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Miles de devotos de Santo Domingo inundan calles de Managua

Hombres cubiertos de aceite de motor, listos para cumplir su promesa para Santo Domingo. Foto AFP

Hombres cubiertos de aceite de motor, listos para cumplir su promesa para Santo Domingo. Foto AFP

Desde hace 19 años, Luis Berríos se levanta temprano para participar, pintado de negro y bailando, en la procesión de Santo Domingo, patrono no oficial de Managua, en una amena tradición que comenzó en 1885.

Antes del inicio de la procesión por las calles de la capital de Nicaragua, Berríos, de 29 años y empleado de la comuna, se despoja de su camisa y tiñe sus brazos y torso con aceite de motor quemado para disfrazarse de «diablito».

Mientras baila, acompaña la procesión. «Viva Santo Domingo de Guzmán», grita en medio de un éxtasis colectivo. Al igual que Berríos, miles de personas danzan y «pagan» promesas por favores recibidos en la popular celebración por Santo Domingo.

Los festejos, que comenzaron el martes, contaron con autorización gubernamental para realizarse en la calle; a diferencia de otras procesiones que fueron limitadas por el gobierno de Daniel Ortega al interior de las iglesias, en el marco de su enfrentamiento con el clero.

Las autoridades locales también formaron parte en la romería, mientras músicos de bandas filarmónicas, llamados «chicheros», amenizaban el recorrido.

Muchos fieles llevaban camisas blancas con el lema ‘Caminamos juntos’, escogido por la Iglesia para la celebración.

Un día antes, durante los preparativos del festejo, el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, participó en la ‘bajada’ de la imagen de Santo Domingo de su altar en Las Sierritas; en una ceremonia popular en la que participó la alcaldesa sandinista Reyna Rueda, que ejerce además como «mayordoma» de las fiestas.

‘Caminar juntos’

Las fiestas de Managua, que se extienden por diez días, comienzan con el traslado de la diminuta imagen del santo desde la parroquia de Las Sierritas, en una zona residencial en el sur de la capital, hasta la iglesia de Santo Domingo, en el antiguo centro capitalino.

Mientras permanece en la iglesia Santo Domingo, el santo es llevado a recorrer distintos barrios de Managua, hasta que el 10 de agosto otra procesión multitudinaria lo regresa a Las Sierritas.

En el desfile de este martes, miles de personas acompañaron el traslado de Santo Domingo, conocido también como «Minguito». La imagen, de unos 20 centímetros, recorrió las calles protegidas por una cápsula de vidrio que viaja en una peana de madera adornada con abundantes flores. La caravana avanzaba entre saltos y bailes.

«En estos momentos, creo que como hemos dicho en el lema, caminar juntos significa ayudarnos, respetarnos, ser hermanos; como decía hoy el Evangelio, creo que esa es una gran lección para nosotros hoy; para la vida y para la sociedad en la que vivimos», dice a la AFP el párroco de la iglesia Las Sierritas, Boanerges Carballo.

‘Pago de favores’

A «Minguito» los fieles le atribuyen su intervención divina para conseguir favores, principalmente curar a los enfermos. El fervor por este santo es tal que desplazó al patrono oficial de Managua, el Santo Santiago.

Los «promesantes» asisten cada año a las procesiones para «pagar» porque consideran que el santo les ayudó para que Dios les concediera algún milagro.

Algunas personas visten trajes folclóricos o llevan atuendos indígenas; y muchos cubren de negro sus pieles con betún o aceite, como Berríos, quien comenta que «paga promesas» desde los 10 años.

Y aunque el año pasado ya cumplió todas sus promesas; Berríos relata que inició una cuenta nueva porque el santo ayudó para que su esposa saliera con éxito de una operación quirúrgica. La promesa implica asistir otros 10 años a la procesión para agradecerle a Santo Domingo.

«Significa mucho porque es un santito bien milagroso, si uno pide con fe, él te cumple», indica Berríos a la AFP.

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