La fiesta anual del cine francés ensombrecida por las reclamaciones contra la violencia sexual
"¿Por qué aceptar que este arte que nos une sea utilizado como un tráfico ilícito de chicas?", cuestionó Godrèche
La actriz francesa Judith Godreche habla durante la 49a edición de la ceremonia de los Premios César de Cine en el Olympia de París el 23 de febrero de 2024. Stéphane de Sakutin / AFP
La élite del cine francés se enfrentó este viernes en su gala anual de premios a los reclamos de la actriz Judith Godrèche, marcada de por vida por la relación que mantuvo con un director en su adolescencia y que pidió el cese del «tráfico de chicas» en el sector.
La 49ª gala de los premios César arrancó en la sala Olympia de París bajo la sombra de acusaciones de violencia sexual, una tormenta que no cesa desde que el cine francés inició su propia versión del movimiento de denuncia feminista #MeToo.
«¿Por qué aceptar que este arte que nos une sea utilizado como un tráfico ilícito de chicas?», cuestionó Godrèche, ahora con 51 años.
Cine francés
Godrèche ha denunciado ante la justicia a dos directores mucho más mayores que ella, Benoît Jacquot (ahora de 77 años) y Jacques Doillon (79 años).
Con Jacquot mantuvo una relación sentimental que comenzó cuando ella tenía 15 años y empezaba en el cine, sin objeción supuestamente de los padres, y que se prolongó durante seis años.
Durante esa época también rodó bajo las órdenes de Doillon, al que acusa de un comportamiento abusivo.
Ambos niegan los hechos y Jacquot asegura que era él el que estaba bajo el «poder» de una actriz ambiciosa.
Esta nueva oleada de acusaciones la lidera Godrèche, acompañada en un segundo plano por Isild Le Besco (41) y Anna Mouglalis.
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Una relación pública
Godrèche inició su relación con Jacquot después de rodar bajo sus órdenes «Les mendiants» en 1986. La joven se fue a vivir con él con apenas 15 años, sin que sus padres supuestamente se opusieran.
Esa relación fue vivida ante los ojos de la opinión pública y en particular del cine francés y de los platós televisivos, donde ambos se prodigaron.
La actriz fue recibida este viernes en la sala Olympia con una ovación, pero sus palabras sonaron a acusación colectiva.
«Desde hace un tiempo, hablo y hablo, pero no les escucho. O apenas. ¿Dónde están? ¿Qué dicen?», preguntó Godrèche a la sala.
«Sé que da miedo: perder subvenciones, perder papeles, perder su trabajo. Yo también tengo miedo», confesó.
«Estamos en los albores de un nuevo día. Podemos decidir que hombres acusados de violación dejen de ser los que toman las decisiones en el cine», clamó.
El caso Le Besco
Isild Le Besco mantuvo también una corta relación cuando tenía 16 años con Benoît Jacquot, bajo las órdenes del cual rodó «Sade» en el 2000. Cuando tenía 17 años, supuestamente rechazó los avances de Jacques Doillon, a lo que él supuestamente replicó negándole un papel.
Doillon lo niega y asegura que ella no fue honesta y fue por ello que no obtuvo el papel.
Ahora Isild Le Besco «estudia» demandar a ambos directores, como ya hizo Judith Godrèche.
«Una ceguera colectiva» en el cine frances
Godrèche tiene previsto acudir ante el Senado francés para prestar testimonio.
El cine francés ha vivido «una ceguera colectiva» que «ha durado años», declaró la ministra de Cultura, Rachida Dati, en una entrevista antes de la ceremonia.
Jacques Doillon tiene lista una nueva película, «CE2», sobre el acoso en la escuela primaria, pero una de sus protagonistas, Nora Hamzawi, pidió públicamente que no se estrene.
Decenas de personas se manifestaron ante la sala Olympia antes de la gala, convocadas por sindicatos y asociaciones feministas.
Todas estas controversias opacan lo que muchos observadores coinciden en tildar de buen momento del cine francés.
Además de la recuperación de la asistencia a salas tras el covid, la gran favorita a los César con 11 nominaciones, «Anatomía de una caída» de Justine Triet, está también nominada a los Óscar (5).
En la gala del César compite con «El reino animal», una película de ciencia ficción de Thomas Cailley (12 nominaciones).
Hace un año, la Academia del Cine Francés prohibió la participación en la gala del cine de cualquier profesional acusado o condenado por hechos violentos.
La estrella Gérard Depardieu, que ha ganado dos veces el César al mejor actor, hace años que no acude a la ceremonia.
Las acusaciones en su contra contribuyeron a precipitar el #MeToo francés. Depardieu está a la espera de juicio después de ser imputado por supuesta agresión sexual contra una actriz en 2020, y enfrenta otras denuncias de mujeres que lo acusan de ser un depredador sexual.