Al emerger de la esclusa para iniciar un paseo espacial, «los colores de la Tierra te explotan en los ojos cuando sales mirando hacia el planeta», comenta el astronauta Doug Wheelock, que ha realizado tres salidas de la Estación Espacial Internacional (EEI) en poco más de una semana para arreglar una avería en el sistema de climatización.

«Luego llega el olor del espacio, que he oído describir como cuando se quema un bizcocho o galletas, o como el olor de un fósforo al apagarse». Wheelock explica que las marcas como de quemaduras que se ven en la cubierta térmica de la puerta de la esclusa en la imagen se deben al efecto del vacío y del oxígeno atómico sobre hilos y sellador utilizados. La avería en la base espacial, que supuso reducir al mínimo la actividad diaria en su interior, se ha reparado satisfactoriamente y ya funciona el circuito de refrigeración, informa la NASA.

Wheelock y su compañera Tracy Caldwell lograron reemplazar la bomba averiada por otra nueva. Se espera que para hoy la estación esté en condiciones normales. Caldwell está ya casi haciendo las maletas, porque está previsto que vuelva a la Tierra en septiembre junto a dos de los tres rusos a bordo de una nave Soyuz.