Wednesday 19 Mar 2025 | Actualizado a 02:22 AM

China anuncia poseer la segunda reserva mundial de litio

El gigante asiático potencia su posición de predominio en la transición energética.

/ 12 de enero de 2025 / 00:05

En un avance que apunta a redefinir el panorama global del litio, China ha pasado a ocupar el segundo lugar en reservas mundiales de este recurso clave. El anuncio fue hecho esta semana por el Servicio Geológico de China. Este salto coloca al gigante asiático como un protagonista central en un mercado dominado hasta ahora por países como Australia y Chile. 

«Las reservas de litio del país han aumentado del 6% al 16,5% del total mundial», destacó la institución, lo que implica un incremento sin precedentes en un corto lapso de tiempo.

Un cinturón de litio de clase mundial

El descubrimiento de un cinturón de litio tipo espodumeno que se extiende por 2.800 kilómetros en el occidente de China ha sido uno de los principales catalizadores de este avance. Además, los recursos de litio en los lagos salados de la meseta Qinghai-Xizang han experimentado un crecimiento significativo, posicionando a China como la tercera base mundial en este tipo de yacimientos. 

«Este avance no solo aumenta nuestras reservas, sino que también fortalece nuestra capacidad para satisfacer la creciente demanda interna y reducir la dependencia de las importaciones», explicó un portavoz del Ministerio de Recursos Naturales.

Otro factor clave ha sido la superación de retos técnicos en la extracción de litio de la lepidolita, un mineral cuya explotación ha sido tradicionalmente costosa y compleja. Este logro marca un hito en la industria minera china y subraya el compromiso del país con el desarrollo tecnológico en sectores estratégicos.

Un recurso crítico

El litio es fundamental para industrias emergentes como los vehículos eléctricos, los sistemas de almacenamiento de energía y las comunicaciones móviles, además de tener aplicaciones en el campo médico y la energía nuclear. La transición hacia energías limpias ha impulsado la demanda global de este recurso, convirtiéndolo en un elemento indispensable para el futuro.

«La intensificación de la exploración doméstica de litio en China podría contribuir a un mercado mundial más equilibrado», afirmaron expertos del sector. Sin embargo, este nuevo escenario también plantea interrogantes sobre cómo los actores globales gestionarán una competencia que promete ser más feroz en los próximos años.

Precios y equilibrio de mercado

A pesar de los avances de China, el mercado del litio enfrenta una situación de exceso de oferta desde 2022, lo que ha llevado a una caída sustancial en los precios del carbonato de litio. Según Benchmark Mineral Intelligence (BMI), los precios en el norte de Asia se mantendrán en torno a $us 10.400 por tonelada en 2025, similares a los niveles de fines de 2024. Este panorama está respaldado por otras proyecciones, como las de Macquarie, que pronostica $us 10.775 y UBS con $us 11.000.

«El exceso de oferta y la capacidad de reiniciar minas suspendidas con rapidez seguirán limitando cualquier repunte significativo en los precios», afirmó Federico Gay, analista principal de BMI. La volatilidad del mercado también está influenciada por factores geopolíticos, incluyendo posibles aranceles y controles de exportación que podrían dividir el comercio en bloques rivales.

Transición energética

Si bien la demanda de litio está proyectada a largo plazo, impulsada por la transición energética global, las expectativas a corto plazo son más moderadas. BloombergNEF ha revisado a la baja sus proyecciones para las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos, debido a cambios en las políticas gubernamentales y la incertidumbre económica. «Los fabricantes de automóviles y los responsables de políticas globales se encuentran en una encrucijada», observó Alice Yu, analista senior de S&P Global Commodity Insights.

Por otro lado, se espera un aumento de la oferta proveniente de nuevos proyectos en países como Zimbabue, Argentina y Brasil. En China, la expansión de la capacidad minera podría contribuir a un mercado aún más saturado. «La nueva oferta sigue llegando al mercado, al mismo tiempo que los operadores marginales de mayor costo no están cerrando operaciones en volúmenes suficientes», indicó Bank of America en una nota institucional.

Implicaciones geopolíticas

La creciente relevancia de China en el mercado del litio podría intensificar las tensiones comerciales con Estados Unidos y otros países. Beijing ha insinuado la posibilidad de imponer controles a la exportación de tecnologías utilizadas para la refinación de litio y la producción de químicos para baterías. «Los aranceles y los controles a las exportaciones han recibido amplia publicidad», comentó Thomas Matthews, analista de CRU Group. Este contexto podría generar mayor volatilidad en los precios y dificultar la planificación para los actores de la industria.

El ascenso de China al segundo lugar en reservas mundiales de litio subraya su capacidad para redefinir la dinámica global de este recurso estratégico. Mientras que esta potencia fortalece su posición en el sector, el mercado global enfrenta retos significativos para equilibrar la necesidad de inversión con las realidades de un panorama comercial incierto. Como resultado, el litio seguirá siendo una materia prima central en las discusiones sobre transición energética y economía global en los próximos años.

Le puede interesar: YLB prevé costos de entre $us 4.000 a $us 8.000 por tonelada de carbonato de litio

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IBCE: la falta de combustibles requiere ajustes estructurales

El gerente del IBCE, Gary Rodríguez, brinda una perspectiva sobre la crisis actual en el país.

/ 15 de marzo de 2025 / 23:45

Bolivia enfrenta la crisis energética más complejas de las últimas décadas debido a la escasez de combustible, en especial de diésel. Esto ha generado largas filas en estaciones de servicio y un impacto significativo en diversos sectores de la economía. En respuesta, el Gobierno nacional anunció un paquete de diez medidas para paliar la situación. Entre ellas están la reducción del uso de vehículos estatales, el incremento en la provisión de combustibles y la habilitación de estaciones exclusivas para el transporte público y el sector agropecuario. Sin embargo, persisten dudas sobre la efectividad de estas acciones y su capacidad para ofrecer una solución sostenible en el tiempo.

