Durante el fin de semana se registraron al menos cinco explosiones en el norteño estado de Tamaulipas, donde el pasado martes se encontraron 72 cadáveres de emigrantes asesinados supuestamente por el cártel de Los Zetas. Esta organización se mantiene en lucha con el cártel del Golfo.

La violencia escaló en el estado de Tamaulipas, noreste de México, donde en menos de una semana fueron hallados muertos 72 emigrantes y se registraron cinco explosiones, una de ellas en instalaciones de la cadena Televisa, pese al despliegue militar en la zona.

El último artefacto explotó el sábado por la noche en Tampico, al sur del estado, en las instalaciones de la Policía local y dejó heridos a un efectivo y a un civil que se encontraba cerca del lugar, dijo el domingo a la agencia AFP una fuente de la institución bajo anonimato. «Fue una explosión muy fuerte, destruyó la caseta de entrada de la Policía Metropolitana, donde salió herido uno de nuestros policías que estaba de guardia», comentó la fuente.

El único sobreviviente de la matanza, un ecuatoriano que se encuentra en un hospital militar en Ciudad de México, dijo que los responsables de la masacre son integrantes del cártel de drogas Los Zetas, fundado por militares de élite desertores, que según expertos y autoridades también estarían detrás de las explosiones.

Artefactos. La explosión en Tampico se registró a pocas horas de la detonación de otros dos explosivos en calles céntricas de Reynosa (norte del estado, fronteriza con Estados Unidos) en donde al menos 15 personas resultaron heridas, de acuerdo con los últimos reportes. En el mismo municipio de Reynosa se encuentra una funeraria con los cadáveres de los 72 emigrantes hallados el martes en San Fernando.
  
TELEVISA. El viernes, en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, estallaron dos coches-bomba, uno en instalaciones de Televisa, la principal cadena del país, sin dejar heridos, pero cortando la señal local, y otro en las oficinas encargadas del tránsito automovilístico local.

«Está claro que los autores de las explosiones son Los Zetas, no esperaban que quedara una persona viva (de los emigrantes) y ahora están reaccionando con estos atentados para desafiar al Estado mexicano», declaró Raúl Benítez, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La matanza «se da en el contexto específico que vive el noreste del país de lucha y combate entre dos organizaciones (ilegales) que en el inicio de este año trabajaban juntas», dijo el sábado Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno en materia de seguridad. El funcionario se refirió a la división entre Los Zetas y el cártel del Golfo. Estos choques han dejado un saldo de más de 28.000 muertos en los últimos tres años y medio, según cifras oficiales.

Desaparecen varios policías

Un estado asolado
El viernes, el gobernador de Tamaulipas, Hernández, reportó también la desaparición de dos agentes en la zona donde se hallaron los cadáveres.

La identificación de inmigrantes continúa

Las autoridades de cinco países informaron de la identificación de otras nueve personas entre los 72 inmigrantes asesinados en el norte de México, con lo que la cifra de víctimas que ya han sido reconocidas se elevó ayer a 40.

De acuerdo con los últimos reportes emitidos por fuentes oficiales, entre los 72 inmigrantes asesinados en un rancho del estado mexicano de Tamaulipas han sido identificados 15 hondureños, 13 salvadoreños, cinco guatemaltecos, seis ecuatorianos y un brasileño.

El pasado viernes, la Procuraduría General de Justicia del estado de Tamaulipas reportó que 31 de las 72 víctimas habían sido identificadas. Asimismo, la Fiscalía de Ecuador aseguró ese día que entre los migrantes asesinados hay al menos seis nacionales.

En cuanto a las víctimas brasileñas, el Gobierno de ese país indicó que cree que sólo hay dos nacionales. «Tenemos esperanza de que no haya más. Aunque esa certeza solo la podremos tener cuando se hayan identificado todos los muertos», explicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

El canciller de Honduras, Mario Canahuati, anunció ayer que el próximo martes serán repatriados los cadáveres de 14 hondureños víctimas de la matanza y luego adelantó que está pendiente de confirmarse la identidad de siete.

Por otra parte, la Policía Federal mexicana interceptó ayer a 33 indocumentados centroamericanos en una autopista que une Monterrey con Reynosa, en el norte del país, como resultado del reforzamiento de la vigilancia en las rutas que usan los inmigrantes para llegar a Estados Unidos.

Los centroamericanos fueron trasladados primero a las instalaciones de la Cruz Verde de Monterrey para una revisión médica y posteriormente a una estación migratoria para su deportación.