Julian Assange ha comparecido ayer ante la prensa, delante de la casa de campo de Bungay (en el condado de Suffolk, al sureste de Inglaterra), propiedad de Vaughan Smith, uno de los fundadores del club periodístico Frontline.

Rodeado de nieve, y sujetando una taza, el fundador de WikiLeaks se ha mostrado preocupado por su posible extradición a EEUU. «El riesgo más importante, el que más nos preocupa, es la extradición a EEUU. Y esto parece cada vez más serio, cada vez más probable», ha declarado.

«Hemos recibido informaciones sobre una inculpación secreta en mi contra en EEUU, que no nos ha sido aún confirmada», ha añadido. «La cuestión es saber, de ahora en adelante, en qué va a desembocar esta inculpación secreta, cómo será puesta en marcha». Un portavoz del Departamento de Justicia de EEUU, que cita a la agencia AFP, ha confirmado que hay «una investigación en curso sobre WikiLeaks».

«EEUU está demostrando que las instituciones parecen no seguir las reglas de la ley», ha incidido Assange. «Y hacer frente a una superpotencia que no parece estar siguiendo el imperio de la ley es asunto serio». «Diría que existe una investigación agresiva», ha continuado, «que alguna gente ha perdido credibilidad y que algunas personas quieren hacer carrera con casos famosos, pero esto es algo que tiene que ser observado».

«Las llamadas de políticos de alto rango en EEUU pidiendo mi ejecución, el secuestro de mi persona y la ejecución del soldado Bradley Manning se han multiplicado», ha denunciado Assange.

En entrevista concedida ayer al canal norteamericana ABC, el activista australiano ha negado conocer a Manning, el soldado al que se le acusa de haber proporcionado el material de las filtraciones de WikiLeaks. «Nunca escuché el nombre de Bradley Manning antes de que fuera publicado por la prensa», ha señalado.

«La tecnología de WikiLeaks fue diseñada, desde el principio, para asegurar que nunca conozcamos las identidades o nombres de las personas que nos remiten el material. Ese es, al final, el único medio en que se puede garantizar a las fuentes que seguirán siendo anónimas», ha explicado.

«Más del 85% de nuestros recursos económicos se invierten para hacer frente a ataques, técnicos y políticos, y para hacer frente a ataques legales, sin poder hacer nuestro periodismo», ha indicado Assange, que ha pedido ayuda económica y legal.

El fundador de WikiLeaks, acusado de abuso sexual y violación en Suecia, quedó el jueves en libertad tras depositar una fianza de unos 320.000 dólares. A su salida del tribunal, Assange denunció «una campaña de difamación muy exitosa y completamente injustificada». Suecia ha pedido su extradición, para rendir cuentas por dos delitos sexuales.

Condiciones de libertad bajo fianza

-Assange deberá comparecer cada día entre las 14.00 y 17.00 en una comisaría de policía en Inglaterra.
-Mientras se determine si debe o no ser extraditado a Suecia, ha entregado su pasaporte y portará un brazalete electrónico de control.

España acusó a Chávez por ETA

Un ex responsable de inteligencia española aseguró a EEUU que el mandatario venezolano Hugo Chávez permitió escapar a miembros de la banda armada ETA solicitados por el gobierno español, según cables obtenidos por WikiLeaks y publicados ayer por El País de Madrid.

Según el cable, el ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Jorge Dezcallar «contó cómo fue obligado a esperar tres horas por una reunión con Chávez, hace varios años, para luego escuchar parloteos sin importancia de parte de Chávez, por otras horas, antes de poder hacer una petición oficial para que Venezuela entregara a seis miembros de ETA, solicitados por la muerte de 36 españoles».

Al terminar el encuentro, que según El País se realizó en 2002, Dezcallar «se dio cuenta de que Chávez consumió tanto de su tiempo para que los miembros de ETA pudieran escapar», continúa el documento.

El informe diplomático, fechado en septiembre de 2008, fue emitido por el Departamento de Estado luego de una reunión entre la secretaria, Condolezza Rice, y Dezcallar, ex director del CNI, que entonces fue nombrado embajador en Washington.

Según El País, sólo tres de los seis miembros de la banda armada vasca, solicitados en extradición por Dezcallar, fueron entregados a España, a pesar de que todos «estaban perfectamente localizados por el CNI».