En este contexto, Energías & Negocios, de La Razón, conversó con Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), para analizar el impacto real de la crisis en la producción, el comercio y la inflación. El economista, con amplia trayectoria en el ámbito institucional empresarial, explica cómo la falta de combustible afecta a sectores esenciales como la agricultura y la ganadería, donde los tiempos de siembra y cosecha dependen de una provisión oportuna de diésel. Además, advierte sobre las repercusiones de un incremento en el precio del combustible y cómo esto podría poner en riesgo la competitividad de distintos rubros.

Combustibles y otros problemas

Más allá de los efectos inmediatos, Rodríguez aborda un tema medular: ¿son suficientes las medidas adoptadas o se requiere una reforma estructural en el sector energético? Más aun, el profesional indica que el Gobierno nacional debe sincerar los precios para hacer que el país resulte nuevamente atractivo a la inversión de las grandes empresas petroleras. También analiza el papel de la política en esta crisis, señalando cómo la falta de consenso en la Asamblea Legislativa ha impedido la aprobación de créditos internacionales que podrían aliviar la situación.

Acompáñenos en esta entrevista para comprender mejor el alcance de la crisis y las posibles soluciones que podrían garantizar estabilidad y desarrollo en el país.

¿Cómo está afectando la falta de combustibles, especialmente del diésel a los sectores productivos y comerciales?

Por definición, la actividad agrícola es de alto riesgo, ya que depende grandemente del clima para la siembra, el progreso del cultivo y, la cosecha. A ello hay que sumar las “ventanas de oportunidad” que se presentan para la siembra (humedad) y la cosecha (ausencia de lluvia), de tal manera que, si la provisión del diésel no llega en el momento exacto, el productor del agro pierde por doble partida; otro tanto pasa con el ganadero. Respecto al sector comercial, la escasez del combustible puede ocasionar una ruptura de la oferta, con un daño para los sectores mencionados, pero también, para el propio consumidor.

¿Qué tan viable es la propuesta de habilitar diésel para los sectores productivos a Bs 11,50 por litro? ¿Cómo repercute esto en la estructura de costos y en la competitividad?

La cantidad y la intensidad del consumo del diésel varía de sector a sector, no es lo mismo hablar del sector agropecuario que del minero, hay una diferencia abismal en cuanto al esfuerzo y el rédito que cada uno percibe, de ahí que, semejante elevación de precio sin duda impactará sobre todos ellos, en unos más que en otros, todo dependerá del tipo y la escala de producción, pero, además, de su productividad, ya que, a menor escala y competitividad, mayor el impacto, ya que habrá quienes bajen su margen de utilidad, pero también, los que se vuelvan inviables. Aquello de que “no hay un producto más caro, que el que no está en el mercado”, es cierto, pero, no menos cierto es que el límite para utilizar un insumo tiene que ver con la posibilidad de ganancia: Si el alza del costo es tal que inviabiliza esto último, sin duda tal actividad declinará y hasta podrá desaparecer ya que nadie invierte para perder, eso es algo básico. Una cosa es pagar Bs10 o Bs12 por el litro de diésel, como se oye, para una cosecha inminente que dé cierto nivel de ingresos para cubrir deudas, y otra, comprar a tal precio para apostar por una actividad de alto riesgo sin garantía de ganancia.

¿Cómo afectan los factores anteriormente señalados a la inflación en el país?

Indudablemente, si el margen de ganancia en el sector agrícola es mínimo por las vicisitudes del clima, plagas, “precios justos” (subvencionados por el sector privado), el vaivén de los precios internacionales o las restricciones a la exportación que se dan, es lógico que si a ello se agrega el aumento de costos que afecte negativamente dicho margen, esa subida se la trasladará a los precios, por la viabilidad de la actividad. En el sector comercial la subida de los fletes impacta en los precios de los productos para su expendio. In extremis, si en algún momento ya “no es negocio producir algo”, la disminución de la oferta también contribuirá a la subida de precios y a una mayor inflación.

¿Qué consecuencias tiene una inflación elevada y qué es posible hacer para atenuarla?

Alguien dijo que la inflación funciona como un “impuesto ciego” que disminuye el poder adquisitivo de absolutamente todas las personas, pero, afecta mucho más a quienes tienen ingresos bajos y rentas fijas, porque gran parte de los mismos se destina a la compra de bienes básicos. Contrariamente a lo que se piensa, el “control de precios” no es la solución, más bien, un problema, por lo que se ha venido constatando desde 2008, cuando comenzó la subvención al precio de los alimentos por parte de los productores privados (debido al “precio justo” fijado oficialmente), ocasionando un gran negocio para los contrabandistas, a costa del desabastecimiento del mercado interno y la pérdida de los productores del agro.

¿Son suficientes las diez medidas planteadas por el gobierno nacional para enfrentar la escasez de combustibles?

Se trata de medidas reactivas que pueden ayudar a dar una respuesta a cortísimo plazo a la preocupación del sector productivo y la bronca ciudadana por las colas derivadas de la escasez de combustibles, que, en la práctica, va sembrando el camino hacia una desregulación del sector (compra de dólares en el Banco Unión por YPFB y utilización de criptoactivos, ambos a precio de mercado), sin embargo, no se trata de un paquete de medidas estructurales.

Está registrado por la prensa que, el 26 de diciembre de 2010, cuando el gobierno emitió el Decreto Supremo No. 748 para subir el precio del diésel y la gasolina, el IBCE fue la única institución privada del país que se manifestó a favor de un “ajuste estructural” en el sector de hidrocarburos, por la necesidad de un “sinceramiento de precios” con la finalidad de atraer a las empresas petroleras para que vuelvan a invertir en exploración en nuestro país; asimismo, para disminuir el pesado lastre que suponía ya, para el Estado, la alta subvención a los hidrocarburos; consecuentemente, eliminar los cupos al sector productivo; finalmente, bajar el contrabando de combustibles al exterior, dado su bajo precio.

¿Cuánto está jugando el componente político en la situación actual, con un proceso electoral de por medio?

