Lo que comenzó como un regalo de cumpleaños hecho con sus manos terminó siendo un negocio exitoso e innovador para Marco Tarifa, un herrero alteño que realiza réplicas de camiones, tráilers y tractores a escala.
Usa la chatarra que sobra de su trabajo con estructuras metálicas; sin embargo, también invierte para darle a sus creaciones todos los detalles requeridos tal cual fuera el vehículo original.
Marco (35) le contó a La Razón que inició en esta tarea como una diversión para no desperdiciar el metal que le sobraba de su trabajo y con el paso del tiempo se convirtió en un negocio que le ayudó a sacar adelante a su familia durante la pandemia y hoy en día le sirve para mantener su hogar y a sus dos niños pequeños.
El herrero tiene su taller en la ciudad de El Alto, en la carretera a Laja, donde realiza puertas metálicas, garajes, portones, rejas y todo tipo de estructuras metálicas. Es reconocido en todo el sector por el trabajo que realiza hace más de 13 años.
“Siempre hay un desperdicio y un día vi en internet cómo hacer cualquier objeto y me nació la idea. Empecé con cosas pequeñas como maceteros, un autito, pero un día mi sobrino tenía un cumpleaños y no teníamos dinero para comprar regalo. Dije yo lo hago e hice un tráiler. Quedaron asombrados porque valió más que un regalo comprado”, recuerda emocionado.
Tras mostrar su obra, le pidieron un camión para otro niño e hizo uno de 1,60 metros de largo, pero la persona que se lo pidió, nunca lo recogió y desapareció. Ese modelo fue usado para promocionarse y lo sacaba por las calles de El Alto para que sus hijos jueguen en él y lo muestren a sus amigos y compañeros de colegio.
Recuerda que justamente en el Día del Peatón aprovecha para sacar a la calle los vehículos que fabrica y así promocionar y ofertar todo su trabajo.
Empezó a cuidar más los desperdicios que quedaban de la chatarra, pues se dio cuenta que para otros lo que puede ser basura, para él son materiales de trabajo que luego los convierte en obras.
Las personas quedaron maravilladas con sus trabajos y comenzaron a hacer pedidos. Se animó a publicar sus trabajos en Facebook y las solicitudes llegaron de todo el país e incluso realizó varios envíos hasta Perú.
A cada nueva obra le fue agregando un plus. Ya no era solo el armazón de los grandes vehículos, sino llantas, luces, letras, puertas y hasta el mínimo detalle que pide el propietario para tener una réplica de su vehículo.
No es un trabajo sencillo. Marco tarda entre una y dos semanas en fabricar los vehículos a escala. Hasta la fecha tiene más de 20 trabajos y el precio varía de acuerdo con el pedido del cliente.
“Si quiere solo para juguete del niño le ofrezco que no se abran las puertas para que no se arruine, cuesta desde Bs 1.000 para adelante. Después ya con logotipos, con letras, nombres en parabrisas, puertas que se abren va desde los Bs 1.800. Otros que quiere con luces como auto verdadero con luz alta, baja, guiñador, luces led, dos sirenas en la cabina, todo lo coloco y con eso más va desde Bs 2.500 para arriba”.
Los vehículos que realiza con la chatarra tienen detalles únicos como bocinas, jaladores en las puertas, rompevientos, luces, llantas. Para trabajos más grandes no solo usa chatarra, sino invierte en la compra de planchas y son tan fuertes que pueden soportar el peso de un niño.
“Si me piden réplicas de camión las hago para sustentarme porque no acabo en un día, yo cobro por el tiempo que tardo, en el día hago el trabajo de mi taller, todo lo que me piden, y en las noches tengo que trabajar horas extras haciendo los vehículos, todo para ayudar a mi familia. Estoy en Facebook con mi perfil de Marco Tarifa y también en Tik Tok como artmetal”.
Marco trabaja desde los 13 años en este oficio. Pasó duros momentos durante la pandemia y reconoce que, de no haber sido por estos autos con chatarra metálica, tal vez otra sería su situación.
El talento de sus manos quedan plasmadas en llamativos camiones, tractores y tráilers que hoy en día son muy solicitados en todo el país.
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