El régimen de Cuba puso ayer en vigor una esperada reforma migratoria que deja atrás décadas de restricciones para viajar al extranjero y que la población acogió con una mezcla de esperanza e incredulidad.

“Esto es demasiado sencillo, aquí tiene que haber algo. Yo todavía no creo que sea así”, dijo uno de los muchos habaneros que acudieron a oficinas de Migración para informarse de las novedades migratorias o para tramitar la obtención o prórrogas de pasaportes. Y es que desde ayer, los habitantes de la isla sólo necesitan presentar su pasaporte en regla, el visado que les exija el país de destino y un pasaje para tomar un avión y salir de la isla.

Esta reforma migratoria de Cuba es una de las medidas más populares entre las emprendidas por el presidente Raúl Castro, porque elimina restrictivos engorrosos y costosos trámites como el despreciado “permiso de salida” (que debían conceder las autoridades para poder salir del país) o la denominada “carta de invitación”.

También se amplía de 11 a 24 meses el tiempo en que un cubano puede permanecer en el exterior por motivos particulares y se facilitan las entradas temporales de emigrados, incluso de algunos que según el Gobierno abandonaron “ilegalmente” el país.

En un ambiente de normalidad, ayer se notó mayor afluencia de cubanos a las oficinas de inmigración y extranjería, donde están expuestos carteles y paneles informativos con las novedades y donde funcionarios dentro y fuera de los edificios asesoraban a ciudadanos sobre sus casos concretos.

También se exhibía el listado de situaciones que sí requieren autorización específica para viajar como quienes estén llamados a cumplir el servicio militar o los poseedores de armas de fuego que no hayan “depositado”.

La reforma migratoria mantiene limitaciones para los viajes al exterior de cuadros directivos, algunos profesionales de la salud o la educación y atletas que sean “vitales” para el país. Así, para obtener un pasaporte, el resto de los cubanos sólo deben presentar su carnet de identidad, excepto en el caso de los menores de edad, que deben ser autorizados por sus padres o representantes legales.

Costo. El Gobierno puede denegar pasaportes por razones de “interés público” o de “seguridad y defensa nacional”, en lo que algunos ven, sobre todo la disidencia, como el nuevo “filtro” para limitar salidas al exterior.

Otra de las dificultades para viajar depende ahora de los países de destino, ya que los residentes en la isla necesitan visado para viajar a casi cualquier parte del mundo con la excepción de Antigua y Barbuda, Barbados, Bielorrusia, Eslovaquia, Granada, Hungría, Liechtenstein, Malasia, Rusia, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Ucrania, aunque desde la isla no hay vuelos directos a la mayoría de estos países.

Cuba defiende que su reforma migratoria es un paso más “para lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura, así como para fortalecer la relación con la emigración”. “Son medidas aprobadas por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie”, aseveró ayer en un editorial el diario oficial Gramna.

Según La Habana, Estados Unidos (EEUU), donde residen el 85,7% de los cubanos emigrados, “ha utilizado históricamente su política migratoria hacia la isla con fines de hostilidad, subversión y desestabilización y contra los intereses legítimos” del país.

Un costoso pasaporte

5 salarios

La tan esperada eliminación de las trabas impuestas durante décadas a los cubanos para salir de su país entró ayer en vigor a un alto precio: $us 100 por pasaporte, el más caro de la región después de Chile. En Cuba el salario medio no llega a $us 20.