Cerca de 100 soldados yemeníes murieron ayer en un ataque suicida desplegado en la capital Saná por Al Qaeda, que apuntaba al Ministro de Defensa y amenazó con golpear de nuevo al Ejército, implicado en una ofensiva contra la red extremista en el sur de este país meridional de la Península Arábiga.

Al menos 96 militares murieron en el atentado llevado a cabo por un soldado que detonó su carga explosiva en medio de sus camaradas cuando se entrenaban para un desfile.  Cerca de 300 más resultaron heridos, según  siete hospitales a los que fueron transportadas las víctimas.

Venganza. Las víctimas pertenecían a unas unidades de la seguridad central, un cuerpo del Ejército dirigido por un sobrino del antiguo presidente Ali Abdalá Saleh, el general Yahia Mohamed Abdalá Saleh.

Se trata del primer gran atentado en Saná desde la llegada al poder en febrero del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, que se comprometió nada más ser elegido a luchar sin descanso contra Al Qaeda.

El Ejército lanzó el 12 de mayo una ofensiva de envergadura contra Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), que en el sur de Yemen se hace llamar “partidarios de la Sharia”. Las operaciones dejaron hasta ahora 234 muertos, según un balance realizado por la AFP.