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El Papirri alista conciertos en marzo con sus canciones ‘raras’

Manuel Monroy Chazarreta, 'El Papirri', en su visita a este medio de comunicación. Foto: Oswaldo Aguirre - La Razón

Manuel Monroy Chazarreta, 'El Papirri', en su visita a este medio de comunicación. Foto: Oswaldo Aguirre - La Razón

Alasita sin la canción de El Papirri no sería Alasita. Sin embargo, ésta y otras 14 canciones que Manuel Monroy Chazarreta interpreta siempre en sus conciertos no serán parte de sus próximas presentaciones. En marzo, el músico revivirá sus canciones “raras”.

El cantautor fue el invitado especial de la jornada alasitera en el programa Piedra, Papel y Tinta. “La Paz, para mí, es el ajayu y el ajayu también está en el Ekeko y hoy es el día del Ekeko. Así que es muy especial este día. Como digo en un texto, la Alasita es igual que Navidad para nosotros los paceños”, dijo sobre la importancia del 24 de enero.

En su visita, el también columnista de La Razón adelantó sus próximos conciertos. Las fechas elegidas son el jueves 9 y viernes 10 de marzo en el teatro Nuna (21 de Calacoto), para las cuales alista canciones nuevas. “Voy a estrenar tres canciones y, por supuesto, estar con muchos músicos, compartir es la característica de mis conciertos. Un poquito estoy contra el tiempo por las canciones que hay que ir puliendo”.

Así también, “lo que sí puedo adelantar es que voy a cantar canciones que nunca he cantado”. Por ejemplo, ‘El Rosendo’, una tarqueada que siempre la toca el grupo Sobrevigencia; además de otras como ‘El eco’, ‘K’encha Terán’, ‘La necrológica’ y ‘Años’.

“Son como 14 canciones que uno siempre anda cantando, que están afuera. Es bien riesgoso este concierto, porque no está ‘Alasita’, ‘Qué tal metal’, ‘Bien le cascaremos’, ‘Metafísica popular’, ‘Sacudite’… Hemos contado como 14 canciones mías que siempre estuve dándoles continuidad, que no van a ingresar. Serán otras que han sido un poco postergadas y que también merecen ser difundidas. Canciones raritas son”, aseguró el Papirri.

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Pedidos al Ekeko

En el programa que se emite vía streaming y a través de la red DTV, el artista fue consultado sobre su constante inspiración y creación. “Hay etapas de sequedad, pero yo compongo en realidad poco. Son tres o cuatro canciones al año, pero con eso estoy conforme”, dijo.

Asimismo, “es una sensación muy linda la de estrenar canciones y todavía no puedo tocarlas, porque no las he acabado. Hay una particularmente que me está constando y creo que hasta el 9 y 10 de marzo la vamos a estrenar.

También tiene previsto presentar nuevas composiciones en octubre, ya que El Papirri está armando un nuevo disco.

Sobre los temas que lo impulsaron a componer las próximas propuestas, Chazarreta adelantó que hay una canción muy elemental sobre el desamor. “Es un temón, en términos de hacer canciones. El desamor es algo muy fuerte”, dijo.

Se suma una reflexión sobre el machismo y el feminismo, “toda aquella polémica que está muy interesante”; además de “unas tres cuequitas que tengo que pulir”.

A la vez de regalar billetitos a la directora de La Razón, Claudia Benavente, aprovechó para pedir al Ekeko salud, alimentos, techo, conocimiento y alegría.

El Papirri también reflexionó sobre el año pasado, muy duro que le tocó afrontar. “Siento que este año va a ser un renacimiento para mí y no me he dado cuenta la magnitud que fue el año pasado”.

En la ocasión leyó un texto sobre Alasita, dedicado a sí mismo, porque se trata del último ejemplar del libro que tuvo 1.000 unidades.

“Para nosotros los paceños de La Paz, la Alasita es tan relevante como la Navidad. Por algo la fiesta se llevaba antiguamente a cabo el 21 de diciembre, en el solsticio de verano. Vislumbro tres etapas en esta bella historia”, empezó. Así, el Papirri dio paso al texto:  

El texto

“La primera hace miles de años en pleno Tiwanaku con un ritual profundo dedicado a las deidades para que proveyeran alimentos en abundancia y otorgaran fertilidad. Dicen los que saben que la deidad principal del añejo periodo es el Eqaqo, representado por la figura de un indígena con joroba o sería su q’epi y el pene bien erecto. Se lo puede ver en los museos paceños hecho en metal, en piedra negra basalto. Los miles de años no pudieron con él.

Esta primera etapa va más o menos hasta 1550. Luego de la fundación española de Nuestra Señor a de La Paz la fiesta va llegando a la hoyada. El Eqaqo pijudo causa iras a un obispo amargado que prohíbe el ritual declarándolo indecente y reñido con la moral judeocristiana. Entonces se inicia la etapa del amuki, del silencio aymara de resistencia. 200 años de ritual clandestino hasta dar con la tercera etapa que se inicia en 1781 con el cerco de Tupac Katari y su esposa Bartolina Sisa, los pioneros en revelarse contra la brutal colonia española.

Se cuenta que el cerco de Katari fue radical, los españoles y criollos de la hoyada morían de hambre. Los empleados aymaras del alcalde paceño de la época le salvan la vida, o sería el gobernador, tal vez paceño, con alimentos originarios bien almacenados. La quinua, el tarwi, la coca, el mote, permiten la sobrevivencia de Sebastián Segurola y familia. Cuentan que el alcalde pregunta a los sirvientes ¿de dónde viene el milagro? Lo llevan a un qh’atu clandestino, allí los aymaras le presentan al Eqaqo, que guarecía severamente estos alimentos prodigiosos.

Segurola agradecido decide reiniciar la festividad del rito, la feria, trasladándola al 24 de enero y casándola con la festividad de la Virgen de La Paz. Entonces nace el Ekeko que, dicen, se parece a él. Regordete, con cara de Jorge Negrete. Esta etapa va de 1783 a la actualidad.

Mas de 200 años de fiesta y cambios de la figura mágica, conservándose la pulsación sagrada de pedir cositas, abundancia, fertilidad, y la creatividad de las miniaturas de los hábiles artesanos.

Hoy urbanizado, el Ekeko es nuestro rey mago mayor y ha extendido su reinado a toda Bolivia, Perú, Argentina, Chile y Brasil. Porque mi pueblo no necesita de una isla de la fantasía, donde se cumplan sus sueños. Para eso está Alasita, ala plena, Alasita, rebajá casera. Alasita, alarila, sé que el Ekeko ya cambió mi vida”.

“¿Quieres que te lo cante la canción de Alasita?”, preguntó. La respuesta del Papirri siempre llega con el sonido de su guitarra.