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Brasil libera reservas de fondos sociales para impulsar la economía

El gobierno brasileño anunció este miércoles la liberación parcial de cuentas reservadas para casos de despidos, con la intención de dar entre 2019 y 2020 un impulso de emergencia de 42.000 millones de reales (11.200 millones de dólares) a una economía anémica.

En una ceremonia en el Palacio de Planalto, en Brasilia, el presidente Jair Bolsonaro firmó esta medida con la que se espera obtener un crecimiento económico adicional de 0,35 puntos porcentuales en doce meses. Y en diez años, el impacto debería ayudar a crear tres millones de empleos, con un incremento de 2,5 puntos porcentuales del PIB per cápita.

"Hoy anunciamos una importante medida que deberá acelerar la recuperación de nuestra economía, estimular el consumo de las familias y la actividad económica del país", declaró el mandatario.

"Le estamos dando más libertad al trabajador para decidir qué hacer con su dinero", agregó Bolsonaro, que llegó al poder en enero con un programa liberal en lo económico y ultraconservador en lo social.

Los trabajadores podrán retirar este año hasta 500 reales (USD 133) y un porcentaje anual variable a partir de 2020 del Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS), constituido con aportes patronales para compensar despidos "sin justa causa".

La suma se completa con la liberación parcial de otro fondo de amparo a los trabajadores (PIS/Pasep). En 2017, el entonces presidente Michel Temer ya liberó el retiro de dinero de las cuentas inactivas.

"Un dinerito" para el consumo

"Estamos facilitando mucha cosa de emergencia, porque nuestra economía no va bien, aunque ya está dando señales de recuperación. Creo que podemos ayudar bastante a la gente este año, con la entrada de un dinerito en el comercio", dijo Bolsonaro por la mañana a periodistas.

Las medidas pretenden dar un impulso a una economía que después de dos años de recesión (2015-2016) creció apenas 1,1% tanto en 2017 y 2018, con 13 millones de desocupados.

Para 2019, las expectativas no cesan de degradarse. El martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo el pronóstico de crecimiento para 2019 en Brasil del 2,1% previsto en abril al 0,8%.

El ministro de Economía, Paulo Guedes, dijo que estas medidas siguen la "filosofía de la libertad del individuo" y aseguró que todavía queda mucho por hacer para enderezar a la principal economía latinoamericana.

El plan de Guedes se basa en recortes fiscales y privatizaciones, para sanear las cuentas públicas y recuperar la confianza de los inversores.

Bolsonaro, que acusó a los gobiernos anteriores de haber distribuido mal los recursos, afirmó en el acto que esta medida beneficiará a los 63 millones de brasileños que tienen "deudas y cuentas atrasadas de agua, luz y gas".

Una encuesta de Fedecomercio mostró que un 35% de los ciudadanos de Rio de Janeiro pretenden saldar deudas con el dinero liberado.

La intención inicial del equipo económico era permitir una utilización más amplia, pero el sector de la construcción puso el grito en el cielo, alegando que se vería afectado gravemente con la reducción de esas reservas usadas para financiar programas de vivienda, saneamiento e infraestructura.

"La medida denota el interés en estimular la economía. Pero el problema es la limitación del saque, que no impacta en el PIB tanto como se esperaba. Tendrá un reflejo, pero no muy importante", dijo Jefferson Laatus, estratega jefe del Grupo Laatus especializado en la formación de traders. (24/07/2019)