El periodista brasileño Décio Sá, reportero político del diario O Estado do Maranhao y uno de los blogueros más leídos en ese estado del norte de Brasil, fue asesinado anoche a tiros en un bar de Sao Luis, la capital regional, en un crimen aparentemente encomendado, informó hoy la policía.

El asesinato de Sá se produjo un día después de que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) alertara sobre las amenazas a la prensa en Brasil, en donde hasta ahora tres periodistas habían sido asesinados este año por motivos relacionados a su actividad profesional.

El nuevo caso ocurrió ayer a las 23.15 hora brasileña (2.15 GMT de hoy) en un bar ubicado en una avenida en el malecón de Sao Luis, en donde el periodista, de 42 años y que trabajaba hacía 10 en el O Estado de Maranhao, esperaba a un amigo.

Según testigos, un hombre no identificado ingresó al bar y, armado con una pistola con calibre de uso exclusivo de las fuerzas de seguridad, le propinó seis tiros por la espalda al periodista, cuatro de ellos en la cabeza, antes de huir junto con otra persona que lo esperaba en una motocicleta.

“Fue un crimen muy osado. Fue un crimen encomendado. Las personas que entraron al bar vinieron con la intención de asesinar al periodista Décio Sá. Los testigos dijeron que el autor de los disparos ni escondió la cara”, afirmó el secretario de Seguridad Pública del estado de Maranhao, Aluisio Mendes.

El presidente del Sindicato de Periodistas de Maranhao, Leonardo Monteiro, calificó el crimen como un atentado contra la libertad de prensa.

“Estoy denunciando este atentado a la libertad de expresión ante todo el país para que el propio Ministerio de Justicia adopte medidas”, afirmó Monteiro.

Sá coleccionaba polémicas por las denuncias contra políticos y por crónicas sobre juicios contra pistoleros que publicaba en su blog, que era una de las más visitadas en el estado de Maranhao.

Según un informe divulgado ayer por la SIP en Madrid, además de los tres periodistas asesinados este año, en Brasil se han registrado ocho agresiones a comunicadores, una detención injustificada, seis casos de censura judicial, seis atentados y seis amenazas directas.