Como en una película del Far West, Boston fue el viernes una ciudad fantasma en la que la gente apenas se asomó a la calle hasta que llegó el alivio por la noche, cuando la policía logró finalmente capturar al sospechoso del atentado del maratón prófugo.

Los habitantes del suburbio de Watertown, en el oeste de Boston, estallaron en aplausos al enterarse de la detención del joven de 19 años Dzhojar Tsarnaev, sospechoso del atentado del lunes pasado que dejó tres muertos junto con su hermano Tamerlan, de 26 años y abatido antes.

«Es un gran alivio. Es el final», dijo Christian, un vecino de la calle Franklin de Watertown donde terminó la cacería humana que duró casi todo el día e involucró a más de 9.000 policías.

La gente agitaba banderas estadounidenses al paso de los vehículos de la policía y los carros de bomberos, constató la AFP.

Las celebraciones marcaron el cierre de un viernes excepcional para la ciudad de Boston, cuyas calles del centro apenas tuvieron tráfico vehicular y pocos peatones que se atrevieron a salir, con el sonido de sirenas de la policía como telón de fondo.

«Quédense en sus casas y no abran la puerta a nadie salvo a un policía adecuadamente identificado», declaró el gobernador Deval Patrick, en una orden respetada mayormente por la población de la principal ciudad de Massachusetts (noreste de Estados Unidos).

Las autoridades también pidieron a las tiendas no abrir, paralizando la actividad comercial.

«Disculpas, estamos cerrados», se podía leer en papeles escritos a mano en la puerta de las tiendas de Stuart Street, una zona habitualmente animada con varios restaurantes y lugares de comida rápida.

En la entrada de hoteles como el Revere se había colocado una pizarra con la foto de Dzhojar Tsarnaev. Personal del hotel controlaba con rigor el movimiento de personas y no permitía pasar a nadie que no estuviese alojado en el lugar.

«Esto es increíble, no sabemos qué hacer y no pudimos cambiar nuestro pasaje», decía en la calle con desesperación Ana, una turista colombiana, mientras buscaba un lugar donde comer.

Boston no tenía trenes, buses ni metro, luego de que las autoridades suspendiesen esos servicios para cortar posibles vías de escape a Dzhojar Tsarnaev.

«Por pedido de las autoridades locales, y a raíz de la actividad policial en marcha, el servicio Amtrak Acela Express y regional del noreste permanece suspendido de manera indefinida en el área de Boston», indicó la compañía de ferrocarriles en un comunicado.

La empresa de autobuses Greyhound, la más grande de Estados Unidos y que conecta a todo el país, había anulado 22 servicios hacia las 13H00 locales (18H00 GMT), indicó a la AFP Tim Stokes, responsable de relaciones con los medios.

El aislamiento fue más importante en Watertown, donde se concentró la actividad policial para capturar al sospechoso.

Las autoridades prohibieron el tráfico vehicular hacia y desde ese suburbio, y sólo los cientos de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que cubrían los acontecimientos estaban autorizados a moverse por la calle.

Fue un largo día para los 33.000 habitantes de ese suburbio, que siguieron aterrados desde sus casas el operativo de la policía en la madrugada en el que murió uno de los sospechosos y tuvieron que esperar hasta las 20H45 locales (00H45 GMT del sábado) para respirar con la detención del prófugo.