Cientos de personas arribaban ayer a la mina San José mientras carpas y antenas satelitales se instalan, señal de una expectativa incontenible ante el rescate de los 33 mineros que podría ocurrir en los próximos días.

El avance de 53 metros de una de las perforadoras, que quedó a poco más de 100 metros de distancia de los mineros, y la llegada del equipo encargado del operativo para izar a los hombres atrapados a la superficie aumentaron ayer la esperanza de que el rescate será antes de lo previsto.

Fue la máquina T-130, a cargo del segundo plan de rescate, la que avanzó 53 metros en 16 horas entre el martes y ayer. «Hemos avanzado 53 m, alcanzando los 519 m de avance en la perforadora del plan B», señaló André Sougarret, jefe de la operación de rescate.

No obstante, esta máquina fue detenida ayer para preparar su paso por una zona que el ingeniero consideró «de alto riesgo», pues pasará cerca de una galería o un espacio abierto dentro del cerro.

«Estamos a un metro de una galería, por lo tanto existe la posibilidad de rompimiento de esa galería. Lo que estamos haciendo es bajar la velocidad de perforación de manera tal de pasar suavemente y, una vez que lleguemos a los 535 metros, retomar el ritmo que estamos llevando hasta el momento», explicó.

«Es prematuro hablar del sábado» para el final de la construcción del pozo, agregó Sougarret en referencia a esa fecha, anunciada por un funcionario.  Una vez finalice su excavación se verá si procede la colocación de tuberías sobre el ducto por el cual emergerán los mineros, decisión clave según los técnicos.

Los 33 mineros usarán gafas especiales para protegerse de la luz solar en el momento de salir a la superficie, tras permanecer bajo tierra y con una reducida iluminación durante más de dos meses, dijo una fuente oficial.

«El beneficio (de los lentes) es que filtra la luz del sol. No causa ningún de problema», afirmó Alejandro Pino, gerente regional de la Asociación Chilena de Seguridad.