La Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió ayer un fallo con el que remodeló la frontera marítima entre Nicaragua y Colombia. A Bogotá le reconoció la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y a Managua la franja marítima que poseía más allá del límite que le marcaba el meridiano 82.

La resolución, que es inapelable, está lejos del reclamo inicial presentado por Nicaragua y en el que pedía que su frontera marítima con Colombia se desplazara al este hasta casi tocar la costa de ese país, aunque en la práctica, Managua gana más terreno en el mar Caribe del que tenía hasta ahora, en detrimento de Colombia.

La Corte subrayó que con su decisión se mantienen las líneas fronterizas de Nicaragua con terceros países como Honduras y Costa Rica, a la vez que respeta los acuerdos bilaterales de Colombia con Jamaica, Panamá y Costa Rica. Las reacciones de Nicaragua al conocerse el fallo fueron positivas, mientras que las de Colombia resultaron más neutrales.

El área marítima en disputa es de gran riqueza pesquera y petrolífera. En 2002, Bogotá ya chocó con Nicaragua por la convocatoria nicaragüense de una licitación internacional para otorgar concesiones petroleras en aguas caribeñas bajo jurisdicción colombiana. Con el fallo de la CIJ, se da por cerrada una controversia jurídica que duró 11 años, pero que diplomática y políticamente se remonta a 1980.