Al menos 11 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en la explosión ocurrida en hora punta en el metro de Minsk, capital de Bielorrusia, afirmó el presidente Alexandr Lukashenko.

«No descarto que nos hayan podido traer este ‘regalo’ del exterior. Pero tenemos que mirar adentro. Los culpables deben ser encontrados», aseguró Lukashenko, tras visitar la estación de metro donde tuvo lugar la explosión para depositar un ramo de flores.

Lukashenko ordenó a las fuerzas de seguridad que revisen todos los arsenales y almacenes con municiones, según informaron las agencias rusas.

Además, nombró al Jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB) responsable directo de la investigación penal de la explosión, ocurrida en la céntrica estación de metro «Oktiábraskaya», que se encuentra en inmediaciones de la residencia presidencial.

El líder bielorruso, considerado el último dictador de Europa, llamó a esclarecer a quién le conviene «echar por los aires la tranquilidad y estabilidad del país y a quién no le gusta esta estabilidad». «Hombres, nos han lanzado un serio desafío. Debemos dar una respuesta adecuada. ¿Quiénes son? Les pido que se apuren a la hora de responder a este pregunta», dijo Lukashenko.