Definitivamente, así es, y resulta lamentable que ello ocurra, porque las consecuencias las está pagando la gente. La pulseta política al interior del partido de gobierno hace que la Asamblea Legislativa no apruebe créditos por más de 1.600 millones de dólares de deuda externa contratada, que si bien son para proyectos, tales dólares al ingresar al país llegan a engrosar las RIN del Banco Central de Bolivia, el que entrega los montos correspondientes a los diferentes Ministerios en moneda nacional, de ahí que, la maniobra legislativa hace que el Banco Central se vea imposibilitado de otorgar a YPFB dólares al tipo de cambio oficial para importar combustibles. Esta resistencia política en la Asamblea Legislativa apunta a no darle esta suerte de “oxígeno” al gobierno.

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Déficit comercial y shock interno de la oferta exportable

Bolivia refleja una crisis estructural, marcada por la caída del volumen de sus principales productos exportados en un contexto de agotamiento de reservas y pérdida de mercados estratégicos.

/ 15 de marzo de 2025 / 23:29

En el pasado, las economías periféricas estaban sujetas a shocks externos por la tendencia del precio de sus exportaciones a fluctuar y a deteriorarse respecto a los precios de las manufacturas que importaban. Los precios de los commodities además dependían del ciclo económico de los países del centro, puesto que crecían en el periodo de auge y se desplomaban en la fase de declinación o crisis. Este comportamiento afectaba el bajo nivel de las exportaciones que además eran muy volátiles transmitiendo sus fluctuaciones al conjunto de las economías primario exportadoras.

Una crisis estructural

El caso boliviano en el presente siglo es interesante, puesto que la evolución de las exportaciones y sus precios en un primer periodo (2004-2016) tuvo un comportamiento cíclico con una fase larga de boom de precios (2004-2013) para entrar después a una fase declinación (2014-2016) como se observa en el Gráfico 1. Sin embargo, en el segundo periodo (2016-2023) presenta un comportamiento ondulatorio con un ciclo corto de recuperación y caída hasta la crisis del COVID 2020, para después atravesar por una fase de corta recuperación entre 2021-2023 y terminar registrando una leve declinación en 2024.

Gráfico 1

La gran diferencia es que en el segundo periodo la variable explicativa no fueron los precios de exportación, variable exógena, que tuvieron una tendencia creciente hasta 2023, sino los volúmenes de exportación, variable endógena, puesto que  la economía boliviana experimentó a partir de 2014 un shock interno que se expresó en la caída en el volumen de exportación del principal producto de exportación, el gas natural que llegó a representar un 50% del total exportado, debido al agotamiento de las reservas. El cierre del mercado argentino fue la cereza de la torta puesto que se preveía que en 2024 iba a terminar el contrato de gas con Argentina.

Déficit comercial y de combustibles

Bajo este contexto, el análisis del déficit comercial en 2024 ($us 845,5 millones) adquiere relevancia, no por su tamaño, puesto que representa un 1,75% del PIB, sino por sus componentes y los factores relacionados con las exportaciones.

En primer lugar, si incluimos la balanza de combustibles, observamos una ampliación de su saldo negativo de $us 855,9 millones en 2023 a $us 1.191,3 millones, equivalente al 2,5% del PIB, debido a que las exportaciones de combustibles se desplomaron en 20,6% mientras que las importaciones se contrajeron, pero solo en 3,5%.  El problema es la tendencia creciente y persistente a la caída de las exportaciones de combustibles porque ya desde el 2022 ya no somos un país exportador neto por el fin del ciclo del gas, sino pasamos a ser considerado un país importador neto de petróleo (Cuadro 1).

Cuadro 1

En segundo lugar, el déficit comercial se debe a la caída en el valor de las exportaciones (-17,4%) más acelerada que el de las importaciones (-13,8%).  Esta caída de exportaciones esta más relacionada con el desplome del volumen exportado en 15,9%, por lo que la disminución de los precios de exportación solo explica un descenso del 1,5%.Por tanto, la causa principal del déficit comercial no fue un shock externo de precios sino una caída en el volumen de exportación asociado a factores internos.

En tercer lugar, la caída del volumen de exportación se dio en los principales productos de exportación, como son el oro, el gas natural y en los aceites y tortas oleaginosas, como se observa en el Grafico 2. Bolivia tiene una oferta exportable concentrada en pocos productos y poco diversificada y estos productos representaban más del 60% del total exportado en 2023.

Gráfico 2

El caso del oro es preocupante, puesto que la caída del volumen exportable de oro en 2024 fue de un 79% debido a factores internos puesto que el precio o valor unitario de exportación, según el INE, creció en un 6,6%, sin embargo, la cotización internacional subió un 35% al pasar de 2000 $us por onza troy fina (OTF) a 2700 $us por OTF. Una explicación serían las compras internas del Banco Central, pero solo compró 14,5 TM en 2024 y el país exportó 9 TM, lo que suma un total 23,5 TM. Si comparamos esta cifra con el volumen exportado en 2023 que fue 45 TM, la caída sería del 52%. ¿Es el fin del ciclo del oro en pleno auge de su cotización que llegó a 3.000 $us OTF? Lo lamentable es que el país no conoce su propia oferta exportable. En el pasado, cuando aumentaron las exportaciones de oro se dijo que provenían del Perú de contrabando y ahora que bajaron dramáticamente dicen que salió de contrabando. Es así que el principal producto de exportación en 2023 con una participación del 25% en el total exportado cayó al quinto lugar, llegando a representar solo un 8,4% en el total exportado, sin embargo, en el país no es noticia relevante.

Déficit y más

En el caso de las exportaciones de gas natural, continuó la tendencia de caída que se viene registrando desde 2014 con un desplome en el volumen (21,3%) que explica totalmente la caída en valor (21,3%). Su caída sigue siendo trascendente puesto que el gas natural continúa siendo el principal producto de exportación con una participación del 20% en el total exportado, aunque lo que preocupa al país son las importaciones de gasolina y diésel. Donde se registró una caída tanto en el volumen y también en los precios, fue en las exportaciones de aceites y tortas de oleaginosas, que junto a las exportaciones de soya representan el cuarto producto de exportación con un 13% en 2024.

