El conflicto entre las dos Coreas se asemeja a una partida de ajedrez en la que un lado siempre está buscando el jaque, con movidas agresivas y desconcertantes, que fuerzan al otro a pensar detenidamente sobre la estrategia de su contrincante y sopesar su respuesta, en un juego que aparentemente termina en tablas: no tiene ganador, según análisis de la BBC.

Los disparos de Corea del Norte contra una isla limítrofe de Corea del Sur no son hecho aislado. Se trata del último incidente entre dos países que se encuentran en un perpetuo estado de guerra y tregua desde hace más de 50 años.

En marzo, un buque de guerra surcoreano que patrullaba aguas disputadas se hundió tras una explosión que, según conclusiones de una investigación internacional, señalaban contundentemente a Corea del Norte como responsable.

El estallido armado en la isla de Yeonpyeong es, sin embargo, el acto hostil más grave desde la firma del armisticio en 1953 y resalta la volatilidad de las relaciones entre Norte y Sur y la amenaza que representaría para la paz mundial que se desestabilice esta sensible región.

El hecho sucede en el marco de ejercicios militares que el Ejército de Corea del Sur realiza cada año en preparación de un posible ataque del Norte. También viene acompañado de la reciente revelación de un extenso centro de enriquecimiento de uranio en Corea del Norte que motivó a EEUU a congelar las conversaciones multipartitas sobre el desarme nuclear de ese país.

La acción del Gobierno de Pyongyang va más allá de ser una medida disuasiva contra Seúl o de defender sus intereses vitales, comenta el corresponsal diplomático de la BBC, Jonathan Marcus.

Se trata de una amplia demostración de poder de Corea del Norte hacia el mundo y un mensaje de que se está llevando a cabo algún tipo de transición en la cúpula norcoreana, afirma Marcus.

Qué es exactamente lo que está sucediendo en el interior de ese país es muy difícil de saber. El mecanismo del Gobierno de Pyongyang es casi imposible de descifrar, explica el corresponsal.

Hostilidad en el mar amarillo

Yeonpyeong está en el sur de la frontera declarada por la ONU luego del fin de la guerra, en 1953, pero al norte de la frontera marítima fijada por Pyongyang. El Mar Amarillo fue escenario de enfrentamientos en 1999, 2002 y 2009. En marzo murieron 46 surcoreanos tras el hundimiento  de la corbeta «Cheonan».

‘Estamos usando la fuerza diplomática’
Hong-Rak Kim

El Embajador de Corea del Sur dijo a La Razón que la política del diálogo no prosperó y aseguró que pese a la provocación, insistirán con ese mecanismo.

— ¿Cómo reaccionará su país ante el ataque lanzado desde Corea del Norte?
— Siempre hubo este tipo de provocación. La política de Corea del Norte es unificar a Corea del Sur a través de la fuerza, por eso se ha dedicado al desarrollo de armas nucleares. Nuestra posición siempre ha sido una invitación al diálogo. Pero esa política no ha tenido el resultado satisfactorio debido a la posición drástica de Corea del Norte.
Recientemente se hundió un buque naval de Corea del Sur por un ataque de un torpedo de Corea del Norte y en Naciones Unidas hubo una crítica a esta provocación. Ellos vienen negando su culpabilidad. Pero para mantener la paz en la península coreana Corea del Sur quiere realizar una conversación constructiva, siempre para solucionar el problema que hay entre ambos.
Hemos otorgado una gran ayuda económica, pero para el gobierno del presidente Lee Myung-Bak ahora no hay ayuda gratis. Nuestra cooperación tiene que ser recíproca y correspondida. Corea del Norte debe dejar su posición bélica para solucionar el problema coreano. Esa es nuestra posición. La misma que no se ha visto con buenos ojos en Corea del Norte; ellos están siempre buscando  una oportunidad para provocar.
— Las tensiones son frecuentes.
— No es la primera vez. Siempre había esto (desde el fin de la guerra en 1953).
— ¿Corea del Sur mantendrá su vocación de diálogo? ¿Respaldará el trabajo de la ONU, pese al eventual conflicto?
— Siempre había esto (la tensión) y estamos preparados contra todo, (pese a) las preocupaciones. Estamos usando toda nuestra fuerza diplomática para contrarrestar estas provocaciones.