Llegó la Alasita, ¿qué le pidieron las autoridades al Ekeko?
Desde el presidente Luis Arce hasta los alcaldes de La Paz y El Alto, las autoridades pidieron deseos de salud y unión, a tiempo de participar e inaugurar las ferias.
El presidente Luis Arce y los alcaldes Iván Arias y Eva Copa, en Alasita. Fotos: APG y GAMEA
Deseos en miniaturas toman desde este miércoles las calles de La Paz y El Alto para festejar la Alasita. A los miles de creyentes de esta tradición se sumaron las autoridades, que aprovecharon este 24 de enero para expresar sus pedidos al Ekeko, dios de la abundancia.
Desde el presidente Luis Arce hasta los alcaldes de La Paz y El Alto, las autoridades pidieron deseos de salud y unión; a tiempo de participar e inaugurar las ferias.
«Con mucha fe y alegría, hoy como cada año acudimos a nuestra tradicional Feria de Alasita, en la plaza Murillo de La Paz. Compartimos un grato momento con nuestras caseritas, compramos billetitos e hicimos sahumar nuestros productos en miniatura; siempre pidiendo mucha salud y prosperidad para todo el pueblo boliviano», compartió Arce en sus redes sociales.
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La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, aprovechó para pedir a la población que apoye el esfuerzo de los artesanos del municipio con su asistencia y compra en las distintas ferias que se instalan desde este miércoles. Para el Ekeko sus pedidos fueron de salud y prosperidad.
Alasita
«Que nos dé salud, trabajo y que no falte la platita. Hay que comprarse lingotes de oro para que no falte en las reservas internacionales y que el Gobierno nos inyecte más platita», expresó Copa.
A esta fiesta se sumó igual el alcalde de La Paz, Iván Arias, quien, a tiempo de inaugurar la feria central en el Parque Urbano, expresó su pedido de paz.
«Mi deseo y el del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz es que reine entre los bolivianos la unidad, el perdón y la reconciliación, que nos demos la mano y miremos el futuro; ya los odios, las broncas de atrás ¿por qué tenemos que pagarlas nosotros?», dijo Arias.
En las calles los pedidos de la población fueron muchos. Desde un terreno, hasta el título profesional o negocios, los creyentes de esta fiesta cultural compraron sus miniaturas y las hicieron bendecir, con el anhelo que el Ekeko los convierta en realidad.