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Agricultores argentinos buscan que trabajo boliviano sea legal

Productores agrícolas de Argentina se reunieron en la localidad de Olmos (provincia de Buenos Aires) para definir la nueva forma de contratación de los peones bolivianos y del norte argentino que suelen llegar en diciembre para trabajar en la cosecha de tomates y morrones.

Los trabajadores temporarios, conocidos comúnmente como «peones golondrinas», suelen desempeñarse de manera ilegal (trabajar de «negro»), quedándose varios meses en el vecino país, pero rara vez en un mismo lugar, ya que van de quinta en quinta buscando un mejor sueldo.

Al finalizar la temporada, ninguno de sus sucesivos patrones les ha proporcionado un empleo formal temporario, informa el periódico Quilmes presente.

La reunión se realizó el viernes pasado y fue convocada por la Asociación de Productores Hortícolas de La Plata.

«Nos contactamos con asociaciones hortícolas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca, San Juan y el resto de nuestra provincia, y todas quieren blanquear (legalizar la situación) a los trabajadores temporarios, pero enfrentan el mismo problema: la falta de una modalidad de contratación que se ajuste a la realidad del trabajo temporario en una quinta», explica el presidente de la Asociación Hortícola de La Plata, Alberto Pate, informa Quilmes Presente.

«No sabemos cómo debería ser esa modalidad -reconoce Pate- pero en todo caso no es la que establece la Ley de Trabajo Agrario, de la que pretendemos diferenciarnos. Ni las condiciones ni los márgenes de ganancias de un productor agrario son los mismos que los de un productor hortícola. A nosotros, que tenemos en promedio tres o cuatro hectáreas, nos resulta mucho más difícil pagar las cargas sociales como están establecidas hoy».

El asunto económico no es el único problema. El dirigente comenta que se necesitan mecanismos

de contratación más ágiles, ya que «lo que sucede hoy es que los productores toman peones que se ofrecen para las cosechas y si se ponen a hacer los trámites para darles de alta, las cosechas se les pudren. Es así que aún cuando muchos quieren cubrir las cargas sociales de sus empleados transitorios terminan no haciéndolo porque es complicado en función de su realidad».