El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se mostró irreductible ante la huelga de empleados públicos y afirmó que si los sindicatos de la categoría no aceptan su oferta salarial, deberán esperar hasta 2014.

Empleados públicos de las agencias reguladoras, del ente fiscal Receita Federal, de la Cancillería y otros ministerios, además de la Policía Federal iniciaron escalonadamente en mayo una huelga a la que se adhirieron 350 mil personas.

El secretario de las Relaciones del Trabajo del Ministerio de Planificación, Sergio Mendonca, fijó el plazo de las negociaciones hasta hoy ya que el Gobierno debe presentar el presupuesto 2013 el próximo viernes ante el Congreso. El Gobierno ofrece 15,8% de ajuste salarial progresivo hasta 2015, contra el reclamo del 20% y 40% que defienden los sindicatos de los empleados públicos.