En conclusión, el sector exportador boliviano registró en 2024 una caída principalmente del volumen y especialmente en sus principales productos de exportación que da señales de restricciones estructurales de oferta exportable y que requieren medidas urgentes para que vuelva a ser el motor de la economía y el principal sector generador de divisas.

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Petróleo: la oferta mundial superará a la demanda en 2025

La transformación energética en China y las tensiones comerciales globales redefinen las perspectivas para los países exportadores e importadores de crudo.

/ 15 de marzo de 2025 / 22:59

El mercado mundial del petróleo podría enfrentar un excedente significativo este año, según revela el más reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicado el último jueves. De acuerdo con el organismo, «la oferta global de petróleo podría exceder a la demanda en aproximadamente 600 kb/d este año», una condición que podría presionar aún más a la baja los precios del crudo, que ya se encuentran cerca de mínimos de tres años.

«Si la OPEP+ extiende la reducción de los recortes de producción más allá de abril sin controlar el suministro de los miembros que actualmente producen por encima de sus objetivos, se podrían añadir otros 400 kb/d al mercado», advierte el informe, lo que aumentaría aún más el superávit.

Este pronóstico llega en un momento de creciente incertidumbre económica global, caracterizado por tensiones comerciales entre Estados Unidos y varios países, incluidos México y Canadá, dos de sus principales socios comerciales en el sector energético. «Los nuevos aranceles estadounidenses, combinados con medidas de represalia en escalada, inclinaron los riesgos macroeconómicos a la baja», señala la AIE.

Precios del petróleo en descenso y tensiones comerciales

La presión sobre los precios ya es evidente. Según el informe, «los precios del petróleo cayeron alrededor de $us 7 porbarril en febrero y principios de marzo, ya que el sentimiento macro se agrió en medio de crecientes tensiones comerciales, nublando las perspectivas para el crecimiento de la demanda de petróleo». Al momento de redactar el informe, los futuros del Brent se cotizaban «cerca de mínimos de tres años, alrededor de $us 70 por barril».

Los mercados sudamericanos, altamente dependientes de los ingresos petroleros en casos como Venezuela, Brasil y Ecuador, podrían verse afectados por esta tendencia bajista en los precios internacionales, especialmente mientras la producción global continúa en aumento.

China: el gran cambio estructural

Uno de los datos más relevantes del informe es el cambio estructural en el patrón de consumo de China, el mayor importador mundial de petróleo. «A medida que la economía china y el sector de transporte doméstico experimentan transformaciones significativas, la demanda de los combustibles derivados del petróleo más ampliamente consumidos —incluidos la gasolina, el combustible para aviones y el diésel— disminuyó marginalmente en 2024», revela el documento.

El análisis de la AIE es contundente: «Los datos sugieren fuertemente que los usos de combustión del combustible de petróleo en China ya han alcanzado una meseta y que el potencial para el crecimiento futuro puede ser muy limitado».

Este cambio es especialmente significativo para los países exportadores de la región como Brasil, Colombia y Ecuador, que han encontrado en China un mercado clave en la última década.

Transformación energética y económica

El informe explica que la transformación energética china responde a políticas nacionales «centradas en la seguridad energética, la actividad industrial y el control de la contaminación». Los incentivos para vehículos eléctricos y de bajas emisiones «han impulsado su adopción, reduciendo significativamente la demanda de combustible».

A diferencia de otras economías emergentes, «la demanda de China para todos estos productos combinados sigue siendo inferior a la demanda estadounidense de gasolina por sí sola», a pesar del fuerte crecimiento durante la década de 2010. En contraste, «el uso de combustible en otros mercados emergentes importantes continúa aumentando, con un crecimiento del consumo tanto indio como brasileño de aproximadamente un 4% el año pasado».

Oferta de petróleo en expansión

La oferta global de petróleo «aumentó en 240 kb/d en febrero hasta los 103,3 mb/d, liderada por la OPEP+», indica el informe. La producción de Kazajistán alcanzó un máximo histórico con la expansión del proyecto Tengiz, mientras que «Irán y Venezuela aumentaron los flujos antes de sanciones más estrictas».

Para los intereses sudamericanos, resulta particularmente relevante la advertencia sobre Venezuela: «Se espera que el suministro venezolano disminuya a partir de abril, cuando expire la Licencia General de Chevron para operar en el país». Esta situación podría alterar el panorama de producción regional, donde Brasil continúa expandiendo su capacidad productiva.

Estados Unidos «actualmente está produciendo en niveles récord y se prevé que sea la mayor fuente de crecimiento de suministro en 2025, seguido por Canadá, Brasil y Guyana», tres actores relevantes para el mercado regional.

Demanda global en crecimiento moderado

A pesar de las tensiones comerciales y la desaceleración china, «se espera que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo promedie poco más de 1 mb/d este año, por encima de los 830 kb/d en 2024, impulsado en parte por los precios más bajos del petróleo», señala el informe.

Los países asiáticos «representarán casi el 60% de las ganancias, liderados por China, donde las materias primas petroquímicas proporcionarán la totalidad del crecimiento, ya que la demanda de combustibles refinados alcanza una meseta».

Para América del Sur, este panorama presenta tanto desafíos como oportunidades. Si bien los precios más bajos podrían beneficiar a los países importadores netos como Chile y Uruguay, también ejercerían presión sobre los presupuestos de las naciones productoras como Venezuela, Brasil y Colombia. Además, la creciente atención a los productos petroquímicos podría abrir nuevas vías para el desarrollo industrial en la región.

En un mundo de «arenas movedizas», como lo describe la AIE, la región deberá adaptar sus estrategias energéticas a un panorama global cada vez más complejo y en transición.

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La crisis económica reconfigura la carrera electoral

Armando Ortuño, Yerko Ilijic y Julio Córdova analizan los impactos del deterioro de la economía en la carrera comicial.

/ 15 de marzo de 2025 / 21:22

En un momento de crisis económica, Bolivia enfrenta un escenario político marcado por la incertidumbre y el desgaste de los liderazgos tradicionales. La escasez de combustible y dólares, sumados al aumento de la inflación, están alterado la percepción ciudadana sobre el futuro inmediato y las opciones electorales disponibles. En este marco, presentamos tres entrevistas a expertos que analizan el impacto de la situación en curso en la dinámica previa a las elecciones de agosto y en la configuración del poder político en el país.

