La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, informó que el veto de 12 artículos clave, a lo que se suma la modificación de otros 31, impide una amnistía a quienes deforestaron, obliga a los productores a recuperar el bosque destruido en el pasado y evita retrocesos en las áreas a ser protegidas de la Amazonía y otras grandes selvas, sabanas y bosques del país.

Éstos eran los puntos más polémicos del código que fue aprobado en el Congreso hace un mes, donde predomina un fuerte lobby agropecuario. La ley era fuertemente criticada por los ecologistas, que aseguraban dispararía la deforestación en el país.

El veto demuestra que Brasil “es un país que quiere proteger el medio ambiente y continuar produciendo alimentos”, afirmó Teixeira. Una organización había presentado el jueves a la Presidenta dos millones de firmas de personas de todo el mundo pidiendo un veto total y no parcial para la normativa forestal.

El texto vetado, que no fue dado a conocer, será publicado el lunes en el diario oficial, como una medida especial del Ejecutivo que entra en vigor inmediatamente, aunque tendrá que ser refrendada luego por el Congreso. Tras el veto, “el código no será de ambientalistas ni de ruralistas, sino de los que tienen sentido común”, afirmó el ministro de Agricultura, Jorge Alberto Mendes Ribeiro, quien aseguró que Brasil seguirá siendo “uno de los países que más alimentos produce y exporta”.

Posiciones encontradas

Ecologistas

Con 60% del suelo ocupado por bosques, quieren que Brasil sea una potencia ambiental.

Ruralistas

Con el 27% del suelo dedicado a la producción, querían aumentar el área cultivada.