A lomo de toro, una nicaragüense desafía al machismo y la tradición
De 1,60 metros de estatura, se esfuerza por mantenerse en forma, para lo que hace ejercicios y corre unos dos kilómetros a diario, cuando no está lesionada.

La jinete de toros Eveling Pérez habla con un miembro del equipo antes de participar en un evento tradicional de monta durante la celebración de las fiestas de la Virgen de la Candelaria en Teustepe, Nicaragua, el 5 de febrero de 2023. Foto: AFP.
Eveling Pérez es una mujer recia que, montada a lomo de toros bravíos, desafía al peligro y el machismo en Nicaragua.
En una exhibición en las fiestas de Tipitapa, a unos 30 kilómetros al este de Managua, se sacude en el aire empujada por los movimientos del toro. Ella mantiene el equilibrio con el brazo izquierdo alzado y con el derecho se aferra al animal.
En un intento por quitarse de encima a Pérez, de 33 años, la bestia corre por el ruedo mientras cientos de espectadores aplauden y gritan en las graderías.
Pérez comenzó a sentir ganas de montar cuando era adolescente. Un sueño que su hermano trataba de chafar con el argumento de que la monta es «para hombres», recuerda a la AFP.
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«Si los hombres lo hacen, nosotros también podemos hacerlo», agrega esta madre de dos hijos; quien gana hasta 200 dólares por montada vestida con camisa oscura de manga larga y casco de protección rosado.
De 1,60 metros de estatura, se esfuerza por mantenerse en forma, para lo que hace ejercicios y corre unos dos kilómetros a diario, cuando no está lesionada. Es que las montas le han dejado golpes y fracturas.
Pérez también participa en rodeos locales e internacionales, en los que se premia la permanencia por más de ocho segundos sobre el lomo del animal.
Los montadores hacen una breve oración de rodillas antes de montar. En la arena no están solos con el toro, sino también ante decenas de bulliciosos espectadores que se regocijan provocando al animal para que los persiga.