BP publicó los esperados resultados de la investigación de la explosión de una plataforma petrolera en el Golfo de México en la que murieron 11 personas, y que fue causada no por error, sino por una confluencia de fallos cometidos por la compañía y otras empresas.

El informe sobre el mayor vertido de la historia de EEUU, de 190 páginas, es el resultado de cuatro meses de auditorías internas por parte de medio centenar de expertos en seguridad y operaciones de BP.

En sus conclusiones principales, señala la responsabilidad de la propia BP, que operaba la plataforma, pero también de la propietaria de la estructura, Transocean, y de la firma constructora del pozo, Halliburton.

En cuanto al diseño del pozo, el informe de BP dice que no es probable que haya contribuido al desastre, aunque en el momento del accidente la estructura funcionó diferente a lo planificado.  Ello se debió, según dice, al tipo de cemento utilizado, que no era el adecuado, y al mal funcionamiento del dispositivo que debía contener la salida de petróleo y gas.

En sus conclusiones, el informe de BP afirma que la responsabilidad por el accidente que destruyó la plataforma Deepwater Horizon corresponde a «múltiples compañías y equipos de trabajo». Tras la explosión, durante 87 días se derramaron unos cinco millones de petróleo crudo.