El sociólogo Julio Córdova, el economista Armando Ortuño y el abogado Yerko Ilijic ofrecen perspectivas complementarias sobre el momento actual. Córdova destaca cómo las percepciones de la ciudadanía han cambiado drásticamente, generando temores que evocan experiencias pasadas de hiperinflación y crisis política. Por su parte, Ilijic examina las estrategias de los distintos actores políticos y plantea escenarios en los que la falta de respuesta gubernamental podría desembocar en una crisis aún mayor. Ortuño analiza el efecto devastador de la crisis sobre los actores en carrera y las posibilidades de recomposición en el país.

A lo largo de estas conversaciones, emergen algunas ideas centrales: el desgaste del gobierno de Luis Arce y la posibilidad de un «que se vayan todos»; el riesgo de que la crisis termine favoreciendo la irrupción de outsiders en el escenario electoral; y la reconfiguración de los sectores populares en un contexto donde la desafección política se convierte en una variable determinante. Con estos elementos en juego, el panorama boliviano sigue abierto a múltiples desenlaces.

Julio Córdova: el temor a la hiperinflación y el recuerdo de la UDP

A diferencia de lo observado a finales de 2023 e inicios de 2024, cuando la población preveía un deterioro paulatino de la situación económica, en los últimos meses se ha producido un cambio sustancial en la percepción ciudadana. «Lo que estamos viendo es que la gente ya no percibe que la crisis va a empeorar poco a poco, sino que va a haber una desmejora abrupta de las condiciones de vida, y el temor a la hiperinflación se ha incrementado notablemente», explica Córdova.

Este temor está directamente vinculado a la crisis de combustibles. Según el analista, «a medida en que la gente entiende que los combustibles van a aumentar de precio, de costo, sea formalmente, es decir, que el gobierno vaya retirando poco a poco la subvención, o sea, informalmente, a pesar de que el gobierno mantenga el precio oficial, se va a generar un mercado negro donde va a haber un incremento real», lo que inevitablemente provocará «un incremento sustancial de los precios de la canasta familiar».

Un hallazgo particularmente revelador de los estudios de Diagnosis muestra una marcada diferencia generacional en la percepción de la crisis. «Las personas adultas recuerdan todavía el tema de la Unión Democrática Popular (UDP) y está en su mente la imagen desastrosa de la hiperinflación», señala Córdova. Estos ciudadanos «empiezan a tener miedo a que pueda reproducirse un escenario igual que la UDP, es decir, un estallido de crisis económica, de hiperinflación, de escasez de productos». En contraste, «los jóvenes que no han pasado esa experiencia, digamos, entienden que va a haber una crisis económica, aunque su visión no es tan catastrófica».

La debilidad presidencial y el paralelo con Siles Zuazo

Uno de los aspectos más preocupantes para el gobierno actual es que la imagen del presidente Luis Arce está siendo cada vez más asociada con la de Hernán Siles Zuazo, quien presidió Bolivia durante la devastadora crisis hiperinflacionaria de los años 80 bajo el gobierno de la UDP.

«Los adultos concluyen que, en el gobierno de Siles Zuazo, el propio presidente era un presidente débil en todos los sentidos. Débil políticamente, porque tenía todo el Parlamento en contra, pero también débil en el sentido de carácter», explica Córdova. Y agrega que «es en esos términos que los adultos empiezan a entender tanto la figura de Luis Arce como su gobierno. Es decir, lo ven de manera casi calcada al de la UDP, como un gobierno débil, que no tiene apoyo parlamentario, que no tiene fuerza política».

Esta percepción representa un cambio significativo en la imagen del actual mandatario. «En las elecciones del 2020, la imagen de Luis Arce estaba asociada al diálogo y a no a la confrontación. Ahora, en el nuevo contexto, la imagen de Luis Arce está asociada a debilidad de carácter, debilidad política y, por lo tanto, falta de decisión para revertir la crisis», subraya el sociólogo.

El riesgo del «que se vayan todos»

Aunque Diagnosis no ha identificado todavía cambios sustanciales en las preferencias electorales, Córdova advierte sobre un escenario potencialmente disruptivo si la crisis económica continúa profundizándose. «Si las condiciones económicas se deterioran en los próximos días, falta de gasolina, incremento de precios y una mayor inflación, entonces nuestra hipótesis es que existe un alto riesgo de que la gente no solamente empiece a decepcionarse todavía más del gobierno de Luis Arce, sino que empiece a decepcionarse del conjunto de los políticos y se consolide una actitud de ‘que se vayan todos’, similar a lo ocurrido en Argentina tras la crisis de 2001”.

Esta actitud, según el analista, podría favorecer la emergencia de candidatos outsiders, figuras que nunca han gobernado y que se presenten como alternativas totalmente nuevas, independientemente de su experiencia o capacidad. «La demanda social por líderes nuevos, independientemente si tienen experiencia, si tienen capacidad, independientemente si son líderes de derecho, no importa, la demanda electoral por líderes nuevos eventualmente puede crecer», lo que beneficiaría a candidatos como Chi Hyun Chung y limitaría las posibilidades no solo del oficialismo, sino también de figuras opositoras ya establecidas.

Los tres tercios electorales en crisis

El análisis de Córdova sobre la actual situación política boliviana parte de que los «tres tercios» electorales, una idea que expuso y desarrolló previamente en Animal Político: el bloque de clase media-alta antimasista, el campo indígena-popular (tradicionalmente asociado al MAS) y un tercio medio que busca discursos no polarizantes.

