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Desde su granja hasta Alaska, Jimmy Carter deja un legado ambiental

Biblioteca y Museo Presidencial de Jimmy Carter. Foto: AFP

Biblioteca y Museo Presidencial de Jimmy Carter. Foto: AFP

Miles de paneles solares brillan bajo el sol inusualmente cálido de febrero en Plains, Georgia, uno de los muchos proyectos ambientales del ícono local y expresidente estadounidense Jimmy Carter.

Los paneles están ubicados en una parcela de tierra que pertenece a Carter y que ahora produce energía verde en lugar de cultivos comerciales de la región, como maní, algodón y maíz.

«Quería inspirar a la gente, quería mostrar a otros propietarios que podían generar energía solar en sus tierras; quería proporcionar energía local limpia a la gente», dijo a la AFP Jill Stuckey, amiga de la familia Carter desde hace largo tiempo.

En 2017, el expresidente y su esposa, Rosalynn, cortaron la cinta de la primera granja solar en Plains. Es parte de un largo legado de esfuerzos de conservación y energía.

A sus 98 años, Carter está ahora bajo cuidados paliativos en su modesta casa en la pequeña aldea donde nació y se crió; y a la que regresó después que abandonó la presidencia en 1981.

Carter es uno de los dirigentes estadounidenses de reputación ambientalista más sólida. Es una fama que se ganó mucho antes que el cambio climático ocupara los primeros planos de la agenda a nivel mundial.

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Inicios

Cuando ocupó la Casa Blanca, entre 1977 y 1981, decidió que millones de hectáreas de Alaska fueran declaradas tierras federales protegidas, promulgó la ley del programa Superfund para limpiar sitios de derrames y desechos peligrosos y creó el Departamento de Energía, en parte para desarrollar nuevas tecnologías energéticas.

En 1973, los precios del petróleo se dispararon como resultado del embargo petrolero de la OPEP contra Estados Unidos; y la inflación y la estanflación (inflación y estancamiento económico) marcaron los años siguientes.

El crudo volvió a aumentar significativamente en 1979, después de la revolución iraní, una época recordada en Estados Unidos por las largas colas ante las estaciones de servicio.

La crisis del petróleo castigó a los consumidores, hundió los índices de aprobación de Carter y sin duda frustró su candidatura a un segundo mandato.

Totalmente consciente del papel que el contexto exterior estaba jugando en los mercados de su país, Carter alentó desde el principio a los estadounidenses a asumir la responsabilidad personal de su consumo.

Durante su primera «charla junto a la chimenea» como presidente, en febrero de 1977, Carter, vestido con un suéter, llamó a sus conciudadanos a que redujeran el uso de la calefacción para ahorrar energía.

Más tarde, hizo instalar varias decenas de paneles solares en el techo de la Casa Blanca, una iniciativa muy adelantada a su tiempo. Su sucesor, Ronald Reagan, los retiró.

«Hasta el día de hoy»

«Algo que recuerdo de él fue cuando tuvimos la crisis del petróleo», dijo a la AFP desde una tienda en el pequeño centro de la ciudad Lisa Fox, que llegó a Plains después de enterarse de la noticia de que Carter estaba bajo cuidados paliativos.

«Se mostró en suéter en la televisión y les pidió a todos que bajaran el termostato. Eso es algo que recuerdo, y que trato de hacer yo misma para ahorrar energía hasta el día de hoy».

Actualmente, la energía solar generada por la granja Carter, que se conecta a la red de Georgia Power, es suficiente para alimentar entre el 40 y el 50% de Plains en un día parcialmente soleado, dijo Jill Stuckey.

Superintendente del Parque Histórico Nacional Jimmy Carter, Stuckey remarcó que el interés del expresidente por el medio ambiente remonta a su más temprana juventud y es apenas una parte de su reconocida vocación humanista.

«Siempre está pensando en los demás, y este es solo un gran ejemplo», dijo.

«Cambio de juego»

Quizás fue el molino de viento de la granja de sus padres, en la década de 1930, lo que dio pie a las convicciones ambientalistas del exprzesidente.

En la casa de campo donde creció, las hojas de un árbol de magnolia en el frente susurran silenciosamente al son del canto de los pájaros.

En ese sitio, que ahora forma parte del Servicio de Parques Nacionales, «el señor Jimmy comenzó a pensar en usar energía verde», dijo el voluntario Dorner Carmichael.

Cuando la familia finalmente pudo disponer de agua corriente para la casa y el granero, gracias al molino de viento, «cambió el juego», indicó Carmichael, de pie cerca de un huerto de nueces que pertenecía a la madre de Carter.

Durante su juventud, el futuro presidente pescaba y andaba en canoa en el bosque cercano.

«Jimmy Carter era una persona de la tierra. Conocía todos los rincones del condado de Sumter, Georgia», dijo el historiador presidencial de la Universidad de Rice Douglas Brinkley.

Como presidente, solo rivalizó con Franklin y Theodore Roosevelt como el mayor conservacionista, agregó.

Era «alguien que no creía en desperdiciar los recursos naturales» y que tenía una «profunda afinidad por el mundo natural».