El diálogo del pigmento y papel se plasma en arte el ikebana
El artista presentó su arte, a través de un libro, la semana pasada
Durante los últimos años hemos adoptado costumbres de diferentes partes del mundo buscando alcanzar mayor tranquilidad y concentración. Así llegó el arte milenario del ikebana, traducido como “dar vida a las flores”.
El ikebana es un arte japonés que engloba la disposición de flores de una forma decorativa a fin de transmitir una idea mística, del cual hace propio este concepto el cochabambino Ramiro Prudencio, en su libro Una Hoja-Una Vida, que a través de retratos de hojas de otoño a lápiz de color explora una nueva forma de la perfección.
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IKEBANA
Prudencio, con 85 años de edad, inició esta práctica milenaria a los 60 años, luego de jubilarse de la medicina en Estados Unidos, donde radica desde hacer varias décadas.
Tras su paso por los hospitales, el médico estudió el ikebana y el arte botánico, y se especializó en pintura con lápices de colores. En ese ámbito participó en exhibiciones locales de arte botánico, así como en concursos internacionales en New York, Estados Unidos, en los años 2016 y 2019.
El material que plasmó el galeno en el papel captura con espectacular detalle, la forma, los colores, la textura y la estructura de las hojas retratadas, que fueron dibujadas cono el uso de solamente lápices de colores.
APRENDIZAJE
“No había libros ni textos en lápiz de color, ‘son juegos de niños’, decían”, recordó el artista, cuando comenzó a aplicar esta técnica japonesa.
“Fue mi profesor inglés que me guio, él me enseñó a hacer trabajos de tinta, me dijo ‘Ramiro, el lápiz de color tiene un potencial enorme, tú vas a conocer, vas a manejar, vas a dialogar con el pigmento y el papel’. Así fui aprendiendo con las pocas publicaciones. Aprendí (nuevamente) lo que hacíamos de chico, donde se tajaba el lápiz con ‘gillette’ y le sacábamos punta”, contó.
Su pericia como cirujano, perfeccionada en décadas de trabajo le permitió desarrollar inusuales habilidades en la técnica del dibujo. Relató que el inicio en esta técnica se lo debe a su hija Jimena, que llegó a su casa y le dijo que venía de clases de ikebana.
“Yo no sabía qué era el ikebana, me lleva a sus clases y me enamoré. Llevé siete años estudiado esta técnica, que es un estudio de toda la vida”, contó.
Recordó que su primera maestra en esta nueva etapa de su vida, Seiko Nakashima, fue galardonada por el emperador japonés que la nombró embajadora cultural, la más alta distinción conferida a un civil.
Seiko, que significa exactitud en japonés, guió al médico y hoy artista por los caminos del arte a través del perfeccionamiento técnico y el descubrimiento personal.
“El diálogo con la hoja se va haciendo poco a poco, la semejanza con mi modelo va mejorándose en los ángulos y las perspectivas. Un trabajo puedo terminar en tres semanas, pero en otro puedo encontrar un obstáculo. A través de la experiencia me doy cuenta que los obstáculos son menos físicos o técnicos y son (más) mentales. En un punto en qué venzo esa dificultad provocada por mí mismo, el obstáculo desaparece”, explicó.
Agregó que “todo lo que encontramos difícil, problemático, no es nada más que un segmento de nuestra imaginación. Todo está en nuestras manos porque resulta que tenemos el poder de llegar al universo, si es qué sabemos que el universo somos nosotros cada una de nosotros se encierra en él, en su voluntad, en el deseo de conseguir lo que uno quiera”, reflexionó.
Recordó que su maestra Nakashima le dijo una frase que se destiló en su trabajo artístico.
“‘La exactitud te da libertad’, me dijo y ‘a través de ella tú puedes extender tus alas y abrir imaginación’. Parece un contrasentido, pero resultó ser una liberación. Ese ha sido el recuerdo que me quedado de ella”.
PRODUCCIÓN
En esta nueva etapa de su vida, que es más de un cuarto de siglo, Prudencio señaló que al menos cuenta con 50 obras escaneadas de manera profesional, además de otros, que esperan salir a la luz y ser publicados.
“Debía presentar 25 de mis obras en la Fundación Patiño, en Cochabamba, pero el COVID-19 nos fue atrasando la fecha de la exhibición y por último cancelándola”, contó el galeno.
Este contratiempo produjo en Prudencio el ánimo de plasmar estas producciones en un libro, que acompaña esta inédita colección de dibujos con ensayos que no solo rescatan pasajes de su vida, sino que comparten reflexiones valiosas para las personas.
El libro, en criterio del artista y que ha está en las librerías bolivianas, busca inspirar a sus lectores con un mensaje de “crecimiento personal, superación y originalidad como portales de trascendencia”.
Prudencio indicó que “no hay límites cuando se enfrentan los desafíos con perseverancia y dedicación”, esto debido a que el hecho de tener vista en un solo ojo —el otro lo perdió en un accidente en la niñez— no fue impedimento para que se convirtiera en un cirujano, con amplio reconocimiento académico en el mercado estadounidense, y un destacado artista “en el otoño de su vida” que transformó el humilde lápiz de color en el instrumento perfecto para recrear la perfección de la naturaleza plasmada en modestas hojas caídas de los árboles.
(18/12/2023)