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Fieles salvadoreños peregrinan para adorar el Niño Jesús con danzas y comida

Una imagen de uno de los dos Niños Jesús salvadoreños, tallados en madera. Foto: elsalvador.com.

Una imagen de uno de los dos Niños Jesús salvadoreños, tallados en madera. Foto: elsalvador.com.

Centenares de salvadoreños caminaron este sábado varias horas cargando dos antiguas imágenes del Niño Jesús talladas en madera. Es una expresión de fe, sincretismo y alegría que hermana desde hace siglos a varios poblados del país, con danzas y comida.

Desde el poblado de San Ramón, una columna de fieles partió con la imagen de «Jesusito». Mientras que, desde la vecina localidad de Candelaria, los peregrinos hicieron lo mismo llevando la imagen del «Niño Zarco», un pequeño Jesús con intensos ojos azules.

Ancianos, niños, hombres y mujeres caminaron casi 30 kilómetros, acompañados por una banda de música popular. Con ella, saludaban a sus «hermanos» del pueblo de San Pedro Nonualco, situado en el centro de El Salvador; que celebra cada 4 de febrero una fiesta en honor al Dulce Nombre de Jesús.

«Nunca me pierdo estas fiestas, son mis preferidas», dijo a la AFP Marina Guzmán, maestra retirada de 62 años, del pueblo que acoge la fiesta.

Desde San Ramón y Candelaria, dos hombres cargaron en la espalda, a modo de mochila, cada una de las urnas de vidrio que protegían a las imágenes del Niño Jesús.

Siguiendo la tradición, otros feligreses salvadoreños cargaban también varas de bambú en las que iban amarradas frutas y animales de corral; lo hacían para agradecer a sus pequeños santos por brindarles alimentos.

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Antigua danza española

Agotados por el peregrinaje, los peregrinos fueron acogidos en San Pedro Nonualco como invitados especiales para la festividad.

Las «milagrosas» imágenes del Niño Zarco y Jesusito fueron sacadas de las urnas de vidrio y recorrieron en andas las calles principales del pueblo; mientras eran aclamadas por emocionados feligreses.

Los preparativos en San Pedro Nonualco comenzaron días antes. Cuatro cofradías se encargaron de organizar la festividad: patos, gallinas y pavos fueron paseados en postes de bambú. Esto es algo conocido localmente como «las palancas».

Trozos de carne de cerdo, maíz, frijoles, arroz y tamales fueron preparados para la ocasión, así como «chicha», una popular bebida alcohólica a base de maíz.

Los peregrinos se dirigieron luego al barrio Guadalupe, en donde hubo exhibición de bailes tradicionales y de «Los Historiantes». Ésta es una antigua danza española sobre la guerra entre cristianos y moros llegada a El Salvador durante la colonia.

Nadie sabe cuándo ni cómo inició la tradición de esta festividad, pero investigadores señalan que hay documentos de hace 200 años en los que ya se menciona.

«Es maravilloso continuar esta tradición que viene desde hace muchos años, los niños y los peregrinos siempre serán bienvenidos a nuestro pueblo». Así dijo a la AFP Carlos Bolaños, dirigente de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús.

Por la noche, tras bailar, beber y comer, los feligreses planean quemar figuras de toros hechas con armazón de bambú y repletas de fuegos artificiales, como manda la tradición.

La festividad de los salvadoreños volvió a tener gran afluencia este sábado; después de dos años en que bajaron considerablemente los participantes debido a la pandemia de COVID-19.