El bloque antimasista y su encrucijada

Sobre el bloque antimasista, liderado principalmente por figuras como Carlos Mesa y Samuel Doria Medina tras la declinación de la candidatura de Tuto Quiroga, Córdova señala que estos líderes «están apuntando a debilitar, digamos, no solamente a Arce, sino en su discurso asocian la figura de Arce y de Evo Morales como los causantes de la crisis actual». Sin embargo, advierte que «existe el riesgo de que las clases medias que todavía tienen una figura antimasista y que apoyan a estos líderes de la unidad opositora empiecen a cansarse de la crisis económica» y terminen decepcionándose también de estos líderes si no proponen alternativas concretas a la crisis.

El campo indígena-popular y el factor Evo Morales

Respecto al campo indígena-popular, donde Luis Arce ha perdido significativamente respaldo (cayendo de un 30% de aprobación hace un año a menos de un 5% según diversas encuestas), Córdova reconoce que Evo Morales mantiene cierto apoyo, aunque distante de sus mejores momentos. «En las encuestas de diagnóstico se mantuvo, casi desde hace dos años, en un 10% de intención de voto si se presentara como candidato a nivel del conjunto de la población. Y en las clases bajas, esta intención de voto se acerca al 20%», indica.

Sin embargo, el sociólogo descarta que el expresidente pueda recuperar el masivo apoyo que tuvo en su momento. «Ya no representa esa aspiración de superación individual vía educación. Por lo tanto, si es que se produjera algún aumento en la favorabilidad de Evo Morales en clases bajas, es previsible que ese aumento no sea exponencial». La explicación de Córdova es que «es un agotamiento histórico de la figura de Evo Morales» y que «ha pasado mucha agua bajo el puente. Las clases bajas han cambiado, Evo Morales ya no es ese líder carismático que logre obtener el apoyo de todas ellas».

Sobre otros posibles líderes del campo popular como Andrónico Rodríguez, el analista estima que podría tener mejor desempeño que Arce e incluso que Morales, pero «tampoco va a ser el nuevo líder que rescate todo el voto indígena popular que había antes».

El tercio del medio y la posibilidad de un «fenómeno Fujimori»

En cuanto al tercio del medio, Córdova considera que este segmento «va a crecer en la medida en que no hay propuestas interesantes en los extremos». Actualmente, este grupo busca «discursos no polarizantes o figuras no polarizantes, lo que favorece a Manfred Reyes Villa», pero si la crisis económica se agudiza, podría cambiar hacia una demanda por «figuras disruptivas totalmente nuevas».

Especialmente preocupante es la posibilidad de que surja rápidamente un outsider que capitalice el descontento generalizado, similar a lo ocurrido con Alberto Fujimori en Perú en 1990 o con Chi Hyun Chung en Bolivia en 2019. «En las elecciones de 1990 de Perú, hasta cuatro meses antes de las elecciones, Fujimori no era conocido. Y el ascenso de Fujimori como candidato nuevo se produjo en menos de un mes», recuerda Córdova. «En ese tiempo Fujimori pasó del 2% a un 30%». Luego ganó en segunda vuelta con el 62% de los votos.

Un gobierno sin operadores políticos ante la crisis

Al analizar las posibilidades del actual gobierno para enfrentar la crisis hasta las elecciones de 2025, Córdova es pesimista. Señala que el gobierno de Arce «no ha tenido los mejores operadores políticos para poder asegurarse cierta mayoría mínima en la Asamblea Legislativa» a pesar de haber tenido «varios años, por lo menos el 2022 y el 2023, como para tratar de establecer ciertos acuerdos».

«Si tú no tienes operadores políticos hábiles, eficientes, capaces de establecer acuerdos contra todo pronóstico, pues estás inerme», afirma el sociólogo, quien considera que esta es «una de las grandes debilidades del gobierno de Arce». Como consecuencia, «no va a poder revertir esta situación. Así no va a poder lograr que la Asamblea Legislativa apruebe algunos proyectos para tener un poco más de aire. Tampoco acuerdos con algunos otros sindicatos que impidan movilizaciones desde el lado popular, menos acuerdos con las facciones de Comunidad Ciudadana».

«Esta situación no va a cambiar hasta agosto del 2025, hasta las elecciones. Entonces, no hay mayores posibilidades de cambios relevantes en la gestión del gobierno. Estamos ante un gobierno políticamente débil que va a quedar aquí», concluye.

Yerko Ilijic: crisis y subordinación política

Bolivia enfrenta un escenario político cada vez más volátil, donde la interrelación entre economía y política determina las posibilidades reales de gobernabilidad y de salida a la actual coyuntura. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende del análisis realizado por Yerko Ilijic, abogado con estudios de postgrado en las universidades de Westfalia y Heidelberg, quien advierte sobre los escenarios críticos que podrían desplegarse en los próximos meses.

La subordinación de la economía a la política

Un elemento central en el análisis de Ilijic es su contundente afirmación sobre la relación entre economía y política en el contexto boliviano: «la economía está subordinada a la política», señala, estableciendo desde el inicio un marco interpretativo que condiciona cualquier solución para la crisis actual.

Esta subordinación, según el analista, tiene importantes implicaciones para el escenario que podría desarrollarse en caso de un agravamiento de la situación. A diferencia de lo que ocurrió en otros países de la región, Ilijic sostiene que «si la economía está subordinada a la política, no puede existir que se vayan todos. Porque ese vacío va a generar mayor, mayor escasez de trabajos, parálisis, apagón».

Es decir, el fenómeno de deslegitimación total de la clase política (como sucedió en Argentina en 2001) no tendría el mismo desarrollo en Bolivia, precisamente porque la economía depende estructuralmente de decisiones políticas.

El «periodo especial» y sus escenarios

Ilijic caracteriza la situación actual como un «periodo especial», un término que evoca inmediatamente comparaciones históricas preocupantes. «Yo tengo en mente, cuando digo ‘periodo especial’, la Cuba de los años 90. ¿Qué significaba eso? Racionamiento y apagón».

El analista advierte sobre una escalada potencial de medidas restrictivas que podrían implementarse a medida que la crisis se profundice. «Una probabilidad es que vamos a acabar con racionamiento, apagón. Si eso, además, se hace insostenible, hay una última medida que se puede aplicar, que es más radical todavía, que es la parálisis».

