Las fuerzas de seguridad afganas mataron anoche a los tres últimos insurgentes que seguían atrincherados en un hotel de Kandahar tras el ataque múltiple en esta ciudad sureña de varios comandos talibanes, según han informado fuentes oficiales.

«La operación concluyó anoche, con las muertes a manos de las fuerzas de seguridad de los tres insurgentes que resistían en el interior del edificio», ha dicho Zalmai Ayubi, portavoz del Gobierno provincial de Kandahar, en el sur de Afganistán. Según el portavoz, la situación en esta ciudad ha vuelto a la normalidad, tras el ataque múltiple del sábado, que ha acabado con las vidas de al menos 26 personas apenas una semana después de que los insurgentes anunciaran su ofensiva bélica de primavera.

Algunos de los insurgentes se habían apostado en el hotel para atacar desde allí la oficina del gobernador de Kandahar, según reconoció este domingo el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Zemarai Bashari.

En total, una treintena de insurgentes, entre ellos ocho suicidas, atacaron comisarías, una oficina de los servicios de inteligencia afganos, dos escuelas, oficinas administrativas y la sede del máximo representante político local.