La explosión ocurrió a las 15.36 hora local (02.36 en Bolivia) y fue considerada como el peor accidente nuclear vivido desde la catástrofe de Chernóbil (Ucrania) en 1986, informó El País.

El problema en Fukushima ocurrió  al parecer cuando se trataba de enfriar un reactor nuclear de la planta número 1 que el viernes presentó fallas tras el sismo elevando de forma alarmante el nivel de radiactividad.  

Los canales de televisión mostraban una nube grisácea que salía de la central, donde el techo y las paredes de la cámara del reactor habían desaparecido, según El Mundo.

El fallo fue catalogado por las autoridades como de categoría 4, que equivale a un «accidente con consecuencias de alcance local», según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, que contempla como categoría máxima la 7.

La explosión de Chernóbil, que dejó más de 25 mil muertos, según datos no oficiales, tuvo un registro de 7. En 1979 la central nuclear de EEUU Three Mile Island tuvo un hecho categoría 5, «accidente con consecuencias de mayor alcance». Fue el segundo peor de la historia.

Problemas. La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa ha revelado que el número de personas expuestas a la radiación tras la explosión podría haber llegado a 160 y pese a que inicialmente se descartó que el contenedor del reactor haya sufrido serios daños, todo tiende a empeorar.

Anoche se conoció que un segundo reactor de la planta registró problemas en su sistema de refrigeración, informa la agencia local Kyodo. Se confirmó que 15 personas se expusieron a radiactividad y se investiga si lo mismo ocurrió con otras nueve de un autobús que huían de la zona.

Debido a esa situación unas 100.000 personas fueron evacuadas en las inmediaciones de esa central nuclear.  Al cierre de esta edición, 22.00, se informó de que el límite legal de radioactividad fue superado en la central nuclear Fukushima 1, según AFP.

Tras probar diversos medios para tratar de enfriar el núcleo, el Gobierno ha dicho que va a tratar de rellenar con agua de mar, mezclada con ácido bórico, la estructura que contiene el reactor, según El País. Se trata de un método «sin precedentes», según ha dicho el portavoz gubernamental, Yukio Edano, porque los refrigerantes empleados no están consiguiendo su objetivo.  Agregó que se va a liberar vapor radiactivo de forma controlada.

«Todas las funciones para mantener el nivel del líquido de refrigeración están averiadas», dijo un portavoz de Tokyo Electric Power (Tepco).

Este sábado, miles de personas fueron examinadas para registrar si quedaron expuestas a radiación, según El Mundo. Las autoridades repartirán yodo entre los que ya han sido evacuadas y los que aún siguen en las zonas. El mineral tiene la capacidad de bloquear el paso del yoduro radiactivo.

En los centros de evacuación, trabajadores con mascarillas y ropas protectoras utilizaban escáneres de mano para analizar a todo aquel que llegaba al lugar. Quienes mostraban signos de exposición o vivían dentro de la zona de la planta fueron separados de los que buscaban refugio.

Existe el riesgo de una fusión
Un funcionario nipón afirmó ayer que puede estar en marcha una fusión en uno de los reactores de la planta de Fukushima, aunque el embajador de ese país en EEUU aseguró que no hay ninguna prueba de que sea así, informa CNN. «No hemos confirmado aún que realmente esté en marcha una fusión, pero existe la posibilidad», dijo Toshihiro Bannai, director de la Oficina de Asuntos Internacionales de la Agencia de Seguridad e Industrial japonesa, según EFE.

Aislamiento permite controlar la reacción
El País

Una de las claves en las plantas nucleares como la de Fukushima es que la zona en la que se produce la reacción nuclear requiere un aislamiento absoluto y una refrigeración constante para mantener la fisión atómica bajo control.

Si ese recipiente emite algún tipo de escape al exterior provocaría una fuga con propiedades radiactivas; si la temperatura del recipiente aumenta en exceso, la presión puede descontrolar la reacción hasta fundir el núcleo y desencadenar desde fugas hasta, en el peor de los escenarios posibles, una explosión nuclear.

Para minimizar riesgos, la vasija del reactor se instala en un edificio de contención que aísla la emisión radiactiva del exterior en caso de fuga.  Es decir, el recipiente está cerrado y cercado por muros de contención.

Esta construcción dispone de una especie de piscinas en las que puede acumularse vapor radiactivo si la instalación sufre una presión excesiva por problemas de refrigeración. En todo caso estos depósitos sí podrían explosionar emitiendo gases radiactivos al exterior.