Esta parálisis, explica Ilijic, podría manifestarse como una «parálisis estatal, la parálisis internacional» que eventualmente podría conducir a una situación similar al «confinamiento» que el país ya experimentó durante la pandemia, pero esta vez provocado por una crisis económica.

Arce en la coyuntura de la crisis

Uno de los puntos más críticos señalados por Ilijic es la estrategia adoptada por el gobierno de Luis Arce para lograr gobernabilidad frente a un parlamento hostil. «Es lo que Arce ha hecho, a partir de su alianza con el Tribunal Constitucional Plurinacional. Es una medida autoritaria, pero es la medida con la que él ha obtenido gobernabilidad por fuera del Parlamento».

Esta estrategia, sin embargo, ha generado una dinámica de trincheras políticas que dificulta cualquier solución consensuada a la crisis. «La gente del Gobierno se presenta en la ciudadanía como estando en una trinchera».

Según Ilijic, el país enfrenta un dilema fundamental: la necesidad de implementar reformas estructurales que permitan superar la crisis, pero en un contexto de alta polarización y fragmentación política que hace casi imposible construir los consensos necesarios.

El analista señala que Arce tiene pendiente “resolver la variable Evo Morales”. Identifica la relación entre el presidente y el expresidente como uno de los problemas fundamentales a resolver.

Adicionalmente, plantea que el gobierno actual «tiene que presentar, por lo menos, algún grado de voluntariedad para que, a partir de que asuma el nuevo gobierno, las medidas que se vayan a tomar surtan efecto».

La posibilidad de acuerdos políticos

El abogado insiste en que cualquier solución a la crisis económica requerirá inevitablemente de acuerdos políticos sustantivos. Esta necesidad choca frontalmente con la realidad de un sistema político altamente fragmentado y polarizado y advierte sobre los riesgos de un parlamento disfuncional tras las próximas elecciones. «A mí no me interesa tanto cómo estén conformadas las bancadas que van a salir el 9 de noviembre. A mí lo que me interesa es que las bancadas tengan la capacidad de ser colaborativas. ¿Por qué? Porque la primera mirada va a estar, obviamente, en que el Parlamento. Si logra, más o menos, validar al nuevo gobierno o lo paraliza».

A pesar del panorama sombrío, Ilijic sugiere la posibilidad de una salida negociada a la crisis. «Si es una salida política pactada, es una especie de inflexión de Arce, pero con cierto grado de impunidad, y a cambio que entre un grupo de la oposición lo más cercano al populismo posible. Ahí ya se tiene una salida».

Esta solución implicaría un pacto político que permita una transición ordenada, pero que al mismo tiempo garantice cierta continuidad en las políticas económicas y sociales para evitar convulsiones mayores.

La temporalidad de la subordinación económica

Finalmente, Ilijic plantea que la subordinación de la economía a la política es una condición temporal que podría superarse mediante un proceso de reformas de mediano plazo. Esta visión sugiere que Bolivia necesita transitar hacia un modelo donde la economía adquiera cierta autonomía respecto a las decisiones políticas, pero reconoce que este es un proceso gradual que requiere condiciones actualmente inexistentes en el país.

En un momento en que «la gente está todavía aguantando», las próximas semanas y meses serán decisivos para determinar si Bolivia logra encauzar institucionalmente la crisis o si entra en una espiral de inestabilidad política y económica con consecuencias impredecibles.

Armando Ortuño: la crisis, un punto de inflexión electoral

La crisis económica y política que atraviesa Bolivia ha alcanzado niveles sin precedentes, configurando un escenario electoral de alta incertidumbre donde los parámetros tradicionales de análisis se han vuelto insuficientes. Así lo advierte el economista e intelectual boliviano, Armando Ortuño, quien señala que el país ha entrado en una nueva fase crítica que redefine completamente las perspectivas electorales para los comicios presidenciales programados para agosto.

«Hay un cambio de escenario fuerte. Hasta ahora habíamos estado viviendo en una especie de lógica de deterioro económico, de problemas, pero creo que la dimensión que está tomando ahora la situación en términos de las afectaciones a la vida cotidiana de la gente, a su estado de ánimo, son elementos bastante más fuertes», explica Ortuño. Así, considera que estos acontecimientos representan «un punto de inflexión» en la campaña electoral.

Crisis: del deterioro al colapso

El análisis de Ortuño parte de una premisa fundamental: Bolivia ya no está ante la amenaza de una crisis, sino en pleno colapso económico. «Ya no es que la gente tiene miedo de que venga un colapso, ya vino el colapso, ese es el drama», sentencia. Esta realidad ha desarticulado uno de los principales argumentos de la actual administración, que esperaba capitalizar el temor a un posible ajuste económico si la oposición llegaba al poder.

«La última esperanza de los arcistas era esta especie de mito del electorado de izquierda que, frente a los que venían a hacer el ajuste, iba a votar por ellos, pero esa hipótesis se derrumba cuando el nivel de crisis es tan grande, cuando el nivel de colapso es de este tamaño», afirma Ortuño. Esta nueva realidad, según el analista, profundiza la «desafección» de un electorado nacional-popular masista que históricamente ha representado alrededor del 60% del padrón electoral boliviano.

La oferta política frente a la cambiante demanda

Ortuño identifica que el verdadero cambio no está ocurriendo en la oferta política, sino en la demanda del electorado. «Se está rebarajando casi todo, no tanto en la oferta política, porque la oferta política sigue siendo la misma, sino más en la demanda», explica. Sugiere que los votantes están reconfigurando sus preferencias debido a la magnitud de la situación.

Esta transformación de la demanda ciudadana ocurre en un contexto donde las principales figuras políticas mantienen estrategias que, según Ortuño, resultan insuficientes para el momento histórico.

Incertidumbre sobre las elecciones

Uno de los elementos más contundentes del análisis de Ortuño es el cuestionamiento sobre la viabilidad misma del calendario electoral. «La pregunta es si llegamos a agosto. Agosto me parece tan lejano con esta crisis», expresa, planteando un escenario de alta volatilidad institucional.

