La normalidad reinó ayer, en el segundo día de Sede Vacante, en el Vaticano, a donde comienzan a llegar los cardenales que participarán en el cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI y que celebrarán mañana las dos primeras reuniones preparatorias.

La plaza de San Pedro del Vaticano estuvo, como todos los días, llena de turistas y fieles, que hacían largas colas para entrar en la basílica, así como de romanos, que aprovechan los sábados para pasear por el recinto vaticano.

Las colas también se hacían  —y eso sí es muestra de que la Iglesia está sin papa— en las oficinas de filatelia y numismática del Vaticano, donde coleccionistas y fieles compran ya los sellos de la Sede Vacante. El Vaticano ha sacado a la venta 230 mil series completas, cada una de las cuales consta de cuatro sellos con fondos en verde, amarillo, gris y azul.

Los purpurados continuaron llegando ayer a Roma, donde ya se encuentran más de 150, de los 207 que componen el Colegio Cardenalicio. Hasta hoy no tienen prevista ninguna reunión oficial, pero aprovecharán para mantener encuentros privados, comentar la situación de la Iglesia y diseñar el perfil que tiene que tener el próximo papa, que —según coinciden la mayoría de los cardenales— debe ser “relativamente joven”, para guiar con energía la Barca de Pedro. Por “joven” en el Vaticano se considera a un cardenal de entre 60 y 70 años.

Durante estas reuniones comenzarán a definirse los grupos de cardenales que apoyan a los candidatos y surgirán los “grandes electores”, los cardenales capaces de dirigir el voto. Se informó que no se espera que mañana se anuncie la fecha del cónclave.