuesto restricciones en el uso del agua.

Sin embargo, los expertos advierten que los aguaceros monstruosos que han azotado la región este mes no van a revertir más de 20 años de precipitaciones por debajo del promedio.

El lago Shasta, el embalse más grande del estado, todavía estaba en solo dos tercios de su promedio histórico a principios de enero, según datos del departamento de recursos hídricos.