Esta preocupación no es gratuita. Según el economista, las condiciones actuales hacen que llegar a agosto sea «altamente incierto» y advierte que una posible prórroga del mandato sería «una locura». En este contexto, Ortuño sugiere que el escenario más viable podría ser «hacer una elección lo más rápido posible, porque justamente urge hacer una elección».

La urgencia, explica, radica en la necesidad de contar con «una persona que se haga cargo. Se requiere de alguien que se refresque, que venga con un mínimo de legitimidad y diga, bueno, yo me hago cargo del desmadre».

La imposibilidad de una solución puramente económica

Para Ortuño, un elemento fundamental del análisis es que la crisis ha superado la posibilidad de ser abordada solo desde lo económico. «Ya no hay salida económica desde mi perspectiva. La salida económica implica el ajuste o algún tipo de cambio macroeconómico, es decir, un conjunto de medidas integrales que solamente las puede tomar un gobierno con un mínimo de legitimidad o con un apoyo político fuerte», sostiene.

En este sentido, sentencia que «ya hay solución económica con instrumentos puramente administrativos». La magnitud de la crisis requiere, en palabras de Ortuño, «un mínimo de acuerdo político” para poder implementar medidas económicas efectivas.

El gobierno y sus limitaciones

Ortuño identifica momentos específicos en los que, según su interpretación, el gobierno actual ha admitido implícitamente su incapacidad para manejar la crisis. «Desde el domingo pasado, el momento en que salió la ministra Prada (en conferencia de prensa), desde mi perspectiva, ese momento el gobierno declaró que no tenía soluciones al problema», afirma.

Esta percepción se reforzaría en los días posteriores. «Si teníamos todavía dudas de que no había soluciones, cuando salieron las autoridades de Hidrocarburos, el lunes pasado, se ratificó. Si todavía había alguna duda, cuando salió el presidente Luis Arce y nos lanza esas diez soluciones que no solucionan nada, ya se comprobó una vez que no hay nada, así que no hay salida».

Escenarios posibles ante la crisis

Ante la gravedad de la situación, Ortuño esboza dos posibles escenarios. El primero contempla la posibilidad de un adelanto electoral que permita renovar rápidamente la legitimidad gubernamental. «Puede suceder de que haya un acuerdo político para hacer la elección en dos o tres meses, porque no da para más. De hecho, para mí, probablemente ese es un escenario relativamente viable en este momento».

El segundo escenario, aunque considerado menos probable por el analista, sería que el actual presidente renuncie a su candidatura y forme «un gobierno de unidad nacional» que permita tomar las «medidas duras» necesarias para estabilizar la economía antes de las elecciones. En palabras de Ortuño, «Luis Arce tal vez podría hacerlas, aunque tengo mis dudas, incluso si él, por ejemplo, renunciara a la candidatura y decidiera ser un gobierno de unidad nacional, y entonces intentar llegar a agosto tomando las medidas que hay que tomar».

Sin embargo, este escenario requeriría un sacrificio político significativo y un amplio acuerdo entre fuerzas políticas, algo que el analista ve poco probable en el actual contexto.

Este análisis revela la profunda preocupación del economista por el deterioro acelerado de las condiciones económicas del país y la necesidad de decisiones urgentes que, según su visión, solo pueden venir de una renovación de la legitimidad política a través de elecciones anticipadas o de un acuerdo político amplio que parece cada vez más improbable.

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Santa Cruz de la Sierra declara emergencia por combustibles

El alcalde Jhonny Fernández advierte sobre afectaciones al abastecimiento de alimentos, servicios municipales y el transporte urbano.

/ 14 de marzo de 2025 / 19:51

La Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, junto al Comité Pro Santa Cruz, declararon en emergencia a la ciudad capital del departamento. La determinación emerge como consecuencia de la escasez de combustibles, que ha generado una crisis que afecta a todos los sectores de la economía. El burgomaestre advirtió sobre los efectos de la situación sobre el abastecimiento de alimentos, el funcionamiento de los servicios municipales y el transporte urbano.

El alcalde Jhonny Fernández enfatizó la urgencia de la situación y llamó a la unidad para afrontar el problema. “Estamos declarando nosotros una emergencia en nuestro gobierno municipal de Santa Cruz de la Sierra. Que todas las instituciones que forman parte de esta dinámica de la gestión tengan que entender que es con unión de esfuerzo que vamos a lograr salir de esto”, manifestó.

Uno de los mayores problemas que enfrenta la ciudad es la afectación al abastecimiento de alimentos debido a los bloqueos y la falta de diésel. “Ya hemos tenido una primera reunión y muchos productores nos dicen que el abastecimiento de alimentos ha disminuido. Podemos tener problemas no solo por el tema del diésel, sino por algunos bloqueos que se están dando en algunos puntos”, explicó Fernández. En este sentido, hizo un llamado a quienes mantienen cortes de ruta para que permitan el paso de camiones con productos de primera necesidad.

Esfuerzos de mitigación en Santa Cruz de la SIerra

Además, la Alcaldía ha desplegado un plan de acción para mitigar los efectos de la crisis en los servicios esenciales. “Todo el equipo humano del Gobierno Municipal va a redoblar esfuerzos para atender estos problemas”, aseguró el alcalde. Entre las medidas anunciadas se encuentran el refuerzo de la logística para garantizar el abastecimiento de alimentos y la coordinación con el Comité Cívico y otras instituciones para enfrentar la emergencia de manera conjunta.

El presidente del Comité Pro Santa Cruz, Stello Cochamanidis, respaldó la decisión del municipio y subrayó la necesidad de trabajar coordinadamente. “Ante la crisis que estamos viviendo de combustible, no solo en Santa Cruz sino en todo el país, vimos la necesidad de hablar con todos los municipios y con las gobernaciones para que podamos entre todos ayudarnos”, declaró.

Las autoridades también han solicitado la intervención de la Unidad Operativa de Tránsito para evitar el caos vehicular generado por las largas filas en estaciones de servicio.

En la jornada de hoy viernes también se produjo una marcha de protesta que llegó hasta las oficinas de YPFB para expresar el descontento ciudadano con la crisis.

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