Al menos 59 personas fallecieron en Argentina por un temporal sin precedentes entre el martes y el miércoles, cuyo epicentro fue la ciudad de
La Plata (63 km al sur) donde se registraron 51 muertos.

“Los fallecidos en La Plata son 51, de los cuales 40 han sido identificados y 22 cuerpos entregados a sus familiares”, dijo ayer Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito argentino y cuya capital es La Plata.

Scioli también informó que “casi todos los desaparecidos” fueron encontrados en lo que va de la jornada. Más temprano, el viceministro argentino de Seguridad, Sergio Berni, había dicho que se estaba haciendo un relevamiento porque se desconocía el paradero de unas 20 personas, pero aseguró también que “no se han recibido pedidos de auxilio para rescatar gente”, en las últimas horas.

La ciudad, de 900 mil habitantes, retorna lentamente a la normalidad en medio de la angustia de los vecinos por las cuantiosas pérdidas materiales que dejaron las lluvias, las más intensas del último siglo.

Los habitantes de los barrios más afectados comenzaban a regresar de a poco a sus hogares, donde todo quedó destruido por el barro y el agua que en algunas zonas llegó a casi dos metros de altura. Expertos consideran que las causas de las trágicas inundaciones son el entubamiento subterráneo de arroyos de llanura y la fiebre de la construcción indiscriminada de edificios, y el cambio climático.