Tanques del ejército sirio rodeaban ayer ciudades donde se han realizado protestas, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU llegó a un acuerdo para condenar al régimen del presidente Bashar al-Asad.
En Nueva York, los embajadores que integran el Consejo de Seguridad de la ONU condenó ayer la violenta represión del Gobierno de Siria contra los manifestantes y llamó a «responsabilizar» a los implicados.
Una declaración del Consejo acordada tras semanas de negociaciones dijo que el órgano de 15 miembros «condena las extensas violaciones de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles de parte de autoridades sirias». Sin embargo, Líbano se distanció de la decisión porque considera que no solucionará la crisis en el país vecino.
Rami Abdel Rahman, presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), ONG instalada en Gran Bretaña, afirmó que «hay un centenar de tanques y transportes de tropas en la carretera que conduce al centro de Hama a unos 200 km de Deir Ezzor».
Precisó que todas las comunicaciones telefónicas y el internet fueron cortados en Hama y su región. Dos personas murieron el martes por la noche cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra manifestantes en la ciudad de Raqqa (norte) y una tercera en la ciudad costera de Jableh, agregó.