Semiinconsciente, con la cabeza vendada, el niño que descansa en cuidados intensivos de un hospital, no sabe que ha sobrevivido a una catástrofe aérea. El vuelo 8U771 que salió de Johannesburgo se estrelló en Libia, con un saldo mortal. 

El niño tiene los dos pies rotos y le han operado de urgencia. Las enfermeras, tocadas con un blanquísimo velo de rigor y la mascarilla quirúrgica puesta, le sonríen y le acomodan el gotero. Se parece a cualquier otro accidentado, pero su caso es excepcional.

Es el único pasajero con vida del vuelo 8U771 de la compañía Afriqiyah Airways (abierta el 2001 y con un historial impecable) que salió el miércoles de Johannesburgo con destino a Londres. Los demás ocupantes han perecido: 93 pasajeros, 61 de ellos holandeses.

El aparato se estrelló poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de la capital de Libia, unas instalaciones modernas y consideradas seguras. El avión, un Airbus A330-200, era nuevo y había pasado las revisiones de rigor antes de despegar en Sudáfrica. Sin embargo, lo que debía ser una escala técnica acabó en un accidente tremendo, con escombros pequeños esparcidos por el suelo.

Del niño no se sabe todavía si viajaba acompañado por un familiar. Es más, mientras el Ministerio libio de Transporte asegura que es de nacionalidad holandesa, en La Haya prefieren no dar datos. Esperan a contar con la lista oficial de pasajeros.

Datos sobre el accidente del avión

Informes
Las cajas negras muy dañadas han sido recuperadas por los equipos forenses libios, que no han podido evitar el goteo de conjeturas sobre lo ocurrido.

Datos 
Según ejecutivos de la empresa Afriquiyah Airways, «ha debido suceder algo extraño después del despegue, porque todo estaba en orden».