Cadena Telesur mueve el piso al inmovilismo de la prensa cubana
Con regularidad el diario oficial Granma titula su portada con reseñas apologéticas sobre hechos de la lucha revolucionaria de los años 50 u otros temas ajenos a las necesidades de la gente.
El inicio de las transmisiones en Cuba de la cadena Telesur mostró a los cubanos que es posible hacer un periodismo ágil con una perspectiva de izquierda, lo que agregó leña al creciente debate sobre el inmovilismo de la prensa cubana, criticado hasta por el presidente Raúl Castro.
«Ahora sé que el periodismo militante de izquierda no tiene que ser necesariamente monótono y consignista (plagado de consignas), sino que puede dárselas de atrevido, desenfadado, inmediato y, ante todo, transparente. Puede ser periodismo, no panfleto», escribió la periodista cubana Gisselle Morales en su blog (cubaprofunda.wordpress.com).
Telesur «coloca a la televisión nacional frente a la disyuntiva de superar las décadas de estatismo o perder definitivamente la audiencia», agregó.
La señal de la cadena latinoamericana, creada en 2005 bajo el impulso del presidente venezolano Hugo Chávez, comenzó a ser transmitida por señal abierta durante 13 horas y media cada día el 20 de enero por el Canal Educativo 2, una de las cinco cadenas nacionales cubanas, todas estatales.
Antes, la televisión local sólo ofrecía un resumen con «Lo mejor de Telesur», cadena cuya titularidad es compartida, económicamente y en contenidos, por Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.
Los cubanos empezaron a ver la nueva señal en momentos en que la prensa de la isla, toda bajo control del Estado, está en la mira de intelectuales y hasta del propio presidente cubano, que han fustigado su carácter apologético, sus grandes omisiones y su contenido aburrido e insípido.
Raúl Castro abogó por «un periodismo objetivo y de investigación, que permita desterrar la autocensura, la mediocridad, el lenguaje burocrático y edulcorado, el facilismo, la retórica, el triunfalismo, y la banalidad», al convocar a la primera Conferencia Nacional del Partido Comunista (único), que tuvo lugar el 28 de enero de 2012.
En los tres informativos nacionales de la televisión cubana la noticia principal del día puede estar ausente o ser transmitida al final y no en los titulares. A veces es difundida dos días después, como ocurrió hace un año cuando el Vaticano anunció que el papa Benedicto XVI visitaría la isla.
La televisión satelital con canales de todo el mundo está reservada en Cuba a extranjeros, embajadas y hoteles, y el acceso a internet es restringido.
Con regularidad el diario oficial Granma titula su portada con reseñas apologéticas sobre hechos de la lucha revolucionaria de los años 50 u otros temas ajenos a las necesidades de la gente.
El otro diario nacional, Juventud Rebelde, suele coincidir en los titulares y noticias con Granma. Ambos publican este jueves en portada la constitución del nuevo Parlamento, fijada para el 24 de febrero, y el texto de sus notas es idéntico.
Muchas veces, el mismo texto es publicado en los diarios y leído en la televisión y la radio.
El «principal y más peligroso resultado» de la prensa cubana «es la desconfianza en la veracidad de lo que se publica. El lector común ha perdido la confianza en la información tanto nacional como internacional que se brinda», dijo el politólogo Esteban Morales, en un foro organizado por la revista católica Espacio Laical.
En el foro participaron tres periodistas y dos académicos, quienes coincidieron en pedir el cese del control que ejerce sobre la prensa cubana, al estilo soviético, el Departamento Ideológico del Partido.
«La prensa no puede esperar a que un órgano de control externo, por encima de ella, le autorice a divulgar una información, o le indique cómo analizar un suceso, o le diga qué puede o no publicar», dijo el sociólogo Aurelio Alonso en el foro, publicado en la edición digital de la revista (espaciolaical.org)
«La independencia de la prensa no llegará porque el sistema haga una concesión, sino cuando quienes lo conducen comprendan que la necesitan para dialogar con la sociedad, conocer lo que ocurre, pulsar la opinión pública y perseguir a los violadores de la ley y el orden y a los que faltan a la moral y a la ética», afirmó en el foro el periodista Jorge Gómez Barata, ex funcionario del Departamento Ideológico del Partido.
Los participantes lamentaron que mientras Cuba vive un proceso de reformas económicas y da algunos pasos de apertura, como el diálogo con la Iglesia Católica y la reforma migratoria, la prensa siga estancada.