La petrolera BP, responsable del vertido de petróleo en el Golfo de México, indicó ayer que continúa la inyección de lodo pesado en el pozo averiado, pero que hasta el momento no ha conseguido detener el escape de crudo.

En declaraciones a la prensa, el director de operaciones de BP, Doug Suttles, indicó que por el momento, cuando el derrame de crudo ha entrado en su día número 40, se desconoce si la operación acabará teniendo éxito. Han comenzado a preparar otra medida.

La operación para intentar taponar el pozo mediante una inyección de materiales a presión («top kill») comenzó el pasado miércoles. Es la primera vez que se intenta una maniobra similar a una profundidad de 1.500 metros. La idea es que la mezcla de agua y lodo pesado actúe como un cemento que bloquee el flujo de petróleo. Si logra contenerlo, se inyectaría cemento para sellar definitivamente la fuga.