Icono del sitio La Razón

China admite serios desajustes

La secundaria de segundo nivel y los estudios universitarios en China no son gratuitos. El Estado dejó de solventarlos hace tres décadas porque no podía correr con los gastos;  este país tiene un cuarto de la población mundial, pero de cada 100 chinos,13 tienen más de 65 años.

Estas son las paradojas generadas por el “socialismo de libre mercado”, el modelo de desarrollo del gigante asiático, que en sólo 33 años le permitió dar un salto. A principios de este año desplazó a Japón como segunda economía del planeta.

La brecha entre ricos y pobres, entre el campo y la ciudad, y el abismo entre las provincias más desarrolladas y las más atrasadas, generan descontento social, admiten funcionarios del Gobierno.

China está obligada a hacer frente al envejecimiento de la población, una factura de la política de planificación familiar aplicada desde la década del 70 del siglo pasado, alimentar a sus 1.347 millones de habitantes, el 20% de la población mundial, y buscar una vía al “desarrollo verde”.

Huang You Ji, subdirector del Grupo de Prensa Internacional del Gobierno chino, planteó estos problemas en el “Taller para funcionarios de la prensa y periodistas latinoamericanos”, que se realizó entre el 15 de mayo y el 4 de junio en China, y al que asistieron 45 periodistas de 15 naciones (incluida Guinea Ecuatorial, país africano de habla hispana).

Contradicción. El Producto Interno Bruto(PIB), de $us 5,75 billones, elevó a este país al rango de segunda economía del mundo, aunque su PIB per cápita en 2011 es sólo de $us 5.582, menor que Chile, cuyo PIB per cápita era de $us 14.278, según datos del Banco Mundial.

En este país hay 150 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, es decir, que viven con menos de $us 1 diario, y en la parte occidental hay pobreza extrema, aunque las autoridades chinas no ponen números a esta información.

Las ricas provincias industrializadas se concentran en la parte sudeste y central de China, mientras que el atraso y la pobreza se apretujan en el montañoso occidente, donde la tierra de cultivo, el agua y los recursos naturales son escasos, y donde viven los 55 grupos étnicos minoritarios de esta nación.

El salario mínimo es de 1.300 yuanes, que equivale a $us 200 (Bs 1.338), pero el ejecutivo de una empresa puede ganar incluso $us 2,5 millones, 12.500 veces más, según Huang.

“El crecimiento de la brecha entre ricos y pobres es un problema y este es un reto para nosotros”, agrega el funcionario. “China no es un país rico, ­recalca. La superficie cultivable es un tercio del nivel mundial, estamos frente al reto de alimentar al 20% de la población mundial con el 7% de la tierra cultivable del mundo”.

Por ello, el Gobierno Central procura aprovechar toda la tierra cultivable en las zonas montañosas y elevar la productividad de la tierra.

Sin embargo, los gobiernos territoriales —ya que China tiene autonomías municipales, provinciales y regionales— en la frenética carrera por emular a las regiones ricas autorizan el uso de la tierra para la construcción de viviendas y nuevas industrias. Esto sin contar con la necesidad real de construir más edificios, autopistas, etc., para hacer frente al rápido proceso de urbanización. 600 millones de los 1.347 millones de chinos viven en las ciudades (40,4%), aunque la previsión es que esta proporción se amplíe a 51,5% en 2015.

“Otra contradicción es que la población china está en proceso de envejecimiento. Actualmente la población mayor a 60 años es de 185 millones de personas y la población de jóvenes es cada vez menor”, dice Huang. De acuerdo con parámetros internacionales, China ya es una sociedad senil y se prevé que a mediados del siglo XXI, los adultos mayores de 60 años sobrepasen los 400 millones; de este grupo, 300 millones tendrán más de 65.

 Y aunque este es un efecto indeseado de la planificación familiar, las autoridades chinas recalcan que su aplicación  permitió controlar el crecimiento demográfico y reducir la tasa anual de 13,7% al 4%.

Debido a la enorme cantidad de personas de la tercera edad, el Gobierno chino analiza echar mano de un remedio impopular en naciones de Europa y elevar la edad de jubilación de 60 años a 62 o 63.

En 2020, según proyección de Naciones Unidas, la media de la edad será de 37 años en China, de 38 en Estados Unidos, de 45 en Europa y de 47 en Japón. India en cambio —otra economía emergente— tendrá una media de 28 años, lo que es una desventaja competitiva.

“Existe —además— una brecha entre hombres y mujeres, debido, sobre todo, a que en el área rural los padres prefieren un niño, porque solo el hombre puede heredar y preservar el apellido, y además porque, como en el área rural no existe seguridad social, los padres prefieren un hijo varón para que los mantenga cuando ellos estén viejos. Ello produjo un desequilibrio de sexos, actualmente por cada 100 mujeres hay 117 hombres, esto quiere decir que 17 hombres no pueden encontrar su media naranja”, apunta.

Inequidad. La enseñanza es otro problema. Si bien la primaria, de seis años, y la secundaria de primer ciclo, de tres años, son obligatorias y gratuitas, a los 15 años el estudiante debe elegir entre ingresar a algunas de las escuelas ocupacionales o a la secundaria de segundo ciclo, requisito para ingresar a la universidad. En cualquiera de las dos últimas opciones, las familias tienen que pagar por la educación de sus hijos.
El Estado, sostiene Huang, no puede sufragar los gastos de la formación de millones de millones de chinos, y para dar idea de la magnitud del asunto apunta dos datos: actualmente los estudiantes de primaria suman 99.407 millones y los de secundaria de primer ciclo, 52.793 millones.

“El  modelo de crecimiento económico tuvo fallas, entonces tenemos que encontrar un nuevo modelo que permita cerrar esta brecha entre área urbana y rural, entre ricos y pobres, para equilibrar el desarrollo”, agrega.

Contaminación. El otro reto es hallar un “modelo de crecimiento verde” debido al alto grado de contaminación ambiental. En este camino, China ha decidido bajar sus emisiones de carbono en 45% antes de 2015 y, para cumplir esta meta, ha cerrado en 2011 más de un centenar de industrias contaminantes, como fábricas de papel, y ha elevado  los estándares de tratamiento del agua residual y el uso de energías limpias (eólica y solar, entre otras).

“China es víctima del desarrollo industrial, pusimos más atención al desarrollo económico y pasamos por alto la protección del medio ambiente, y ahora el aire y el agua están contaminados. Nuestros gobiernos  territoriales dan demasiada atención al desarrollo económico y no a la protección del medioambiente”, admite Huang.

“Explotar, contaminar y luego limpiar, ése es el dilema de dilemas de los países pobres para desarrollarse. O explotamos una mina aunque contamine o dejamos de morir de hambre a la gente, esa la cuestión”, apunta Sun Qimin, catedrático de posgrado en Comunicaciones a los 47 funcionarios de la prensa y periodistas en Beijing, donde la polución no deja ver el sol.

Apuntes sobre china

La República Popular de China tiene 1.347 millones de habitantes, lo que representa el 20% de la población mundial.

La República Popular China, incluyendo Hong Kong y Macao, tiene una superficie de 9.598.093 km², la cuarta más grande del orbe.