Amparo Ballivián, exprecandidata a la Presidencia por el Bloque de Unidad, reveló detalles sobre la última reunión, el martes 8 de abril, celebrada en un intento por salvar esta alianza opositora.
El encuentro tuvo lugar en la oficina del expresidente Carlos Mesa, en la zona de Calacoto de La Paz, un día antes del anuncio de la candidatura de Samuel Doria Medina y la renuncia al bloque de parte del exmandatario.
En una entrevista con el periodista Rubén Atahuichi en La Razón Radio, Ballivián relató los pormenores de lo que describió como una reunión larga, tensa e infructuosa.
—Yo creo que se ha desembargado el relato o el hecho de la reunión tensa que tuvieron ya en el intento de Carlos Mesa y del Bloque de Unidad de salvar la situación cuando Jorge Quiroga ya había pateado el tablero. ¿Nos puede contar cuán tensa fue, dónde se llevó a cabo la reunión y por qué finalmente no se logró reunificar al Bloque de Unidad?
—A ver, la semana previa a esa reunión, si tú recuerdas, el 3 de abril, Tuto Quiroga indicó que no iba a participar en las encuestas, porque, en su opinión, al haber ese mismo día convocado a las elecciones el Tribunal Supremo Electoral (TSE), entonces ya regían otras restricciones legales. Ése fue su argumento.
Y entonces, a partir de ese día, empezaron una serie de declaraciones públicas de ambos, de Tuto y de Samuel, el uno contra el otro, y de sus voceros en un tono más elevado, y de sus seguidores en las redes, ya ni qué se diga; o sea, un nivel de insultos, pero denigrante. Y yo dije, desde ese mismo día, te remito a todas las entrevistas que di ese día, el 4, el 5, que este tipo de rivalidades no se deberían ventilar en público, que se deberían hacer a través de una reunión. Yo jamás traté de convocar una reunión, no me correspondía esa atribución del vocero.
Carlos Mesa, ese fin de semana, dijo ‘no, no quiero hacerlo todavía, no creo que sea el momento’, etc. Yo hablé con él telefónicamente y fue lo que me indicó. Pero, finalmente, él dijo sí, vamos a hacer una reunión, y se hizo la reunión. Se hizo la reunión en la oficina de Carlos Mesa y estuvimos presencialmente Carlos, Tuto, Samuel y yo, y, a través de Zoom, Vicente Cuéllar y Efraín Suárez.
Ahí, Tuto y Samuel expusieron sus argumentos, cada uno por su lado. La reunión fue dura, pero no fue una reunión que llegara a los insultos o nada por el estilo, fue una reunión larga, intensa, ninguno de ellos quiso ceder en su posición, fue útil en el sentido de que logramos reunirnos y que pudimos escuchar con amplitud los argumentos de cada una de las partes, pero al final, ninguno de ellos quiso ceder, y entonces ahí concluyó la reunión. Y al día siguiente, Carlos Mesa dijo ‘bueno, ya, no hay nada más que hacer para mí, así que me voy’.
—Ahora, es cierto, han debido recriminarle mucho a Jorge Quiroga, suponemos. ¿Eso ocurrió, Amparo?
—O sea, no lo hemos recriminado todos, ¿no? Samuel, sí, estaba en desacuerdo con él, y Tuto estaba en desacuerdo con Samuel.
—¿En qué no se pudo convencer a ambos respecto de ceder posiciones?
—Básicamente, en el hecho de que el trabajo estadístico, que no es exactamente encuestas, es una cosa parecida, pero no es exactamente eso, debía empezar el 5 de abril, y debía empezar el 5 de abril porque ya habíamos acordado todos un mes o dos antes de que los resultados tendrían que estar listos el 10 de abril, y para que los resultados estén listos el 10 de abril, el trabajo de campo tenía que empezar el 5. Entonces, todos habíamos acordado que eso se seguiría haciendo así, y Tuto dijo que él no estaba de acuerdo con eso, que ya en ese momento se habían convocado ya las elecciones; entonces, él consideraba que había que hacer las encuestas con todos los pasos previos de registro ante el TSE, y eso iba a demorar más tiempo, y no hubo acuerdo en ese tema finalmente, porque aquí habían dos interpretaciones sobre la legislación: un grupo que dice que tenemos que hacer todo de acuerdo a los pasos que establece el TSE, la ley, los reglamentos, etcétera, de inscribir las empresas; y otro que dice no, porque el artículo 131 de la Ley 026 (Régimen Electoral) es muy claro que si no se difunden los resultados de las encuestas, entonces los partidos y las alianzas tienen la libertad de hacer sus trabajos estadísticos internos.
—A ver, nosotros entendimos, y como lo contamos también en nuestras ediciones de e-Paper y la web, doña Amparo, que ya había reglas respecto de la realización de estas encuestas, había acuerdo por las partes; hablamos no solamente de Jorge Quiroga, Doria Medina, sino también de usted, de Vicente Cuéllar, de Carlos Mesa, de Efraín Suárez, en representación de Luis Fernando Camacho, que resultó una coartada el hecho de que desconozca la encuesta Jorge Quiroga. ¿Usted lo percibió así?
—Mira, yo no suelo leer entre líneas o tratar de pensar mal y acertar, esas cosas no van conmigo; o sea, que él está convencido de que eso no es legal, y pues ha dado todos sus argumentos, su equipo ha dado sus argumentos, el otro lado también ha dado sus argumentos. Así que ahí estuvo el impasse, ahí persiste el impasse.
—¿Le pareció justo y razonable, hasta leal o desleal, que Jorge Quiroga mande una carta con todas sus observaciones al Tribunal Electoral?
—Él tiene el derecho absolutamente de mandar una carta al TSE, yo también puedo mandar una carta al TSE, tú puedes mandar una carta al TSE; estamos en nuestro legítimo derecho cada uno, yo no lo he interpretado como una deslealtad ni nada. O sea, él considera que si esto en algún momento fuera filtrada la información y condujera a una inhabilitación, él se quiere salvar las espaldas, quiere decir ‘’yo no me he metido en eso por si acaso, a mí no me inhabiliten’; eso es lo que básicamente dice la carta; pero creo que no va a haber inhabilitación absolutamente de nadie, porque, como te digo, no se han hecho públicos ni siquiera al cliente los datos; o sea, tú me dices hace un rato ‘yo quisiera que nos cuente’, no tengo nada más que contarte de lo que ya te he contado, porque no se me han mostrado a mí los datos, no se han mostrado los datos al cliente; en una empresa solo tres personas lo han conocido y en otra empresa solo dos; de hecho, en esa segunda empresa me dijeron ‘¿sabes qué? Ni siquiera hemos impreso los resultados, los hemos memorizado’.